13. El idioma de un corazón enamorado

1K 152 72
                                    

Al cerrar la puerta tras de sí, colocó su espalda en esta. Su pecho y su estómago estaban agitados, no sabía qué era lo que les sucedía. Jimin siempre causaba ese efecto en él.

—Con que sí, eh. Te he cachado.

La voz de su primo proveniente de la oscuridad hizo que dierá un respingo del susto.

—¿Qué haces a oscuras?

—Más bien, qué haces tú a esta hora afuera.

Hoseok llegó hasta él, se plantó de frente e inclinó su espalda para que sus rostros quedaran a la altura. Yoongi sólo podía esquivar su mirada.

—A mí no me haces tonto, Min Yoongi.

—Déjate de tonterías y vamos a dormir.

Hoseok colocó su dedo índice frente a su cara y lo movió de lado a lado mientras negaba con la cabeza y sacaba ruiditos de desaprobación desde la boca.

—Está bien, sí. Lo es. Jimin es...

—Tu nuevo mejor amigo —interrumpió Hoseok—. No me malentiendas, Yoon. Me alegra que tengas más amigos. Pero no puedo evitar sentirme celoso si a él sí le vas a contar quién es «el ángel».

Yoongi lo miró perplejo. Creía que la inteligencia de la familia sólo la había conseguido él y su primo había llegado tarde a la repartición.

—Estuviste con él toda la noche. ¿No crees que yo, tu primo, el que ha estado ahí desde que te cagabas en los pañales, también merece un poco de tus secretos? Me dueles, Min Yoongi, me dueles —llevó una mano a su pecho.

Yoongi suspiró.

—Lo que mereces es un poco de inteligencia.

—Pero ¿qué te pasa? Soy un chico muy listo.

—Claro. Bien, chico listo, déjame escribir en mi libreta.

Hizo a un lado a su primo y se encaminó hasta la mochila que estaba en la cama, la abrió y sacó de allí su cuaderno de pastas negras.

—Vaya, hasta has venido inspirado para componer. Me agrada.

—Jota...

—Sí, sí. Estaré callado.

Tomó asiento al pie del ventanal, iluminando las hojas de su cuaderno solo con la luz de la luna, muy parecido a cuando estaba en casa. Tomó su lápiz y escribió en el reverso de la última hoja que le había dedicado a Jimin:

El ángel está compuesto de varias melodías.
Melodías diversas,
desde tranquilas hasta caóticas,
desde tristes hasta felices,
desde suspiros hasta gemidos.

El ángel llega a mi vida
y llena los huecos de mi silencio.
Hace a un lado a mi única canción,
esa que se repite una y otra vez,
y entonces me atesta con sus melodías.

He sido capaz de confesarme al ángel.
Pero ¿podré ser suficiente para él?

Me da miedo descubrir que no,
que mi única canción no es suficiente.
Que saldré huyendo cuando descubra que es más de lo que puedo soportar.

Pero cuando él me mira,
cuando me toca, cuando me besa
no hay otra cosa que quisiera ser,
más que suficiente para él.
No hay lugar en el que quiera estar,
más que al lado de él.
No hay mundo en el que quiera viajar,
más que en el de él.
No hay canción que quiera escuchar,
más que la sinfonía de lo que es él.

Una vez en una borrachera [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora