20. Muchocidad

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—Ah —suspiró a su lado—. Semestre nuevo, vida nueva.

Como todos los años de su vida académica, TaeHyung y Jimin se reunieron en la entrada de la escuela. En ese caso, en la entrada más cercana a la facultad de arte.

Las vacaciones pasaron volando, lastimosamente. Lo único bueno fue que pudo pasar mucho, mucho tiempo al lado de Yoongi en esos días.

—Nuevos estudiantes, además —agregó Jimin.

Ese era un semestre donde nuevos chicos comenzaban a estudiar sus carreras universitarias, incluyendo a su primo JungKook.

Good morning, everybody —hablando del rey de Roma.

—¡Kook! —lo abrazó TaeHyung—. ¿Listo para tu primer clase?

—Estoy un poco nervioso, pero ¡entusiasmado!

—¡Bien! —aplaudió TaeHyung cuando los tres comenzaron a caminar—. Este semestre además de estudiar, consigue chicas.

—Pero, Tae ¿qué ejemplo le estás dando al niño?

—Nada que todos no hagan.

—¿Y Mel? —quiso saber sobre la chica que, según su mejor amigo, pudo haber sido su novia.

—No funcionó —se encogió de hombros—. No soportó mi muchocidad.

—O sea, que le tuviste miedo al compromiso y huiste —simplificó JungKook.

—Ni yo lo pude haber dicho mejor.

—No es eso, chicos —estiró sus brazos—. Soy un alma libre, nadie puede decirme «deja de salir por mí». ¡¿Por mí!? Ni que fuera el papa para dar caridad.

—No creo que se trate de caridad —frunció su ceño—. Supongo que te estaba pidiendo exclusividad.

TaeHyung negó con la cabeza.

—Estaba siendo exigente. Exigía que no saliera, ni a bares, ni a fiestas, ni con ustedes. Pude haberlo hecho, porque no era como si quisiera salir para encontrar con quién coger, pero entonces vendrían otras peticiones. Una tras otra, más exigente cada vez.

—Y no estabas dispuesto a ceder.

—No se trata de ceder, Jimin —replicó su mejor amigo—. Se trata de no ser exigente, de querer cambiar a la persona cuando la conociste ya de una forma. Me conoció en una peda, por el amor a Dios.

—Tae tiene un punto. Si la persona es intensa, viene con una exigencia y, con eso, una inseguridad.

—Ahora son expertos en Psicología.

—Nada de eso —chasqueó la lengua JungKook—. Ya estamos en el siglo XXI, ya deberíamos de dejar de aceptar amores que no nos nutren.

—Y sí. Para eso, mejor estar solos y divertirnos entre amigos —TaeHyung rodeó a ambos, ya que se encontraba en medio.

—Bueno, Jimin no está solo, solo.

—Pero su noviecito no le pide no vernos. Y, aunque tiene su cara de culo cada que tomamos, allí está, con nosotros.

Jimin sonrió. Quizá Yoongi seguía sin hablar mucho cuando salían los cinco, pero siempre se dejaba llevar por ellos a las fiestas.

—Hasta aquí llego yo —se detuvo JungKook, haciendo que los otros igual lo hicieran. Su facultad era la más cercana.

—¿Por qué te decidiste por danza? —quiso saber TaeHyung mientras lo dejaba ir de su brazo.

—Para entrar a música debía de ya tocar mínimo un instrumento. Yo apenas me metí a clases de batería —se encogió de hombros—. Además, prefiero ser vivaracho como Hoseok, que inexpresivo como una piedra igual que Yoongi. Sin ofender, Chim.

Una vez en una borrachera [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora