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ACTO UNO | CAPÍTULO 01❝ Misión ❞

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ACTO UNO | CAPÍTULO 01
Misión ❞


Sonidos de armas siendo forjadas se escuchaban a su alrededor, el pacifico viento movía su cabellera castaña mientras observaba el castillo Cair Paravel desde la pequeña colina en la que se encontraba descansando.

Hace unos momentos atrás se encontraba entrenando junto a Oreius, un centauro con su parte de caballo de color castaño al igual que sus ojos, mientras que su parte humana era de color claro. Cabello ondulado, de color negro y muy largo, su barba muy poco poblada, aunque por otro lado sus patillas eran bastante largas. Muy imponente, noble y elegante.

Suspiro con nostalgia, ya había pasado un largo tiempo desde que Jadis; la Bruja Blanca, conquisto las tierras narnianas proclamándose reina de aquel pueblo y dejando fluir toda su maldad en cualquier rincón por mas diminuto que fuese.

Recordó las veces en donde disfrutaba bailar alegremente alrededor de las hogueras con los faunos, driadas y náyades por la noche, y como los faunos tocaban sus instrumentos musicales, generalmente pipas cuando bailaban.

Salió de sus pensamientos cuando escucho pisadas aproximarse a el, se levanto rápidamente y se volteo posicionándose en modo de batalla. El centauro lo observo neutro mientras que el muchacho se relajaba.

— Oreius, me asustaste.

— Perdóneme, pero Aslan quiere verlo ahora mismo.

— Esta bien, gracias por decírmelo. —el centauro asintió y se fue de ahí.

El chico miro por ultima ves el castillo y se dirigió a la tienda de el león. Mientras avanzaba, observaba a los narnianos hacer y pulir armas. Algunos lo saludaban, como los faunos, una dríada le obsequio una corona de flores y hojas que lo hizo sonreír. Se despidió de aquella hermosa ninfa y siguió su camino.

Suspiro cuando estuvo delante de la gran tienda, camino hacia la entrada de esta y la abrió ligeramente. Al entrar, miro que el gran león se encontraba sentado mirando un mapa de Narnia, su pelaje color miel seguía siendo largo y su melena le daba un toque de juventud al viejo rey.

— ¿Para que me necesitas, Aslan? —pregunto mientras se sentaba frente a el.

— ¿Recuerdas cuando de pequeño te contaba leyendas sobre los reyes del Antaño? —cuestiono, recibiendo un asentimiento— Como sabrás, la leyenda se debe formar en estos días, o es lo previsto por los vientos, puedo sentirlo en mi melena.

— Significa que los hijos de Adán y las hijas de Eva pronto llegaran.

— Correcto, no se cuando exactamente pero lo harán.

El león observo como el muchacho sonreía, pero ese gesto fue cambiado a uno de confusión.

— ¿Pero para que me necesitas? —cuestiono.

— Sabes mejor que nadie que tendrán problemas en el camino ¿no?, necesitaran ayuda pero el zorro no puede ir en estos momentos, así que iras tu, rey fénix.

El chico dirigió su mirada al mapa que se encontraba sobre la mesa, su vista se poso en donde estaba un pequeño dibujo de farol. No dudaba en ir, si tenia que ayudar a los reyes del Antaño lo haría.

Levanto su mirada encontrando unos bellos ojos color oro fundido que transmitían paz, se quedo así durante unos segundos y finalmente contesto.

— Claro Aslan —se levanto con cuidado para después hacer una reverencia— Seria un verdadero honor.

— Como lo dije antes, el zorro ira a ayudar en cuanto antes —comento tranquilo.

— Entiendo, ¿Me marchare ahora? —recibió un asentimiento por parte del león— Bien, prometo no defraudarte, Aslan.

El muchacho salió de la gran tienda dirigiéndose a la suya, tenia que empacar comida, agua y sus dos espadas. No necesitaba alguna capa gruesa ya que su cuerpo era demasiado cálido gracias a que era un Fénix, y el único que podía transformarse en un humano.

Sabia que era capaz de hacerle frente de nuevo a la Bruja Blanca, no le tenia miedo y le superaba por mucho. Fuego y hielo no se llevaban por algo, no le disgustaba la nieve; en cambio la amaba. Podía hacer esculturas con ella, relajarse mientras veía los copos caer, tener pequeñas guerras de nieve con los narnianos y mas cosas.

Pero hablamos de nieve usada para la maldad, le desagrada eso.

Llego a su tienda, tomo una bolsa de tela y guardo sus provisiones de comida. Paso su vista por todo el lugar hasta que se topo con sus dos espadas. Se acerco a ellas y las volvió cenizas con sus manos y guardo estas en un pequeño frasco. Las espadas fueron especialmente regaladas por Aslan así que no se preocupo de su estado. Finalmente guardo el frasco en la bolsa de tela.

Salió de su tienda y dejo suavemente la bolsa en el césped, suspiro con profundidad y su cuerpo se envolvió en llamas así transformándose en un ave fénix. Con sus patas tomo la bolsa, agito sus alas y se elevo en los cielos emprendiendo su viaje hacia su destino.

Miro por ultima ves el campamento de Aslan antes de volar con mas velocidad hacia las colinas de la leyenda. Nuevamente estaría lejos de un pueblo, mas sin embargo tenia que cumplir su deber, aun así estarían seguros en el campamento.

Se adentro en el ambiente frió, aunque gracias a su cuerpo no sentía el helado viento.

Siguió volando durante un par de minutos, descansando pocos segundos en algunas ramas de arboles ya que aunque no sentía el frió, sus alas eran sensibles.

Finalmente llego a una pequeña colina en la cual aterrizo con cuidado, miro a su alrededor notando como los arboles dormían, estaban secos y cubiertos de nieve. Su mirada se dirigió a una pequeña cueva, podría descansar ahí sin ningún problema. Arrastro la bolsa de tela mientras la tomaba con su pico y se adentro al lugar anterior dicho.

Pronto, su cuerpo se envolvió de llamas y nuevamente era un humano. Saco una manzana de la bolsa y la comió con tranquilidad mientras hacia pequeños hombrecillos de nieve, ciertamente le traía nostalgia pero aun así no quitaba su sonrisa.

Oh eso hubiese ocurrido si no hubiera escuchado unas pisadas.

Levanto su vista observando a un castor que caminaba tranquilo mientras tenia ramas en sus patas, no hizo nada mas que verlo. Cuando lo perdió de vista, se dio cuenta que ya estaba anocheciendo así que se acomodo entre la nieve y abrazo la bolsa de tela.

Sus ojos poco a poco se cerraron, así cayendo en brazos de morfeo.


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FÉNIX ||  Las Crónicas de NarniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora