ACTO TRES | CAPÍTULO 36
❝ Pesadilla ❞La noche había caído sobre el mar, y con ella, una tormenta feroz azotaba al Viajero del Alba. Zylan, el rey fénix, se encontraba en su camarote, observando la furia del mar a través de su pequeño ventanal. Las olas se elevaban como montañas, golpeando el casco del barco con una fuerza abrumadora. El cielo estaba encendido por relámpagos que rasgaban la oscuridad, iluminando por breves instantes la habitación de Zylan. El retumbar de los truenos se mezclaba con el rugido del viento, creando una sinfonía salvaje y poderosa.
A pesar de la violencia de la tormenta, había algo en ella que fascinaba a Zylan. La naturaleza desatada en todo su esplendor le recordaba su propia fuerza interna, esa chispa de fuego que ardía en su ser. Pero, a medida que la noche avanzaba, el cansancio comenzó a hacer mella en él. Decidió acostarse, esperando encontrar en el sueño un refugio contra la tempestad exterior.
Tan pronto como su cabeza tocó la almohada, Zylan cayó en un sueño profundo, pero no encontró la paz que buscaba. En su mente, se desató una pesadilla vívida y aterradora.
Se encontraba en Narnia, pero era un tiempo diferente, un tiempo antes de la llegada de los Pevensie, cuando sólo él y Aslan, junto a los demás habitantes del reino, moraban en esas tierras. El sol brillaba en un cielo azul claro, y la brisa suave llevaba consigo los aromas del bosque y el canto de los pájaros.
De repente, el ambiente cambió. Un frío glacial comenzó a extenderse por la tierra, congelando todo a su paso. Zylan vio cómo el verde de los árboles se tornaba gris, cubierto por una capa de hielo. La Bruja Blanca, Jadis, había llegado, trayendo consigo su reinado de terror y helada.
Aslan, el gran león, apareció junto a Zylan, su mirada llena de urgencia.
— ¡Huye, Zylan! —rugió Aslan.
Pero Zylan estaba paralizado, no por el miedo, sino por el frío que se apoderaba de su cuerpo. Veía a Jadis acercarse, una sonrisa cruel en sus labios, mientras extendía su mano hacia él.
En un instante, Zylan se convirtió en una estatua de hielo. Atrapado en su forma congelada, luchaba desesperadamente por moverse, por liberar la llama interna que siempre había ardido en su interior. Pero el hielo era implacable, sofocando su fuego, sellando sus movimientos.
En su inmovilidad, Zylan se sintió inútil, incapaz de hacer frente al peligro que amenazaba a Narnia. La frustración y la impotencia lo inundaron, una sensación de desesperanza que lo ahogaba incluso en su estado congelado.
La pesadilla continuó, con imágenes de Narnia cayendo bajo el yugo de la Bruja Blanca, mientras él permanecía inmóvil, un testigo silencioso e impotente de la destrucción de su amado reino.
Finalmente, con un sobresalto de un potente rugido, Zylan despertó, su corazón latiendo aceleradamente y su respiración entrecortada. La tormenta seguía rugiendo afuera, pero ahora parecía un mero susurro comparado con el terror que acababa de experimentar en su sueño. Aún temblando por las emociones de la pesadilla, Zylan se sentó en su cama, intentando sacudirse el sentimiento de desesperanza que lo había invadido. La noche aún era oscura, y la tormenta continuaba su danza salvaje en el mar, pero para Zylan, el verdadero desafío era enfrentar los fantasmas de su propio pasado y los temores que aún atormentaban su corazón.
Zylan, aún sacudiéndose los ecos de su pesadilla, se encontraba ahora envuelto en los hilos de su memoria, transportándose a aquellos días oscuros en Narnia. La tormenta fuera de su camarote parecía poco a poco haberse calmado, pero la tempestad en su mente se intensificaba con cada recuerdo que afloraba.
Era un tiempo de desolación, cuando la sombra de Jadis, la Bruja Blanca, comenzaba a extenderse sobre Narnia, trayendo consigo un invierno que no prometía fin. Zylan recordaba claramente aquellos días gélidos, cuando el sol parecía haberse olvidado de calentar la tierra y el manto de nieve cubría todo como un sudario silencioso.
Él, el rey fénix, un ser de fuego y luz, se vio sofocado por el frío implacable que congelaba no solo la tierra sino también los corazones de muchos. Fue en ese momento de desesperación cuando Aslan, el gran león y verdadero rey de Narnia, lo llamó a su lado.
Aslan, cuya sabiduría era tan profunda como el propio mundo, sabía que se avecinaban tiempos de oscuridad y sufrimiento. En una decisión que pesaría eternamente en el corazón de Zylan, Aslan le pidió que dejara Narnia.
— Debes sobrevivir, Zylan. —le dijo el león con una mirada llena de dolor y esperanza— Porque llegará un día en que tu fuego será necesario para reavivar el espíritu de Narnia.
Con el corazón desgarrado, Zylan obedeció. Abandonó su amado reino, cada paso alejándolo de su hogar se sentía como una traición. Pero en lo más profundo de su ser, sabía que Aslan tenía razones que iban más allá de su comprensión.
A medida que los años pasaban, el recuerdo de Narnia se convirtió en una mezcla de dolor y nostalgia. La culpa lo acosaba constantemente, atormentándolo con la idea de haber abandonado a su pueblo en su hora más oscura. Pero también había esperanza, una pequeña llama que Aslan había encendido en su corazón, la promesa de un regreso, de una redención.
Ahora, sentado en su camarote, con el sonido de la lluvia golpeando suavemente contra el vidrio, Zylan reflexionaba sobre aquellos días. Sabía que su viaje estaba lejos de terminar, que su papel en la historia de Narnia aún tenía capítulos por escribirse. Y aunque el peso del pasado era una carga pesada, también era un recordatorio de la promesa que Aslan había visto en él: ser la chispa que reavivara el fuego de la esperanza en el corazón de Narnia.
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FÉNIX || Las Crónicas de Narnia
Fiksi Penggemar▸ 𖥻 𝗙𝗘𝗡𝗜𝗫 ˑ 𖦹 ━━ 𝘵𝘩𝘦 𝘤𝘩𝘳𝘰𝘯𝘪𝘤𝘭𝘦𝘴 𝘰𝘧 𝘯𝘢𝘳𝘯𝘪𝘢. El rey fénix, con plumas de oro y ojos llameantes, vuela con un fuego eterno que nunca se apaga. Renace cada amanecer, llevando una cor...