FÉNIX || Las Crónicas de Narnia

010

ACTO UNO | CAPÍTULO 10
❝ Otra vez juntos ❞ 

Zylan regresaba junto con Oreius de su entrenamiento.

El chico hablaba con el centauro acerca de nuevas maniobras que podían hacer y el como podrían mejorar en sus movimientos.

Iban directo a sus tiendas, ambas estaban casi lejos de las demás pero eso no importaba mucho.

Oreius y Zylan vieron salir a un Peter un poco adormilado causando una pequeña sonrisa en el fénix.

El centauro dirigió su mirada a otra parte, siendo seguida de la mirada del rubio.

En una colina no tan lejos de ellos se encontraba Aslan hablando con Edmund quien mantenía la cabeza abajo.

Oreius se despidió de Zylan quien le susurro un " nos vemos después ".

Peter miró a la tienda en donde se hospedaban sus hermanas, viendo a Susan seguida de Lucy salir de ahí.

Susan fue la primera en notar la mirada de su hermano mayor y dirigió su mirada a dirección del león y su hermano. Lucy noto esto e igualmente miro hacia esa dirección, emocionada, la pequeña no pudo evitar sonreír a su hermano.

— ¡Edmund! —grito la pequeña.

Estaba dispuesta a correr a los brazos de su hermano, sin embargo, Peter la detuvo.

Lucy miró confundida a su hermano mayor quien solamente la miro negando un poco.

A lo lejos, Aslan y Edmund miraron en dirección al grito de la infante, observando los rostros de los tres Pevensie restantes.

Zylan, quien aún estaba ahí, sonrió hacia Edmund, recibiendo una pequeña sonrisa que más bien salio como una mueca.

Edmund volvió a ver al león frente a él, mirando como este asentía.

Bajando a paso un poco lento, se acercó a sus hermanos con la miraba baja.

— Lo hecho echo esta, no es necesario hablar con Edmund sobre el pasado —dijo el león yéndose de ahí no sin antes darle un asentimiento a Zylan, quien respondió con una diminuta sonrisa.

— Hola.. —hablo temeroso.

Lucy fue la primera en abrazar a Edmund, siendo correspondida en un instante.
Después le siguió Susan, quien antes de abrazarlo acaricio un poco los cabellos de su hermano menor.

— ¿Cómo te sientes? —preguntó después de separarse.

— Un poco cansado.

— Ve a dormir —hablo Peter, señalando la tienda en donde dormía.

Edmund miró a su hermano mayor y siguiendo lo pedido, camino hacia la tienda.

— Y Edmund.. —se volvió hacia su hermano— Ya no te alejes —sonrió divertido.

Edmund le sonrió de vuelta y entró a la tienda. Lucy y Susan se sonrieron y regresaron igualmente a su tienda.

Peter miró a Zylan, quien jugaba con el fuego en sus manos, sonrió al verlo, parecía un niño pequeño esperando a que sus amigos dejaran de " discutir ".

— Zylan —llamó e inmediatamente el chico lo miro.

— ¿Si?

— Gracias.. gracias por traerlo..

— Hmp, yo solo cumplí con mi deber —sonrió— deberías de ir a ducharte, hueles muy mal —hizo una mueca de asco.

El fénix se marchó de ahí dispuesto a ir con Aslan mientras que Peter, discretamente olía su ropa, sintiendo el olor a sudor.

Avergonzado, siguió con el consejo del mayor y rápidamente entró a su tienda dispuesto a tomar sus cosas y darse un baño.

El rey camino a la tienda del león ya que este lo había citado en cuanto se despertó. Su paso era rápido ya que no le gustaba hacer esperar a la gente.

Llego a su parecer muy rápido, pero aun así se adentro en la tienda mirando al león tener dos tazas de té delante de él encima de la mesa.

Se sentó frente al león y le sonrió.

— Zylan, iré al grano. Necesito que cumplas una tarea más.

— Claro, Aslan. Cuenta conmigo para eso.

— Peter me pidió que lleváramos a sus hermanos a casa, él se quedará a luchar pero los otros no. Te pido que los cuides mientras estén en Narnia y los lleves a salvo a su hogar, si Peter se retracta de esta decisión, harás lo que él te pida con respecto a sus hermanos —dijo mirando directamente a el rey.

Al chico no le gustaba del todo la idea, pero si Aslan le ordenaba eso, tenía que cumplirlo.

— Esta bien, Aslan.

— Bien —el león le sonrió— hace mucho que no tomábamos una taza de té.

— La última vez fue cuando aquellos dos niños se fueron ¿lo recuerdas?, le concediste una manzana dorada al chico para que curara a su madre —menciono tomando la bebida de manzanilla.

— Vaya, pensé que lo habías olvidado —soltó una pequeña risa el viejo rey.

— Oye, que sea un fénix y que reencarne cada vez que muera no significa que no tenga buena memoria —reprocho con un puchero haciendo reír más al león.

— Bien, bien. Es hora de que te vayas, tengo cosas pendientes que hacer.. ve a divertirte, pequeño Zylan —le sonrió.

El chico sonrió y se levantó, despidiéndose del león con una reverencia, salió de la tienda dispuesto a buscar a los Pevensie.

Escucho a lo lejos un par de risas y caminó hacia ahí, encontrándose a los hermanos desayunando.

No quiso ser descortés y mejor se fue con Oreius, quien lo esperaba en el establo de los caballos.

Llegó corriendo con el centauro, viendo la típica expresión de este.

— Lo siento, estaba hablando con Aslan y me dijo que me fuera a divertir con los futuros reyes, pero estaban desayunando y no quise interrumpir —hablo mientras su cara se sonrojaba un poco de la vergüenza.

— Su majestad, no tiene que decirme todo eso. Sólo llegó dos minutos tarde, además, ya habíamos entrenado esta mañana, solo reforzaremos las maniobras.

— Lo se, lo se, aun así, tengo que ser puntual.

— No se preocupe, su majestad. Venga, vamos a comenzar.

— ¡Si! —gritó con entusiasmo haciendo sonreír a el centauro.