□Capítulo 28□

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Narra-Cinco

A pesar de que hubiera pasado más de una semana desde el beso con ___, aún recordaba como pude sentir las mariposas revoloteando en mi estómago. Llevaba meses soñando con ese momento, y en ningún momento pensé que podría llegar a hacerse realidad, sin embargo, así fue.

"Al separarnos del beso, ___ me miró a los ojos dedicándome una dulce sonrisa.

-Yo también te quiero, Cinco, más de lo que quiero reconocer - dijo ella.

Sentí mis mejillas arder, pero en ese momento, no me molesté en disimularlo, lo único que quería era apreciar ese momento, la cercanía entre ella y yo y la sonrisa que en ese mismo instante estaba dedicándome.

Decidí separarme lentamente al pensar que tal vez, tanta cercanía podía llegar a incomodarla. Sin embargo, cuando me separé tan solo unos centímetros, ella me agarró por la corbata para volver a juntar nuestros labios en un beso, y aunque esta vez el beso solo duró unos segundos, me sentí muy afortunado, porque esta vez, había sido ella quien había dado el paso,

Durante los siguientes días, mi rutina cambió en algunas cosas, ___ y yo éramos mucho más cercanos, cuando estábamos solos, aprovechábamos esos momentos para darnos pequeños besos. 

Sentía que estaban siendo los mejores días de mi vida junto a ella, me hacía sentir demasiado especial su cercanía, sus abrazos, y las miradas llenas de cariño que me dedicaba."

-¡Hey! ¡Cinco! ¿Estás ignorándome? 

Aquel grito junto con la mano de ___ agitándose frente a mis ojos, me hizo dejar de prestar atención a mis pensamientos para mirarla a ella.

-Perdón... estaba pensando - contesté.

-No hay tiempo para explicaciones - dijo tomando mi mano y levantándome de la cama en la que estaba sentado.

Sin decir nada más, me obligó a salir de la habitación para luego señalar a la parte alta de la pared. Y ahí me percaté de lo que estaba intentando decirme; la alarma de misión estaba sonando desde hacía unos minutos.

-Oh, mierda, papá va a matarnos si llegamos tarde - dije para luego correr hacia mi habitación.

Busqué en mis cajones a toda velocidad, pero no encontraba mi antifaz por ningún lado, y eso estaba empezando a estresarme demasiado.

Segundos después, vi como la mano de ___ pasaba desde la parte trasera de mi espalda, hasta unos centímetros de mi pecho, mostrándome la máscara por la que tanto estaba estresándome. 

-Mamá lavó todas las máscaras la semana pasada, y te lo dijo, tienes muy mala memoria, Hargreeves - dijo para después darme un suave beso en la mejilla.

No pude evitar sonrojarme gracias a la vergüenza que ese momento me había hecho pasar, pero simplemente, decidí ignorarlo y ponerme el antifaz. Al ver que ___ ya se había puesto el suyo, corrí fuera de la habitación en busca de Reginald y los demás integrantes de la academia.

-Ni lo intentes, se fueron hace unos minutos, se dirigen al museo, hay un atraco - dijo caminando hacia mí.

Apurado, tomé su mano y tras varios segundos de concentración, nos teletransporté al gran museo que había en el centro de la ciudad.

-Me sorprende la velocidad con la que estás aprendiendo a usar tus poderes - volvió a hablar ___ mientras nos adentrábamos en el gran edificio.

Me habría gustado haber pasado más tiempo con ella hablando, pero no pudo ser así, ya que cuando entramos, pudimos ver a muchos hombres, vestidos de negros y acompañados de armas, que corrían de un lado a otro.

Un cuento que nunca pasó {Cinco y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora