□Capítulo 33□

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Como cada mañana, el despertador para ir a clase sonó. Pero aquel día, lo desactivé con demasiada ilusión.

Me levanté rápidamente para cambiarme y lavar mis dientes. Al volver a la habitación, me miré en el espejo y comencé a peinarme sonriendo.

Hasta el momento, tenía planeado ir a mi Realidad Deseada, estar con ___, y hablar sobre todo lo sucedido, porque realmente merecía muchas explicaciones. Pero al mirarme al espejo, me percaté de todas las marcas, heridas y moretones que tenía en la cara gracias a los golpes que mi madre me había dado hacía unos días.

"No... no quiero que ___ me vea así... no quiero preocuparla ni asustarla"

Sentí que mi ilusión se desmoronaba, estaba deseando que llegase ese día para poder ver a ___, pero eso no iba a poder suceder. Tendría que resignarme y hacer cualquier otra cosa.

Y así fue, minutos después, me despedí de mi madre, obviamente, sin esperar respuesta de su parte, y caminé hacia el parque que había cerca de mi instituto.

No podía quejarme, era obvio que prefería ir a mi Realidad Deseada, pero tampoco estaba mal tomar un poco de aire fresco por primera vez en mucho tiempo, ya que la pequeña habitación en la que siempre estaba, comenzaba a parecerme muy agobiante y estresante.

Me senté en el césped húmedo mirando el cielo, el parque estaba vacío, sin embargo, mi mente solo pensaba en qué pasaría si ___ estuviera en ese mismo instante a mi lado. Supongo que sería un momento muy bonito, en el que podría apoyar su cabeza en mi pecho y yo acariciaría su pelo mientras ambos mirábamos el cielo, acostados sobre el césped, sintiendo una paz infinita.

Al volver a la realidad, suspiré, ___ no estaba allí, estaba solo, mirando el cielo nublado, las oscuras nubes amenazaban con empezar a soltar lluvia pronto. Mi cara estaba completamente golpeada, era obvio que si un pobre niño me vería en ese momento, saldría corriendo asustado.

Cansado de pensar en todo, me senté y miré al frente sin saber qué hacer. No podía volver a casa, mamá sospecharía de que no fui al instituto, y no quería que volviera a golpearme, esta vez, me sentía con aún menos fuerzas para defenderme.

Me quedé mirando el parque por varios minutos, hasta que un extraño suceso llamó mi atención. Miré hacia el callejón abandonado junto al parque, de este, comenzaba a salir una extraña luz azul.

Decidí levantarme rápidamente y acercarme poco a poco. Nadie entraba a ese callejón, podría decirse que toda la ciudad se había olvidado de su existencia hacía mucho tiempo, por lo que me resultó extraño ver algo así.

Seguí acercándome, y al llegar, mis ojos se abrieron como platos y todo mi cuerpo se quedó en shock, sin saber qué hacer o cómo reaccionar.

A unos metro del suelo, había un gran portal, igual que el que yo semanas antes había creado tras Jack, sin embargo, este era mucho más grande y se iba agrandando con el paso de los segundos.

Las viejas hojas de los árboles que permanecían en el suelo, comenzaban a levantarse gracias al viento que formaba este portal. De hecho, tuve que agarrar la gorra que permanecía en mi cabeza, porque gracias al viento, esta amenazaba con salir volando.

Lo que no me esperaba, era que poco después, alguien caería de ese portal...

Alguien a quien conocía demasiado bien...

-Agh... odio esto... - escuché la voz que tanto había extrañado las últimas semanas.

-¿___? - dije acercándome a ella muy confundido, pero al mismo tiempo, demasiado emocionado.

Un cuento que nunca pasó {Cinco y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora