□Capítulo 21□

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Le quité el libro suavemente mientras sentía como mi corazón iba a mil por hora. Sentía como pequeñas y finas gotas de sudor caían de mi frente, resbalando hasta llegar a mi mejilla.

Mientras hacía lo posible por tranquilizarme, me acerqué a la foto, para poder verla con más claridad.

-No soy yo... no recuerdo haberme echo una foto así... y sin una foto dudo que alguien pudiera dibujarme de esta manera.

-¿Insinúas que es un retrato de alguien idéntico a ti? - me preguntó ____ confundida.

Yo asentí, mientras sentía como otra gota de sudor caía por un lateral de mi frente. Aquella situación me confundía y me estresaba demasiado.

Vi como ___ sacaba un pequeño pañuelo, para después acercarse a mí y limpiar las finas gotas de sudor delicadamente.

-No seas estúpido, Cinco - comentó mientras seguía limpiando mi frente con cierta concentración -. Si esa imagen está ahí puede ser una señal. Tú mismo lo dijiste, hace unos días pudiste teletransportarte. Tal vez solo es un poder oculto que necesitas practicar para poder desarrollarlo.

No sé como lo lograba, pero aquellas chica siempre conseguía subirme el ánimo, y me convencía a hacer cualquier cosa o plan que ella misma ejecutara. Sentía que, podría ser capaz de luchar contra cualquier cosa solo por conseguir complacerla a ella... especial y únicamente a ella.

Pasé la página del libro y comencé a leer las primeras palabras.

-Ok... lo intentaré, no puede ser tan difícil - dije dejando de mirar el libro para posar mi mirada en aquella chica.

Noté como una pequeña sonrisa se formaba en sus labios, y me encantaba saber que esa sonrisa la había provocado yo.

Odiaba admitirlo, pero cada día estaba más enamorado de esa chica. Con tan solo mirarla, podía imaginarme mil planes en mi futuro, y todos a su lado. A veces el amor es tan bonito... y otra veces, te hace sentir tan vulnerable que asusta.

[...]

Según llegamos al patio, vi como ___ se sentaba en una banca para mirarme con una pequeña sonrisa.

La miré indeciso, no sabía por donde empezar, tampoco sabía que hacer, pero mi orgullo me impedía preguntárselo, no quería quedar como un idiota delante de ella, al contrario, lo único que me interesaba en aquel momento, era asombrarla.

-Concéntrate Cinco, piensa en lo que quieres lograr, y con esfuerzo y dedicación, lo lograrás - dijo como si hubiera leído mi mente.

"Esfuerzo y dedicación..." repetía una y otra vez mi subconsciente. ¿Cómo se lograba eso?

Recordé la serie, aquella que tantas veces había visto en mi habitación, recordé como Klaus apretaba sus puños concentrado consiguiendo invocar a los muertos. Sin más opción, intenté hacer lo mismo.

Lo intenté durante varios minutos, incluso llegué a cerrar los ojos, para tratar de concentrarme mejor. Pero al abrirlos, aparte de no conseguir ningún resultado, encontré a ___ mirándome mientras aguantaba una notable risotada.

-Oye, sabes que si necesitas ir al baño podemos parar el entrenamiento, ¿no? No es necesario que aguantes o aprietes tanto, no es bueno para la salud - dijo bromeando mientras comenzaba a reír.

Me hubiera gustado poder reír con ella, en mi mente, se formaba una imagen mental demasiado bonita, pero realmente, aquello que dijo no me provocó risa, para nada.

Al ver mi expresión seria, ella dejó de reír, pero no terminó de borrar la sonrisa de sus labios cuando volvió a hablar.

-Oye, solo bromeo, no te molestes - dijo levantándose, para acercarse lentamente a mí.

Sentí como mis mejillas comenzaban a arder por la cercanía, y por desgracia, disimular no era algo que se me diera bien, por lo que en ese momento, rezaba por que ___ no se diera cuenta de cómo me encontraba.

Mientras tanto ella, dejó un suave beso en mi mejilla para luego volver a separarse sonriendo.

En ese momento, sentí algo raro dentro de mí, cierta electricidad, acompañada de felicidad y adrenalina, y sabía perfectamente, que aquella pequeña muestra de cariño por parte de ___, había sido la causa por la que mi cuerpo había reaccionado de esa manera. En ese momento, conseguí ser realmente consciente de la situación... ella no me gustaba, la palabra "gustar" se quedaba corta si quería expresar lo que realmente sentía por ella... en realidad, estaba profundamente enamorado de ella.

De pronto, sin ser consciente de ello, mis puños se apretaron levemente, y durante menos de un segundo, me vi rodeado por un aura azul.

Cuando esta desapareció, me costó varios segundos ubicarme y poder reaccionar.

Me encontraba en la otra punta del patio. Miré a ___, que en este momento, estaba dándome la espalda, pero cuando se giró hacia mí, pude ver su cara de sorpresa, acompañada de felicidad.

Sentí como corría hacia mí, para después, rodear mi cuello con sus brazos, dándome en fuerte abrazo.

-¡Lo lograste! ¡Me alegra demasiado!

¿Le alegraba? ¿Se alegraba por algo que yo había hecho? Quería saltar, llorar, gritar de felicidad. Aquella chica, con una simple palabra o muestra de cariño, podía hacerme sentir la persona más especial del mundo.

Estuvimos varios segundos abrazados, hasta que ella, se separó lentamente aún sonriendo.

-Debes enseñárselo a papá, estoy muy feliz por pensar que sí podrás quedarte.

Me emocioné más, tuve que hacer un gran esfuerzo por mantener mi cuerpo anclado al suelo, porque sentía como la adrenalina y la felicidad corría por mis venas, queriendo demostrarlo con cada parte de mi cuerpo.

-¿Q-quieres que me quede?

-Claro que quiero Cinco, eres demasiado especial para mí, y en poco tiempo, te has convertido en alguien imprescindible en mi vida.

Sonreí al escuchar esas palabras, estaba seguro de que la quería... no, en realidad no, yo la amaba, y no me arrepentía de ello.

Pero tenía miedo...

Porque ante ella yo era demasiado vulnerable...

Y me aterraba demasiado el hecho de que ella pudiera romperme el corazón en cualquier momento...

Un cuento que nunca pasó {Cinco y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora