□Capítulo 34□

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Ella alzó la mirada mientras se levantaba del suelo y limpiaba la suciedad de su falda.

-Cinco... estás bien... - dicho esto, se acercó a mí para darme un fuerte abrazo.

Le devolví el abrazo al instante, y una vez más, como cada vez que la abrazaba, sentí la paz que llevaba semanas sin sentir.

-¿Qué haces aquí? - pregunté sin saber qué más decir.

-Papá tenía un mal presentimiento... me envió a buscarte - contestó.

-Papá... ¿te contó...? - al ver que no sabía como seguir la frase, ella decidió terminarla por mí.

-Sí, Cinco... sé que perteneces a otra realidad... y no voy a negártelo, al principio me dolió que me lo hubieras ocultado, pero no voy a guárdate rencor por siempre.

Dicho esto, junto sus labios a los míos, en un beso que apenas duró unos segundos, porque ella se separó lentamente para mirarme y acariciarme suavemente la mejilla con preocupación.

-¿Q-qué te ha ocurrido? - preguntó, tocando cuidadosamente una de mis heridas.

"Mierda..."

La miré a los ojos, y ella hizo lo mismo, pude ver en su mirada demasiada preocupación... no debía mentirle, eso estaba más que claro.

-Mi madre... descubrió lo que hago, y creo que no le gustó demasiado...

Frunció levemente el ceño en silencio, al parecer, buscando las palabras adecuadas para seguir con la conversación.

-No es necesario que digas nada... solo necesito una cosa... si me lo permites...

Extendí mis brazos hacia ella y la miré, mientras tanto, ella no dudó en acercarse a mí y abrazarme con fuerza.

-Siento mucho por lo que pasaste, Cinco... tú no merecías esto... - susurró en el abrazo.

-Te quiero ___, más de lo que puedes imaginar.

Tras unos minutos abrazados, sentí como una gota caía sobre mi rostro. Me separé y miré a ___, al parecer ella también lo había notado. Estaba comenzando a llover, cada vez con más intensidad.

-Vamos, iremos a mi casa - le dije tomando su mano.

Ella asintió y comenzamos a caminar rápidamente hacia mi casa. Sin embargo, la velocidad no fue suficiente, porque cuando llegamos, ambos estábamos muy mojados.

Miré la hora en el panel de la farmacia que había frente a mi casa.

"Mierda... hemos llegado demasiado pronto... mamá puede sospechar..." pensé pero obviamente no le dije nada a ___.

Debíamos entrar rápido para llegar a mi habitación sin que mi madre la viera, una vez allí, podría esconderse hasta que mi madre nos encerrara.

Aquel plan, salió a la perfección, porque pocos segundos después de entrar, ambos estábamos sentados en la cama de mi habitación.

Miré a ___, esta miraba a su alrededor, inspeccionando la habitación.

-¿Te gusta? - le pregunté.

Ella me miró con una sonrisa y asintió.

-Todo es... demasiado moderno, me encanta - contestó y volvió a recorrer la habitación con la mirada.

Aproveché a sacar una gran sudadera y se la extendí. Su ropa estaba demasiado mojada, y si seguía así, podía enfermarse.

-Gracias - dijo con una sonrisa, y sin decir nada más, se quitó su chaqueta de uniforme y se puso mi sudadera rápidamente.

Sin embargo, aquel momento de relajación y risas, no duró mucho tiempo, porque poco después, escuché unos pasos aproximándose a la habitación.

-Mierda... - me levanté rápidamente, abrí la puerta del armario y miré a ___ - Escóndete, por favor... no quiero que te pase nada.

Ella me dedicó una mirada de confusión, sin embargo, no rechistó, simplemente se levantó y entró al armario.

Cerré la puerta y volteé rápidamente al escuchar unos gritos tras de mí.

-¡CINCO! ¡¿ACASO NO APRENDES LA LECCIÓN?! ¡¿DÓNDE ESTUVISTE TODA LA MAÑANA?!

Al igual que siempre, di un respingo gracias al susto que sus gritos me provocaban.

-E-en clase... pero volví temprano... porque los maestros tuvieron una reunión... - me inventé rápidamente.

Pero al parecer, no se lo creyó, porque la vena de su cuello comenzó a hincharse más que nunca, mientras que ella, me fulminaba con la mirada. Era obvio lo que iba a suceder... y me dolía que ___ fuera a escucharlo...

-¡ME LLEGÓ UNA CARTA DE TU MAESTRO! ¡HOY NO TUVISTE CLASES, CINCO! ¡ME MENTISTE!

Al ver que se acercaba a mí y cerraba su puño, cerré los ojos con fuerza, esperando un gran golpe en la mejilla, y luego uno tras otro, hasta posiblemente, dejarme casi inconsciente en el suelo.

Sin embargo, ese momento nunca llegó.

Segundos después, abrí los ojos, y me encontré con una escena muy inesperada. ___ había salido del armario y estaba agarrando el puño de mi madre con fuerza, mientras que esta, intentaba soltarse de su agarre para volver a acercarse a mí.

-No vas a tocarlo - habló ___ con un tono tan amenazante que hasta a mí me asustó.

Lo que no esperaba, era que mi madre soltara una risa sarcástica para después aflojar la presión de su puño dejándolo caer a un lado de su cuerpo, como si en ese mismo instante, hubiera olvidado las intenciones que tenía de golpearme.

Me quedé mirándola, sin embargo, ella no me prestaba atención, estaba muy ocupada mirándola a ella....

A ___.

-Hola... querida ___... - habló mientras la miraba y se acercaba a ella.

A pesar de que ___ estuviera muy confundida, decidió no moverse y seguir mirándola con esa mirada amenazante que mantenía desde que había salido del armario.

-No sé cómo sabes mi nombre, ni de qué me conoces, pero aléjate o te arrancaré las piernas.

-Puede que no me recuerdes... era obvio que no lo harías... llevamos demasiado tiempo sin vernos - dijo mirándola con una sonrisa misteriosa.

Miré a ___, su cara de confusión aumentaba a cada segundo.

¿Se conocían?

¿Cómo?

¿Acaso eso era posible...?

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Hola!! 

El domingo iba a publicar un capítulo, pero estuve tan ocupada que lo olvidé, lo siento :"v

Esta semana publicaré uno o dos capítulos más 

Gracias por leer <3

Un cuento que nunca pasó {Cinco y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora