003.

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Askari llegó con su madre, quién al verla se levantó indicándole que salieran afuera.

—¿Ya nos vamos? —cuestionó la primogénita, mirando como el atardecer en el Metkayina se acercaba.

—Los atardeceres en este arrecife son hermosos ¿verdad? —Zìoä mantenía su mirada el el cielo—, es algo que casi no puede apreciar en el Ta'unui.

Askari solo asintió, dándole la razón a su madre.

—Te quedarás —mencionó de imprevisto, causando que la postura de Askari se tensara—, Ronal lo pidió.

—¿Que? ¡No! —ella se alejó de su madre, mirándole incrédula—, no pienso quedarme en el Awa'atlu.

—¿Por qué? —su madre tenía una postura tranquila, al igual que su vos—, te mirabas a gusto esta tarde con los hijos de Toruk Makto, no te había visto así desde que conociste a Tsireya.

Askari cruzó sus brazos.

—No es la razón suficiente para quedarme aquí —ella mantenía su mirada fija en la de su madre—, no pienso estar en la misma aldea que Aonung.

—No empieces Askari —su madre se enderezó—, tienes diecisiete, madura.

—No es mi culpa que el sea un... engreído —ella tomó un respiro—, bueno para nada.

—No hables así del primogénito de Ronal —Zìoä alzó su voz—, se el ejemplo Askari, si Aonung es tan malo como siempre dices pues demuestra que eres mejor.

—¡No quiero! —Zìoä levantó su mano, en forma de alto, era una seña que siempre hacia cuando Askari empezaba a alterarse—, ¿por qué querría demostrarle que soy mejor?

—No es discutible Askari —su madre bajó su mano, teniendo una mirada fuerte a ella—, Ronal me pidió el favor, Aonung estará ocupado con sus deberes y tú debes guiar a los hijos de Toruk Makto, siéntete halagada.

—Ronal ni lo mira así —ella bajó sus orejas, enojada—, madre, por favor.

Zìoä pasó al lado de su hija, dejándola perpleja.

Askari dió un pequeño grito de frustración, pateando la arena en sus pies.

—Hey, hey —la tomaron de sus hombros, haciendo que se calmara—, ¿que sucede Askari? la última vez que te ví así fue cuando le dieron la razón a Aonung cuándo tu la tenías.

Rotxo la miraba con preocupación, separándose ahora de ella.

—¿Por qué Aonung siempre arruina mi vida? —ella murmuró—, lo odio.

—¿Que sucedió ahora? —a pesar de su mirada preocupada, Rotxo demostraba una pequeña pisca de curiosidad.

—Por su culpa debo quedarme aquí —volvió a patear—, enseñando a los hijos de Toruk Makto.

—Pero te mirabas a gusto con el del medio.

Ella movió su cabeza hacía atrás, tratando de relajarse.

—Pero Aonung está aquí —habló entre dientes—, vive aquí, come aquí, respira aquí —volvió a su postura normal—, no lo aguanto dos días, voy a estar aguantando alrededor de una o dos semanas.

—Seguramente ni te lo vas a topar —Rotxo le dió unas palmadas en su espalda, animándola—, venga, hay que buscar a Tsireya.

Ella asintió, siguiéndole el paso a Rotxo.

Ella asintió, siguiéndole el paso a Rotxo

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Conceited - Aonung (Avatar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora