Conceited - Aonung (Avatar)

Final.

Askari siempre había sido alguien sensible en todos los aspectos, aunque en las situaciones demostraba siempre una postura firme, segura de sus decisiones y palabras, no podía controlarse completamente.

A veces lloraba, su voz temblaba.

Siendo criada amorosamente por sus padres, siempre supo lo que debía hacer y como hacerlo, estaba feliz de haber llegado a un hogar, en el cuál, fue recibida con amor.

Todos esos pensamientos estaban revueltos en su mente, un mar de emociones y nostalgia.

Recordaba a su padre, todos los consejos que alguna vez le dio, la manera en la que la guío, el amor y cariño presente. También el como la había preparado con gentileza para ser la próxima líder, dirigir y cuidar al pueblo.

Miraba el océano, las aguas moviéndose con tranquilidad, las olas llegando a la orilla de la arena, lejos, pero no tanto de su aldea, ella se encontraba descansando un poco.

Pensando, y quizá, tratando de encontrar un susurro de respuesta, algo que le dijera que todo estaría bien, que ella estaría bien.

Que sería una buena líder, una buena madre.

La pregunta de su madre resonaba en ella como el sonido del océano resuena en las caracolas, solo que no lo escuchaba cuando quería, lo escuchaba siempre.

Un eco persistente, una sombra que negaba a desvanecerse. En su vista enfocada al mar, sentía ese peso de aquel secreto que crecía junto a ella.

Le alegraba, quizá, pero esa emoción se mezclaba con la perdida de su padre, la cual seguía siendo reciente.

Podía jurar que sentía suaves movimientos en su vientre, eso le recordaba la fragilidad de su mundo, de su clan, del dolor que habían pasado, las pérdidas y destrozos.

Necesitaban la fuerza de un líder, la fuerza de ella.

Pero Askari también necesitaba fuerza.

Zìoä miraba a Askari, ella tenía su vista en su madre, la pintura ceremonial se encontraba en su cara, sumándole, la nueva pintura permanente que resaltaba en su piel, un símbolo de que ahora sería una lider.

—Estoy orgullosa de ti.

Zìoä habló con suavidad, mirando a su hija con cariño.

La mirada de Askari se abrió en forma de sorpresa, sus ojos se cristalizaron por un momento, pero no podía permitirse llorar, no ahora.

Su madre se levantó, tomando el collar de su fallecido esposo, Zìoä lo miró con melancolía, pues también era complicado para ella.

—Es momento —se giró a su hija—. Vamos.

Askari se levantó con suavidad, caminando fuera de su hogar, su pueblo iluminado por el fuego y esperándola espectante.

Ver a la hija de Tswao los hacía sentir seguros, pues en Askari se reflejaba la seguridad y el deseo de proteger a su clan.