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Maratón 3/3

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Ella se adentró al lugar, realmente no se sentía con los ánimos de hablar con el primogénito

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Ella se adentró al lugar, realmente no se sentía con los ánimos de hablar con el primogénito. Su papel ya había sido cumplido, el collar había sido entregado y ella ya no tenía más que la ate a ese lugar, a él.

No dijo palabra alguna, caminó al pequeño rincon donde solía dormir y estiró aquella manta, recostándose y cubriendo su cuerpo con la manta extra, así le dio la espalda a Ao'nung.

La malla hundiéndose hizo que los instintos de la primogénita se activarán, más no volteó, no pensaba seguirle el juego a Ao'nung.

—Askari... —masculló.

El peso cerca a su cuerpo se hizo evidente, ella se tensó rápidamente. Sus ojos se abrieron con asombro y su respiración se detuvo.

Aunque él no se hubiera recostado a su lado, la cercanía la ponía nerviosa. Notó por el rabillo de su ojo como el primogénito tenía la mirada perdida, ella no respondió al llamado anterior.

—¿Sabes? —murmuró—. Realmente no quiero casarme.

Mantenía su postura alerta, no estaba entendiendo la situación y su sueño empezaba a esfumarse, el bullicio del pueblo aún seguía, eso significaba que iban a pasar toda la noche celebrando la llegada de los Tulkum.

Sin más remedio ella se movió para sentarse, su hombro rozaba con el de Ao'nung pero ninguno dijo nada.

Parecían tener un punto fijo en la nada, la oscuridad llenaba el ambiente y la única fuente de claridad era el pequeño dejo de luz lunar y aquellos lunares luminosos esparcidos por su cuerpo.

Askari se sentía extraña, no sabía que decir o hacer, por primera vez en todo su tiempo no entendía el comportamiento de Ao'nung.

De pequeña lo entendía, cuando creció no lo terminó de entender hasta que algunos recuerdos fueron claros.

Pero no se había dado el tiempo se sentir los sentimientos actuales por el Metkayina. Es decir, mezcló los sentimientos de su versión menor y adolescente. Amor y odio.

¿Pero que era lo que sentía por él ahora?

Una pequeña punzada llegó a su pecho, se estaba dando la oportunidad de sentir, de empezar a sanar con Ao'nung a su lado. Era claro, ella le tenía rencor, estaba enojada y el simple perdón de hace algunos días no bastaba en realidad.

Abrazó sus piernas mientras soltaba un profundo suspiro.

—¿Que sucede? —él la volteó a ver.

—Es raro que estés aquí cuando deberías estar con tu pueblo.

Ao'nung soltó una pequeña risa, de repente un aroma conocido llegó a su nariz.

Él estaba embriagado.

Conceited - Aonung (Avatar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora