Conceited - Aonung (Avatar)

010.

Maratón 2/?

Pasado.

—Mi mamá me está esperando, sueltame.

Sin embargo Aonung hizo caso omiso a aquella orden, abrazando aún más fuerte a Askari.

Quizá ya no la volvería a ver más y eso le dolía más de lo que debía.

—Aonung, ya —Askari se separó como pudo, mirando el rostro decaído de su compañero.

—Nunca te he visto llorar Askari —murmuró el con su voz quebrada, limpiandose con brusquedad sus mejillas—, ¿cómo le haces?

Askari levantó su mano, pasando su pulgar con suavidad por las mejillas de su compañero.

—No te limpies tan brusco —regañó por lo bajo—, puedes lastimarte.

Aonung bufó, desviando su mirada al arrecife, a lo lejos estaba Zìoä buscando a su hija.

—Tengo algo para ti —susurró Aonung empezando a desenterrar algo de la arena.

Ella miraba con cuidado los movimientos de su compañero, para luego desviar su mirada por ratos a donde se encontraba su madre.

—Mira —el menor le entregó lo que sería un collar—, para ti. Quiero hacer una promesa con esto.

Askari tomó aquel accesorio en sus manos, estaba bien hecho, a excepción de que aún tenía arena en este.

—Ese collar me lo dió mi abuelo, pertenecía a la abuela. Se lo dió cuando quedaron comprometidos —explicaba él mientras ella limpiaba con cuidado la joya—, le hice unos cuantos arreglos, claro.

—No puedo tener esto —ella se lo devolvió—, es de tu familia.

—Tu serás mi familia Askari —él le sonrió tomando el collar para engancharlo alrededor del cuello de ella—, prometo que para la próxima vez que vengas, ese grupo ya no va a estar tras de ti y podremos tener unos días tranquilos.

Ella sonrió, mostrando sus colmillos.

—Lleva siempre este collar, estaré contigo cuando lo lleves —se volvió a ubicar frente ella, sonriendo igual.

Askari se disponía a responder, sin embargo la llegada sorpresiva de su madre la hizo desconcentrarse.

—Aquí estás —soltó el aire que tenía guardado por la preocupación—, tenemos que irnos, así llegaremos al atardecer.

Zìoä miró a Aonung con una sonrisa.

—¿Ella va a volver? —cuestionó el menor, causando una reacción de sorpresa en Zìoä.

—No lo sé, todo depende de lo que diga su padre —susurró.

Askari bajó su mirada, aferrándose al collar con una de sus manos, mientras que la otra era sujetada por su madre.

Aonung asintió, un tanto triste.

—Vamos Askari, despídete.

La menor hizo caso, abrazando a Aonung por última vez.

Sentía que no lo volvería a ver, y en parte tenía razón.

Pero no sabía que todo iba a salir demasiado diferente a lo que tenía planeado.

Zìoä y Askari partieron en el skimwing de la mayor, Aonung estaba en la orilla observando como Askari era cada vez más lejana.

Apretó sus labios, dando media vuelta, dispuesto a enfrentar a ese grupo. Ahora Askari no estaba para ser lastimada.