APROVECHAR QUE

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El viento soplaba con fuerza en aquella cima de la montaña, dónde la vista era simplemente espectacular, se podía ver toda la escuela desde ahí y a esa altura todo se veía tan diminuto, como si fueras el rey del mundo tanto poderoso como inalcanzable.

Ante esos pensamientos Izuku solo nego con la cabeza antes de mirar su saco, dónde tenía todo lo que su maestra en turno le pidió conseguir. Al saber que ya no tenía nada más que hacer en ese sitio, salto de la montaña.

Pero a diferencia de cuando subió, esta vez ocupo el aire para poder bajar, dónde el elemento lo rodeo con suavidad ayudando que su aterrizaje fuera elegante y seguro.

Cuando sus pies pisaron por fin tierra plana, el aire reunido a su alrededor se disipó, por lo que sin tardar más empezó a caminar de nuevo al invernadero.

La verdad es que gracias a su buena vista es que no se perdió en el ahora oscuro bosque, y es que había estado bastante tiempo buscando esas bayas y raíces de Mondragón que la noche le cayó encima.

Lo bueno es que esa casa de madera no estaba tan lejos, por lo que no tuvo que cargar mucho tiempo ese costal de raíces y bayas.

— Pensé que te habías perdido mocoso — Izuku se sorprendió de ver qué aquella maestra conejo lo estaba esperando en aquella rama del árbol frente a la casa.

— Lamento la demora, me perdí por un momento y no encontraba unas flores — dijo mientras inclinaba levemente la cabeza en modo de disculpa.

Mirko bajo del árbol de un salto antes de extender la mano, dónde Izuku no dudo en darle el pequeño costal con las cosas ya pedidas.

— Hace frío, es mejor entrar y comer algo —. Izuku asintió feliz ya que pronto entraría en calor, mientras que la maestra conejo disimuladamente vio que el pecoso iba con la ropa llena de sangre seca, tierra en las manos y con un olor tan agrio que supo que sudo bastante para estar así, además de tener el cabello más enmarañado de lo normal.

Pero no dijo nada, quizás para no hacerlo sentir mal o en peor de los casos, ponerlo en vergüenza frente a las otras dos esposas.

Cuando Izuku abrió la puerta de aquella casa, un rico aroma a té de manzana y pan recién echo fue lo que le golpeó el olfato y ni que decir del delicioso calor que sintió gracias a la chimenea del lugar.

Al ver que Kirishima lo saludaba con la mano para que se acercará a la mesa, no dudo en hacerlo aunque estaba lleno de tierra y sudor, pero es que su estómago rugía por algo de comida urgentemente.

— Vaya hombre, si que estás echo un asco — fue lo primero que soltó Denki al ver a Izuku, quien sonrió nerviosamente mientras soltaba un suave lo siento mientras se sentaba en la única silla libre.

Estoy segura que fue difícil tu primera misión, ¿Verdad? —. Pregunto Momo al pasarle a Izuku una taza de té.

— Es que no estoy acostumbrado a muchas cosas, es todo — susurro al agarrar la taza y oler su rico aroma.

— Si tuvieras alas todo sería más fácil — fue la respuesta directa que soltó el rubio, dejando a Izuku un poco nervioso.

—¿¡Esto es té de las manzanas Golden del clan elfico!? — pregunto realmente asombrado cuando dió el primer sorbo y reconoció el sabor al instante.

— Wooo, ¿Y tú cómo las conoces? — pregunto realmente sorprendida Momo al escuchar eso, ya que ella no supo hasta que Mirko le dijo de dónde provenía dicha fruta.

— Eh bueno, lo leí en un libro creo — respondió de inmediato, recordando que su madrina le advirtió que no podía revelar su clan a nadie, más que nada para prevenir accidentes con otras familias.

— ¿En serio? —  la única mujer del grupo no se creyó tal mentira, pero Denki intervino, aunque quizás no para bien.

— Claro que sí Todoroki, ¿Acaso no vez que él ni vendiendo su alma podría probar o gozar de los manjares más caros del mundo? — Momo no dijo nada al respecto ya que era cierto, ella como creadora solo había visto uno que otro fruto que se daba en las tierras elficas y todo gracias a libros muy antiguos o dibujos muy viejos que se encontraban en la biblioteca de su clan.

— No te ofendas amigo, pero en mi clan se rumora que las frutas elficas son tan caras que ningún simple mortal puede costear —. Dijo en un intento de no haber sido grosero.

Izuku no respondió a las palabras de Denki ya que él realmente no sabía eso, así que solo miró su taza de té.

—¿Y tú no quieres un poco, Kirishima-kun? — ofreció la creadora al mostrar que la jarra tenía bastante té aún.

— No gracias, yo solo consumo energía que dreno de mi ahora esposo o en otro caso su semen, no necesito nada más —. Izuku se sonrojo al escuchar eso, Momo también se puso colorada al ver que Denki quizás no conocía el pudor.

— Aquí está el pan recién horneado, acompañado de miel dorada y jalea de trufas —. La encargada de la comida dejo la bandeja con un pan que a la vista se veía genial y el olor era exquisito.

— Vaya, al parecer tu marido si que se pudre en dinero, ¿Miel dorada?....¿Acaso tiene un pacto con los elfos o algo así? — y como siempre Denki no sabía morderse la lengua antes de decir algo.

Incluso Izuku estaba sorprendido de ver esa miel, aquella que estaba seguro se daba solamente en su jardín privado en el clan elfico.

"Me preguntó si Ochako sabe que su miel es enviada aquí o lo lgnora" pensó al recordar que la reina abeja vivía bajo sus cuidados, así como las demás obreras.

—Ten Bakugou-san, prueba un poco — Izuku agarro aquella rebanada de pan recién echo que Momo le ofrecía con un poco de miel, al probar se dió cuenta que efectivamente era la miel que Ochako y sus obreras hacían exclusiva mente para él.

"Debo saber porque la miel de mi colmena se da sin mi consentimiento" pensó un poco molesto antes de levantarse.

— Me preguntó si es todo Mirko-san, para poder retirarme —. La maestra acababa de guardar el saco que Izuku le dió hace nada y regresaba a dónde estaban sus alumnos.

— Si es todo, mañana a la misma hora regresa aquí, se te enseñará para que sirve todo lo que acabas de traer —. Izuku hizo una leve reverencia para después despedirse con la mano de las otras dos esposas.

Denki y Momo respondieron el saludo al ver que Izuku se fue, aunque estaban sorprendidos de ver qué no tomo casi nada de té ni mucho menos comió el pan.

— Me alegro que se fuera, su olor me estaba mareando —. Momo de inmediato vio mal al rubio.

— No debes hablar así de Bakugou-san —. Denki estaba por decir que no era por eso, pero prefiero callarse al ver que se iba a meter en un gran lío si decía que el aroma de Izuku en vez de molestarle lo estaba excitando demasiado.

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Aquí está el cap

Gracias por seguir leyendo este fic

Nos vemos en la otra.

ENCUENTRO FORZADO....FUTURO INESPERADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora