ENCUENTRO FORZADO....FUTURO INESPERADO

VAYA LÍO

La verdad no iba a mentirse él mismo al darse cuenta que aunque era la segunda vez que estaba en ese lugar, los nervios lo consumían así como la respiración agitada que era difícil de calmar. Sabía y debía mostrarse como lo que era, el rey de los vampiros, pero la verdad se le dificultaba demasiado.

Inhaló hondo varias veces y miro por la ventana del auto en un intento de ya no pensar más tonterías. Pero los enormes árboles frondosos, así como la variedad de criaturas diminutas que danzaban entre las copas de los árboles y el viento le recordaban a cada segundo a dónde se dirigían.

—Realmente es la primera vez que podré ingresar a las tierras elficas — las palabras llenas de emoción que soltó Rei hicieron que tanto Touya como Enji la vieran y solo asintieran con la cabeza.

— Lástima que Keigo no haya podido venir, ni mucho menos Fuyumi — recordó Enji al saber las obligaciones que tenía su hija en el clan y su yerno por estar enfermo. Vaya que eso de pisar los territorios elficos era una experiencia que nadie podía perderse y menos cuando esos lugares estaban celosamente bien resguardados entre la naturaleza y altas murallas, gracias al rey Elfico.

—Señor, hemos llegado — aviso el chófer al detener el auto en un plano libre de pasto y salió para abrirle la puerta trasera a su señor así como a la reina y príncipe, dónde Rei fue la primera en bajarse seguida de Touya y al final Enji.

Se decían en muchos lugares que las tierras elficas eran majestuosas, divinas, magníficas, perfectas, que no existían las palabras correctas para describir tan hermoso lugar lleno de naturaleza y magia pura alrededor y ahora hoy mismo con sus propios ojos Rei y Touya Todoroki del clan de los vampiros podían decir de sus propios labios que todo lo que alguna vez alguien se imagino del clan elfico era una basofia comparado al hermoso y muy increíble lugar que tenían frente a él en ese momento y eso que solo era la entrada principal al palacio real.

Un gran y ancho puente con columnas realmente altas a los lados, dónde colgaban del techo final gemas y lazos de sedas color pastel, con un gran río feroz pasando por debajo del lugar, dónde rocas que al pegarles el sol brillaban cuál joyas, así como las mariposas de diversos colores que danzaban por todas las flores que crecían cerca del río, le daban la bienvenida a los vampiros.

Rei no pudo suprimir su deseo de tocar las columnas al ver que estás tenían como un cinturón dorado, y vaya sorpresa que se llevó cuando vio que efectivamente era oro lo que adornaban las enormes y fuertes columnas.

—¿Huelen eso? — pregunto Touya al olfatear el aire del lugar.

—El aire de aquí es realmente mágico, dulce y curativo, justo como lo son los elfos — respondió Enji al sentir que si pasaba su dedo en el aire, este se llenaría de magia pura que fácilmente podría comerse.

—¡Enji! — la pronunciación de su nombre hizo que el vampiro se girará con rapidez solo para ver qué esas enormes puertas que dividían el exterior con el interior del palacio se abrían y mostraban al hombre que los invito en primer lugar.

—¡H-Hola AFO! — exclamó al estrechar entre sus brazos a aquel que ahora era su consuegro.

—¡Y yo que pensé que vendrían un poco más tarde! — dijo el elfo al ver que el sol aún no se ocultaba del todo.

—Creo que el chófer manejo rápido — mintió Enji al ver que el cielo aún estaba anaranjado por los últimos rayos del sol. — Por cierto, te presento a mi esposa Rei y a mi hijo mayor Touya — soltó al ver que el elfo vio a los otros dos vampiros con seriedad.

—Mucho gusto rey de los elfos — dijo tanto la madre como su hijo al ver al elfo de cabello blanco y ojos color celeste y porte imponente frente a ellos.