REGLAS A ENTENDER

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—¿Que pasa mi señor? —. Izuku al notar lo serio de Katsuki, quiso saber si podía ayudar en algo pero el rubio nego levemente.

— No es nada importante, solo me sorprendí que no haya más matrimonios en el pasillo. Creo que aún siguen consumando su unión —.

De inmediato Izuku se sonrojo al recordar que ellos también hicieron eso para poder ser bendecidos y unidos por el destino. Y la prueba era el hilo que ataba su meñique con el de su marido.

— Mi señor, si usted me hubiera pedido estar más tiempo juntos yo lo habría echo — respondió al mirar al rubio, dejando a este sorprendido para luego soltar una risa estridente.

— Vamos deku, el haber consumado nuestro matrimonio era un requisito para ser unidos, no es algo que la verdad queríamos hacer. No entiendas mal — aclaro antes de enojar a su reina con su comentario, pero Izuku solo alzó su ceja al no entender — te lo explico, si nuestro matrimonio hubiera sido por amor, nuestra primera vez sería porque ambos queremos y deseamos, además de hacerlo hasta donde hubiéramos aguantado. Por eso solo te tome una vez y ya, que caso tiene tener sexo si no hay amor —.

Ante esas palabras Izuku se detuvo viendo que su marido también lo hizo.

—¿Entonces ya no volveremos a estar juntos? —.

— No, si ninguno de los dos no lo quiere, así que grábate esto deku — Izuku asintió mientras miraba a su esposo con atención — estamos casados pero eso no significa que tengamos que hacer algo que no deseamos solo para satisfacer al otro, eso incluye no solo tener sexo, sino también a otras cosas que nos incomoden, ¿De acuerdo? —.

— De acuerdo mi señor, gracias — dijo de manera feliz y agradecido al saber que no debía cumplir con las funciones nocturnas maritales, ya que como dijo su señor dragón. Sin amor, hacerlo es difícil y doloroso aún cuando se es gentil y amable.

— Otra cosa, deja de llamarme señor o rey, búscate algo como decirme. Ahora eres mi esposa y el tratarme de usted se siente raro  —. Dijo sin dejar de ver esos ojos esmeralda.

— Mi señor Bakugou — Katsuki de inmediato negó con la cabeza al escuchar de nuevo ese titulo — Katsuki-sama — otra negativa al sentirlo todavía muy formal — Mmm, ya se, Katsu-chan —. La mirada de Bakugou hizo que está vez fuera Izuku quien nego con una sonrisa nerviosa al sentirlo está vez muy cursi. — ¡Ya se!...¡Te llamaré Kacchan! —.

—¿Kacchan? Y que significa eso —. Izuku sonrió de una manera tan linda que hizo que Bakugou lo mirara bobamente.

— No lo diré — ni bien dijo eso agarro la carpeta que tenía Katsuki en la mano y salió corriendo, dejando a Bakugou sin saber que decir o hacer — ¡Nos vemos en la habitación! —. Grito ya un poco lejos del rubio, en un intento de que esté no viera lo sonrojado que estaba por haber dicho eso.

Esas palabras bastaron para que Katsuki reaccionara eh hiciera el intento de correr tras su elfo. Pero detuvo su deseo al ver cómo el hilo de su meñique se empezaba a estirar hasta perderse al final del pasillo. Fue cuando recordó que el hilo jamás se romperá y que siempre será el guia para encontrar a su otra mitad donde sea que esté se encuentre.

Así que con paso calmado siguió su hilo, no sabía dónde estaba la habitación pero con el hilo daría con Izuku.

Hasta que recordó algo de suma importancia, Izuku jamás había estado en el campus él solo. Y sobre todo y lo más importante es que había lugares que estaban estrictamente prohibidas para los recién casados.

Así que sin dudar salió corriendo en busca de su tonto elfo, pero al bajar corriendo las escaleras no pudo frenar a tiempo cuando llegó al final de estas, lo que provocó que chocará con una joven que apenas estaba subiendo.

—¡Lo siento! — se disculpo de inmediato, viendo si no lastimo o arruinó el traje ceremonial que la joven tenía puesto.

— Al contrario mi señor, disculpe mi falta de atención — expreso la joven al levantar la cabeza, lo que provocó que el velo que cubría su rostro se cayera al suelo.

Fue cuando Bakugou miro esos hermosos y profundos ojos, y la joven no fue la excepción al mirar a ese atractivo rubio de ojos carmesí. Los dos por un momento se perdieron en la mirada contraria.

Ya que sin poder evitarlo, ambos habían sentido una conexión especial, una que Katsuki rompió al recordar que él ya estaba casado y con un muy lindo elfo. Y pensar en alguien que no fuera su reina era alta traición y posibles problemas con la joven si está llegaba a encapricharse.

Así que sin decir nada se agachó a recoger el velo, se lo dió a la joven azabache y salió de ahí a paso rápido en un intento de alejar pensamientos tontos. Dejando a la joven un tanto perdida al no entender porque sintió que su corazón casi se salía al ver a ese rubio atractivo.

Pero al igual que Bakugou, desecho ese pensamiento al recordar que ella iba a la casa ceremonial a conocer a su futuro y eterno esposo, uno que sería atado a ella por el destino. Así que soltando un suspiro largo, se acomodo el velo y siguió su camino.

Katsuki iba muy agitado al ver que aún no veía a su reina por el campus, y lo peor de todo es que si algún puberto de primero encontraba a Izuku, las cosas se pondrían feas para él.

Por lo que al ver hacía dónde se perdía el hilo, no dudo en seguir corriendo. Solo bastaron segundos para que una capa cayera en la cabeza de Izuku y este soltará un pequeño grito de sorpresa y todo por andar distraído.

—¡Tonto, no puedes estar aquí! – grito el dragón al alzar a Izuku y cargarlo estilo costal de papas, dejando al elfo confundido. —Y ni se te ocurra hablar — agrego al ver que un montón de jóvenes de primer grado pasaban por aquel sector.

Quienes al ver a Katsuki no dudaron en hacerle una pequeña reverencia antes de continuar su camino al edificio de los de primer año.

Apesar de ser cargado como costal, el tener la capa roja de su marido cubriendolo de cabeza hasta la cintura y el no poder hablar, aún así Izuku iba cómodo.

Hasta que fue bajado y al fin libre de esa capa, lo primero que vio fue a su esposo con el ceño fruncido y los brazos cruzados a la altura del pecho.

— Escucha bien deku, aunque vayamos a tener una casa para vivir dentro de las instalaciones de la escuela, no puedes pasear por dónde tú quieras. Hay lugares que están prohibidos pisar o visitar, ¿Quedó claro? —.

— ¿Por qué? —. Fue en ese momento cuando Katsuki recordó a la joven azabache que casi tira en las escaleras y en el problema que se hubiera metido si le hubiera pasado algo similar cuando estaba en el primer año, pero al estar ya casado y enlazado con Izuku, algo así no le afecto tanto.

— Porque si algún puberto con cero control hormonal te ve y se enamora de ti, puede que cuando le toque desposar a su reina, no lo quiera hacer porque ya le gustas o en el peor de los casos haga lo que sea para querer conseguirte y eso llevará a futuras guerras —.

— Lo lamento Kacchan, no pensé que mi actuar haría algo tan horrible —. Expreso de manera sincera al entender que mal habría echo si un joven estudiante lo hubiera visto.

— No paso nada así que ya no importa, pero en el futuro intenta no salir corriendo sin saber hacía dónde —. Izuku asintió a esas palabras y sin más ambos caminaron esta vez con rumbo correcto hacía las viviendas.

En definitiva Katsuki pedía disculpas mentalmente a sus maestros y prefectos que siempre estuvieron cuidando de que él no pisará terrenos de casados, porque lo más seguro es que se armaría una enorme bronca y todo eso lo entendió ahora que estaba casado.

Pero si el casamentero del consejo lo emparejo con un ser tan poderoso y mágico como lo era Izuku, era porque solo este estaría a su altura y viceversa, así que pensar en otra cosa o mujer sobraba.
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ENCUENTRO FORZADO....FUTURO INESPERADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora