UN POCO DE MI

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Lo que buscas está al fondo del bosque, ve recto y cuando encuentres una gran roca redonda gira a la izquierda, verás un claro y de ahí una cascada, la Mondragón se da en una cueva que está bajo la cascada —.

Cuando el lobo dió las indicaciones, Izuku no dudo ni un segundo en seguirlas al pie de la letra y por eso es que después de una buena caminata por fin había dado con la roca redonda.

— Ahora a la izquierda — susurro al caminar por dónde debía continuar, aunque en su camino encontró bastantes espinos que rozaban su ropa o piel pero eso eran unos problemas menores.

Al poseer un muy fino olfato logro percibir a pocos metros un aroma que él conocía a la perfección, así que alegrandose de saber que no fue burlado por los lobos, corrió hasta donde estaba aquel claro.

La pequeña cascada y el lago bajo está era todo lo que necesitaba, corrió sin dudar hasta tocar el agua cristalina y con ojos cerrados susurro aquel canto de curación.

El agua empezó a fluir por su cuerpo de inmediato concentrándose específicamente en las heridas más graves, dejando al elfo tranquilo porque ya no ardía ni dolía.

A los pocos segundos la mugre, tierra seca y sudor desaparecieron del cuerpo de Izuku, pero el pequeño chapoteo de un animalito hizo que el elfo abriera los ojos.

Al ver que un conejo se había acercado a beber agua del lago, rápidamente retiro sus manos y se levantó.

— Que estabas haciendo tonto — susurro regañandose él mismo al notar que estaba por robar toda la energía natural del agua del lago y eso llevaría a envenenarlo en el proceso.

Es verdad que moría de hambre por no tener los alimentos que consumía en su reino, ni tenía energía que su cuerpo necesitaba para poder hacer encantos simples, pero eso no significaba que debía reponer todas sus fuerzas con aquel elemento líquido que abastecía a todas las criaturas, flores y árboles de aquella montaña, porque de ser así, envenenaria el agua.

Con eso en mente y un poco más recuperado se sacudió la ropa que tenía bastante tierra y camino hacia la cascada en busca de un camino que lo llevará al interior de dicho lugar.

Pero entre más buscaba, menos veía por dónde subir. Piedras afiladas y muy mojadas era todo lo que podía percibir, por lo que al ver que sería inútil intentar buscar un lugar por donde trepar, con su dedo índice trazo unos signos en el aire y a los segundos un aire denso lo cubrió dándole a los segundos unas alas transparentes.

Esa clase de magia de vinculación con los elementos era algo que agradeció saber ya que el agua la invocaba para curarlo, ahora el aire era para facilitarle el volar, así que al tener la oportunidad de subir no dudo en hacerlo ya que así como envenenaba el agua cuando le robaba toda su energía pura, lo mismo era con el aire, nadie sabía pero al concentrar dicho elemento por bastante tiempo y no dejarlo circular debidamente este se volvía un gas tóxico altamente corrosivo para quien lo oliera.

Inhaló hondo al ver que por fin había encontrado la cueva bajo la cascada, al estar en lugar pisable, deshizo el vínculo y el aire a los segundos se esparció, aunque si se volvió un poco difícil de respirar en el lugar ya que se hizo una espesa niebla fría.

— No pensé que juntar todas esas cosas fuera tan difícil — susurro al ver que la cueva estaba totalmente oscura y con bastante musgo y humedad, gracias a la cascada que servía de cortina. — La Mondragón se da aquí, solo debo saber cómo es y listo — susurro al cerrar los ojos y esperar que estos descansarán de la luz del día y poder ver en la oscuridad.

Algo que logro en pocos segundos, lo bueno de ser elfo era que estos eran seres nocturnos, y que por muy oscuro que estuviera el lugar, ellos podian ver sin problema.

Se sorprendió al ver que casi al final de la cueva habían varios tallos verdes, camino hasta ellos ya que era lo único diferente de ahí.

Agarro un tallo y jalo con fuerza, sorprendiendose de ver qué un enorme camote redondo y largo estaba ahí.

—¿Eres tú el Mondragón que busco? — susurró al no saber. Para su sorpresa ese camote tenía unos pequeños ojos que se abrieron y con ello una boquita en forma de 0 apareció.

Izuku se quedó sorprendido ya que no esperaba eso, estaba por tocar aquello que parecía una cara cuando aquel camote grito con una fuerza antinatural.

El estar dentro de una pequeña cueva, con una voz de lo más irritante y con un oído altamente fino, Izuku solo pudo soltarla y tapar con fuerza sus orejas elficas, dónde estás empezaban a sangrar por el intenso sonido que escuchaban.

De seguir así, Izuku quedaría sordo, por lo que optó por caminar a la salida de la cueva, pero cuando la Mondragón había gritado, alertó o despertó a todas las demás.

Quienes salieron del suelo en su ayuda y gritaron como su compañera, logrando que la cueva se llenará de un grito que si fueras una persona normal, estallarías en pedazos.

Es ahí cuando se supo que las Mondragón desde los primeros tiempos las ocupaban como alarmas ante la llegada de algún enemigo, quienes al escuchar ese grito explotaban en pedazos, fue así como los seres mágicos sabían si un humano había entrado en sus dominios. Simple y fácil, armas letales y muy fáciles de pasar por alto al parecer estás simples hierbajos, eh ahí las Mondragón.

—¡Basta ya! — grito Izuku al no soportar más aún cuando tapaba sus orejas, con eso expulsó una onda de poder que alumbro la cueva por segundos y arrasó con todo a su paso.

Las Mondragón se hicieron polvo a los segundos y la cueva que estaba rodeada de piedras, empezaron a quebrarse y caer en pedazos al suelo, dónde se hacían cenizas.

Después de unos minutos y al no escuchar más de esos gritos horribles, Izuku por fin abrió los ojos y retrocedió mientras negaba con la cabeza al ver todo lo que provocó por expulsar un poco de su enojo. Viendo que en aquel lugar ya no había nada, ni piedras, ni cueva ni Mondragón. Solo un lugar ampliamente vacío, dónde la luz del sol alumbraba todo.

Se supone que el era un elfo, uno que debía respetar la vida animal así como la vegetal, y ahora había matado a un montón de seres vivos y todo por ser un tonto descuidado que se subió a buscar algo que no conocía.

Miro que hasta la cascada había desaparecido por su tontería, por lo que suspiro hondo y coloco sus manos en el suelo, dónde cerro los ojos y recito un encantamiento de recreación que hizo que poco a poco las piedras y todo el lugar empezarán a retroceder en el tiempo y se volvieran a colocar en su lugar, creando de nuevo la cueva tal cual la vio.

Bastaron unos segundos para que todo el lugar regresará a ser lo que fue, Izuku abrió los ojos y soltó un suspiro cansado por haber gastado energía que no debía gastar. Su falta de nutrimentos le cayo de sopeton cuando sintió como sus tripas rugían por algo de comida, algo que siempre pasaba después de haber expulsado tanta magia.

Bueno, se había quedado sin energía una vez más, pero logro reparar la estupidez que hizo de matar tanta planta con vida.

— Como odio esto — susurro al ver a las Mondragón durmiendo en el suelo.
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Muchas se han de haber preguntado porque Izuku no ocupa magia cuando se supone es tan poderoso.

Bueno, aquí se explica o espero haberlo echo bien.

Izuku aclara que él puede robar la energía vital del agua, pero al hacerlo la volverá venenosa y putrefacta ya que le roba sus propiedades, el aire se vuelve denso después de ocuparlo pero si llega a drenar toda su fuerza de elemento, llegará a convertirlo en un gas corrosivo y letal.

Muchos se preguntarán porque, bueno, Izuku no es un elfo normal y por ello su magia es demasiado para el mundo y eso a quedado claro, y más adelante veremos otras cosas que aclararan más dudas sobre nuestro lindo Zuzu y porque a llegado a ser tan letal.

Le toca duro al Kacchan, pero descuiden, son pruebas que deben pasar para llegar a formar ese lazo irrompible llamado destino.




ENCUENTRO FORZADO....FUTURO INESPERADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora