ENCUENTRO FORZADO....FUTURO INESPERADO

CON SANGRE Y DOLOR

- Bueno jóvenes es momento de seguir con este enlace matrimonial. Por favor príncipe Shoto es hora de entregar su reliquia familiar -.

Cuando el vampiro escucho eso no pudo más que asentir ante la alegría de saber que en unos momentos más Momo sería su esposa de manera oficial.

- Este collar es entregado a la futura reina de los vampiros, mi madre lo portó cuando se casó con mi padre, mi abuela lo recibió de mi abuelo paterno. Así a sido por muchos siglos, y este día será entregado a ti princesa de las creaciones -. La joven azabache extendió sus manos y en ellas fue depositada una joya que a la vista no solo era hermosa sino muy fina. Lo que no se espero fue que la reliquia al contacto con su piel, está estuviera muy pesada y caliente.

Al estar cubierta su cara con el velo de novia, ni Shoto ni la madrina lograron ver la expresión de dolor que sacaba la joven creadora al intentar sostener esa joya entre sus dedos. Una que pesaba por el echo de tener demasiada magia guardada en ella.

- Princesa Yaoyorozu es su turno -. La mencionada al terminar de colocarse la joya en el cuello, inhaló hondo y cerro los ojos para luego extender sus manos vacías, unas que a los segundos empezaron a brillar.

- En mi clan de creadores no existen reliquias antiguas que muestren que serás uno más del linaje al tenerlo. Nosotros somos creadores y eso significa también que si daremos un presente será echo por nuestra mas pura y calida luz de creación. Para todos y cada uno de nuestro clan, la joya es diferente y única por eso este día yo Yaoyorozu Momo te entrego a ti oh mi príncipe de los vampiros mi creación más pura y sincera lo cual mostrará mi entrega y devoción a nuestro enlace - al terminar de decir todo eso, Shoto abrió los ojos levemente al ver que en las manos de su amada se creo una pulsera de oro y pedazos de rubis y zafiros incrustados con una grabación en letras de los creadores.

Shoto sonrió como nunca lo creyó hacer al agarrar el obsequio de Momo y ver lo hermoso que este era. La azabache fue quien se lo puso en la muñeca al vampiro y con eso la pulsera brillo con fuerza antes de regresar a su normalidad.

Los dos jóvenes sonrieron al saber que pronto, muy pronto todo acabaría y al salir de esa habitación serían oficialmente esposos.

La única que escribía en su tableta llena de hojas blancas cada pequeño detalle del enlace era Ibara, ya que era un requisito que debía llevar a cabo al ser madrina. Pero al echar un vistazo a la joven, vio que está temblaba levemente. Pero aún así no dijo nada, solo observo y anotó.

Ya que al ser la primera vez que dos razas nada compatibles se unian en matrimonio, no se tenía registros de lo que iba a pasar. Por eso estar atenta a cualquier detalle por mínimo que sea era necesario.

- Por favor jóvenes, acompañenme - ambos príncipes se miraron entre sí y sin decir nada siguieron a la mujer, quien abrió una puerta continúa. Cuando se mostró el interior la azabache se sonrojo y Shoto casi colapsa. - Aquí es donde ustedes dos consumirán su matrimonio, pueden tomarse todo el tiempo que deseen -.

Shoto fue levemente empujado por su madrina al negarse a entrar y Momo entro al ver que debía hacerlo, después la puerta se cerró y con ello los dos jóvenes quedaron en un muy largo eh incómodo silencio.

Ibara regreso a su lugar, se sentó en el suelo y coloco unos tapones para oído. Esperando que los jóvenes no fueran tan pasionales o energicos a la hora de intimar porque eso de escuchar gritos de placer no era algo que deseara oír, pero por su trabajo debía mantenerse hasta que todo terminara.

Momo estaba nerviosa al saber que seguía, pero emocionada de que su amado la desposara ya. Así que con cada paso que daba a la cama, una tras otra prenda se deslizaban por su cuerpo.

Shoto no despegaba sus ojos de cada detalle que la mujer hacia al desnudarse, y al ver que el velo fue lo último que Momo se quitó, el joven vampiro vio el hermoso rostro de su amada. Uno que desde hace 6 años ya no había visto. Sus pies se movieron automáticamente con el único deseo de besar a su esposa.

- Saber que al fin estarás conmigo es lo mejor del mundo -. Momo asintió mientras mostraba una hermosa sonrisa a su amado, hasta que fue empujada a la cama y su vampiro se poso sobre ella.

Aquí habrá un ¿Lime? Creo que así se dice, un TodoMomo..... Si no quieres leer, nos vemos en el próximo cap...

Ambos sabían que seguía y sin dudar se darían el tiempo para gozarlo, al fin y al cabo ya no había problema ni impedimento para que consumaran su amor de una vez por todas.

Por eso la ropa de Shoto termino por algún lado de la habitación así como la de Momo, los besos dulces y suaves terminaron siendo cada vez más pasionales.

Las manos de Shoto se movían de un lado para otro en el cuerpo de Momo, deseando con eso tatuar en el cuerpo de su amada cada caricia que le daba, así como memorizar cada curva, cada sensación del cuerpo contrario.

Momo no se quedaba atrás en querer tocar el cuerpo bien formado de su vampiro, dónde la cama bien arreglada estaba ya muy arrugada y eso que solo eran toqueteos y besos fogosos.

Hasta que unos dedos hicieron presión en cierto lugar que hizo a la joven creadora respingar y al joven Shoto sonreír al ver que encontró un dulce punto de placer.

Hasta que después de unos buenos besos, preparación necesaria y uno que otro chupetón en el cuello por parte de ambos, el joven vampiro entro despacio en Momo, logrando que esta soltará un grito de dolor por tan gran paquete que entró en un lugar virgen.

Pero Shoto al esperar por tanto tiempo eso, no lo quiso echar a perder y ayudo a Momo a no sentir más dolor. Asi que siguió con sus toqueteos y besos pasionales, logrando que a los minutos la azabache pidiera más.

La cama empezó a rechinar por las embestidas que ahí se daban, Momo disfrutaba sentir tanto placer y al ser su primera vez no aguanto mucho y llegó a su ansiado orgasmo, pero Shoto estaba perdido en éxtasis al saber que por fin sería uno con su amada, no pudo evitar seguir embistiendo ese cuerpo con pasión y fervor sin darse cuenta que la joven tenía los ojos en blanco y solo se dejaba hacer como muñeca de trapo.
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