- Dime que es solo casualidad -dije poniéndome de pie tambaleándome de un lado a otro- ¿Qué hace ella aquí? -la señalé sin mirarla, la escuché reír por la nariz molesta mientras se cruzaba de hombros.
- Trabajo aquí -alzó una ceja.
Miré a Cate con los ojos entrecerrados diciéndole hasta de lo que se va a morir en mis pensamientos.
- ¿Trabaja aquí? -dije finalmente acomodándome y evadiendo por completo la mirada y presencia de Elizabeth.
- ¡Las dos trabajan aquí! -dijo alegre dándole una calada a su cigarro mientras lucía una sonrisa de lado.
Hija de puta.
- ¿Por qué no ayudas a tu mujer? -clavé mi mirada fijamente negando desesperadamente y pude notar que Lizzie estaba incomoda, deja de decirle Lizzie, para ti es Elizabeth, tonta deja de hablar contigo misma- limpia la quemadura -le ordenó a Elizabeth- se le puede infectar -guiñó un ojo alejándose con una sonrisa estúpida en la cara.
Se giró lentamente aún con sus manos cruzadas, pero con su cara relajada, no se veía molesta.
- Debería curarte esa herida, se puede infectar -se alejó moviendo sus caderas de un lado a otro, probablemente la veía más sexy de lo que recordaba porque estaba caminando de la manera que caminaba siempre.
- Solo quieres verme sin camisa -dije entre dientes caminando.
- No eres la última coca cola del desierto -bufó un poco negando.
Joder, seguía siendo la misma. Cinco años han pasado y sigue siendo el amor de mi vida.
Y ella no parece notarlo, pero aún me odia, puedo sentirlo.
Entramos a una de las habitaciones donde estaban las cosas para poder curarme, ella seguía buscando entre los estantes mientras yo tocaba con cuidado donde ya la pequeña burbuja de agua se asomaba.
- Lo siento, mi costumbre de calentar más el café -negó con una sonrisa inocente mientras me miraba con las vendas y cremas en sus manos para poder curarme.
- Sé que lo hiciste con intención -mi nariz estaba arrugada al sentir mi propio tacto sobre la piel quemada.
- Jamás haría nada para lastimarme.
Hubo un silencio prolongado, solo se escuchó mi tragar forzado y la incomodidad era palpable.
- Auch -entrecerré mis ojos al sentir sus manos humectando mi piel- duele -me volví a quejar.
- Eres una niña pequeña -sonrió, estaba tan cerca a mi abdomen que podía sentir su respiración caliente chocar cada vez que mi abdomen se movía.
- ¿Cómo estan los niños?
Su sonrisa desapareció al escucharme, despegó el rostro poniéndome una banda de manera rápida y dolorosa.
- Tal y como los dejaste -comenzó a colocar todo de vuelta.
- ¿Se quedaron bebés entonces? -traté de bufar un poco, pero ella solo me fulminó con la mirada para salir de la habitación.
- Lo siento -corrí tras ella- no quise ser insensible.
- Ya veo que están volviendo a sus raíces -Cate se escuchó a nuestras espaldas con una sonrisa burlona.
Elizabeth y yo solo nos quedamos mirándola.
- ¿Te acomodaras la camisa? -señaló mi camisa, aún sin acomodar bien, mientras traía una sonrisa sádica en su cara.
- Ni lo pienses -Elizabeth me sacó de mis pensamientos indebidos, aún soñaba con que lo que pasó por primera vez en ese cuarto de micrófonos volviera a pasar, pero eso era imposible- Solo estaba curándole la herida -la herida que dejaste en mi corazón- ¿qué dijiste? -se giró a donde mi mirándome con las cejas alzadas.
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¿Solo es actuación, no? II
FanfictionMi estomago se apretó tanto que salí corriendo, mientras mis pulmones solo suplicaban por aire y mi cabeza solo daba vueltas, me detuve mas adelante doblándome para poder sujetarme de las rodillas. - Esto debe ser una jodida broma -dije casi sin ai...