¿Solo es actuación, no? II

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Scarlett's POV:

La vi sentada, con su chaqueta color crema pálido. El pelo corto la hacía lucir impecable, como cuando la conocí. Si quería darle una sorpresa, la sorpresa me la dio ella a mí.
Era como si nos estuviéramos viendo en espejos opuestos.

Me puse de pie haciendo balance en mi tacones, no era muy seguido que me ponía este tipo de zapatos. Acomodé mi vestido que se había levantado un poco y comencé la marcha hacia ella.

- Te vez impecable -me dijo al verme- el rojo te queda perfectamente bien.

- No es casual verte con chaqueta, pero eres toda un galán -golpeé su hombro con mi bolso, estaba nerviosa, estaba actuando como si no la conociera y fuera nuestra primera cita.

- Estamos tan conectadas que quisimos sorprendernos una a la otra y eso me parece -se puso de pie quedando frente a mí, pero claro, tenía tacones y ella también, aún así sigo siendo más alta.

- Te ves hermosísima, Elizabeth -pasé mi mano por su rostro acomodándole el flequillo.

- No tanto como tú -arrugó la nariz.

- ¿Me darás un beso? -pregunté inclinándome un poco- después de todo estamos en una cita.

- Así es -se acercó a mí, con los labios entreabiertos esperándome ansiosa, pegué mis labios con los suyos. Fue como si el mundo recobrara sentido, ahora todo tiene más color y lo único que quiero es que este momento no se acabe.

Ella me hace sentir que encajo en el mundo.

Fue el beso más tierno que nos hemos dado desde que comenzamos, era el beso de, sí quiero estar contigo lo que resta de vida y que las cosas sean diferentes. Pero nunca me dejes de amar porque tú amor es lo que hace que mi mundo giré. Contigo la vida es más bonita.

- ¿Te apetece caminar en la playa? -la luz del atardecer resplandecía a su espalda.

- ¿A la playa? -contesté confundida.

- Sí, vamos -haló de mi brazo caminando calle abajo.

- Estamos en tacones -hablé desesperada, mi miedo de romperme un tobillo mientras caminaba en tacones en la playa se haría realidad.

¿Por qué una persona caminaría en tacones en la playa? ¡NO LO SÉ! Pero este parecía un momento de esos. Caminamos un rato por la playa, disfrutando de la compañía, el sonido de las olas que chocaban en nuestros pies, ya nos habíamos quitado los tacones porque expresé mi miedo por romperme un tobillo. El cielo ya estaba oscuro y las estrellas resplandecían más que nunca. Llegamos a un punto de la playa donde había un lugar privado. Se parecía mucho a la casa de Los Ángeles.

Había un pequeño bohío en el medio de la playa con una mesa. Miré para todos lados, a ver si había alguien más con nosotras, pero no había nadie. Eso me extrañó un poco, seguimos caminando hasta que Elizabeth se detuvo en frente, pero yo aún mirando el mar seguí caminando sin darme cuenta que se había detenido.

- Scarlett -su voz se escuchaba baja por el sonido de las olas, tenía el pelo despeinado por el viento, pero una sonrisa preciosa en el rostro.

- ¿Qué es esto?

- Nuestra cita -contestó emocionada caminando hasta la silla, sacándola para que me sentara.

Ella se sentó al otro extremo con los codos en la mesa, las manos debajo de su barbilla y una sonrisa.

- ¿Te gusta? -sonrió ampliamente.

- Es hermoso, mi amor -le sonreí de vuelta.

- Sé que usualmente eres tú quien tiene la iniciativa, se viste bonita y tiene estas ideas -comenzó a ponerse nerviosa, se estaba acomodando muchas veces en la silla y había bajado sus manos a sus costados.