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AMELIA:

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AMELIA:

Me desperté a eso de las 7, súper tempranito, me quise mover pero sentí un brazo alrededor de mi cintura, Enzo estaba pegado a mi como moco, me levanté despacio tratando de no despertarlo.
Fui al baño, hice mis necesidades, me lave los dientes, me bañé y salí cambiada, iba a preparar algo para desayunar y le dejé el desayuno a Enzo con una notita.
Salí de casa a comprarme unas cosas personales, después también compre para cocinar algo porque quería comer algo elaborado.
Descartando que la casa de Enzo estaba ubicada en un barrio privado, todo era genial, habían varios negocios súper bien administrados, los edificios y casas eran muy lujosos, obviamente. Habían algunas personas, no tantas puesto que era temprano todavía.
Espero hacerme por lo menos una amiga, me voy a morir del aburrimiento cuando Enzo no esté. Seguí recorriendo un poco, para conocer el lugar y la gente con la que iba a estar de ahora en adelante, ademas quería respirar aire fresco, y pensar que voy a hacer ahora, no quiero ser una mantenida, aunque en mi trabajo me va excelente quiero más. Algo que me haga salir de la casa algunas horas, algo que me entretenga.

 Algo que me haga salir de la casa algunas horas, algo que me entretenga

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ENZO:

Me desperté y Lia no estaba al lado mío, vi la hora, 8:00am, seguramente estaba abajo así que me levanté, me pegué un baño, me lave los dientes y fui a buscar a mi amada.
Baje y había un silencio impresionante, cuando miré la mesada habían unas galletitas y una notita.

"Buen día, me levanté temprano y salí a comprar unas cositas que me hacían falta, te dejé el desayuno, hay un café frío en la heladera"
                                                           Amelia.

Sonreí como un adolescente enamorado, está piba me vuelve loco, fui a buscar el café frío en la heladera, me senté solo, al rato se siente la puerta, llego mi amooooor.
Apareció en la cocina y cuando me vio soltó una sonrisa, me acerqué a ella abrazándola.

-me dejaste solo.

Amelia:- No seas exagerado, me fui un ratito nomas.

La miré y le di un beso, como la amoooooo.

-No te vayas más así, la próxima levántame, no te vi y me agarró la desesperación.

Amelia:- no me voy a escapar a ningún lado Enzito, nadie te va a robar tu cachorra.- se rio para después servirse un vaso de agua.

-Vamos a hacer algo hoy?

Amelia:- Quiero ir al shopping, o al centro, me quiero comprar ropa y algo de calzado.

-Me parece perfecto, entonces más tarde vamos gorda.

Amelia:- mira lo que traje.- levantó una bolsa.- voy a hacer un pastel de papa.

-uy que ricooooooooo.- le di un beso.- ves? Sos el amor de mi vida.

Se sonrojó y se alejó de mi, dejó las cosas en la mesa y fue a ponerse algo más cómodo para ponerse a cocinar.

-¿Queres que te ayude?

Amelia:- no, no. Podrías ir a acomodar la cama, así después de comer dormimos una siesta.

Seeee, siesta? Unas ganas de darle masa tengo. Ay Enzo controla tus hormonassss.

-bueno, ya vengo entonces.

Subí y me puse a acomodar la cama y las cosas que habían tiradas en el piso.

...


Terminamos de comer y ahora Lia estaba lavando los platos y yo limpiaba la mesa y acomode las sillas.

Amelia:- Bueno, ya está, vamos?

-Si gordita, vamos a acostarnos.

Subimos a la pieza y apenas entramos la estampe contra mis labios, no aguantaba un segundo más.

Amelia:- Enzo, para.

-¿De verdad queres que pare?- la miré a los ojos.

Amelia.- No, haceme tuya.- me miró con deseo y una voz tan necesitada.

Y con esas tres palabras la volví a besar, bruscamente, ella quería lo mismo que yo. Baje a su cuello, mordiendo y chupando este mismo, ella soltaba pequeños gemidos y jadeos que me hacían sonreír.
La ropa empezó a estorbar así que me saqué la remera y ella también, le desabroché el corpiño mientras la besaba, baje a uno de sus pechos y me lo metí en la boca, al otro lo masajeaba con mi mano libre.

Amelia:- Ah-ah. Si enzo.- era música para mis oídos.

Ella bajó sus manos a mi pantalón, desabrochado este con desesperación y deseo, la ayude y me dejó en bolas literalmente. Le saqué su ropa interior quedando ambos desnudos, continuamos con los besos. Amelia bajo y agarró mi miembro entre sus manos, comenzó chupando la punta mientras hacía círculos con su lengua, que hija de puta.
Después de un momento a otro se lo metió todo a la boca, mirándome, en su mirada no había más que lujuria y deseo, cosa que me volvió loco. Siguió chupando y haciendo movimientos de arriba abajo con una de sus manos, haciéndome soltar gemidos y suspiros de placer.
Se lo saco de la boca y me hizo señas para que entre en ella, pero esta vez se volteó quedando en cuatro, maaaaamita querida, que mujer y que culo.
Me adentre en ella de una estocada, el deseo y ganas de ambos hizo que pasemos el mejor polvo hasta ahora. Ella se movía como los mismísimos dioses, dejándome completamente loco.
Se dio vuelta subiéndose encima mío y montándome, yo veía como sus pechos subían y bajaban hasta que empecé a tocarlos, ella ahogó sus gemidos en un beso profundo, lleno de emociones.
La acosté en la cama y seguimos con lo nuestro, empecé a sentir como ella me apretaba cada vez más, estaba por llegar al orgasmo y yo igual, ambos llegamos, me quedé un rato quieto y después salí de ella y me saqué el preservativo.

-Qué mujer que sos, estoy completamente enamorado de vos.- la besé y ella apoyó su cabeza en mi pecho.

Yo sabía cómo era Amelia, no demostraba mucho, pero cada acción y reacción que tenía hacía mi toque o mis palabras me hacían comprenderla. Yo se que algún día algo va a decirme o va a responder alguno de mis tantos te amo, mientras tanto me conformo con tenerla conmigo.
Ambos nos dormimos después de semejante acción.
Le di un beso en su frente y me acomode mejor, estaba acostado con él amor de mi vida, que más podía pedir?


Le di un beso en su frente y me acomode mejor, estaba acostado con él amor de mi vida, que más podía pedir?

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Imposible - Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora