cap 1

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-Te amo, te amo, te amo! –exclamó Simón.

-Si, ya junté valor para hacerlo, mi amor, es que hace años que no lo veía y tenía miedo pero hoy mismo, te prometo que voy y lo consigo, sea como sea.

-Bueno, dale, Lali. Yo te espero en tu apartamento. Te amo.

Se despidieron con un beso. Corto y dulce. Justo como su noviazgo, que había empezado hace poco, pero era muy dulce.

Lali se dirigió al gran edificio. Entró y se subió al ascensor, una vez que entro en el mismo, se sintió fuera de lugar. Sus jeans gastados y ceñidos al cuerpo, junto con su remera de lana blanca y su cola de caballo, la hacían parecer impresentable para la oficina. No le importaba demasiado, ella era una persona que se enorgullecía de ser honesta y simple. Siempre iba de frente. Nunca mentía. Y eso se reflejaba en su forma de vestir.

Al llegar al piso más alto del edificio, la atendió la recepcionista.

-Hola, vengo a hablar con el señor Juan Pedro Lanzani.

La recepcionista la miró de arriba abajo –Tiene usted una reunión?

Lali le dedicó una sonrisa –No, pero verá que es urgente esto.

-Sin reunión no puede ver al señor Lanzani, es un hombre muy ocupado.

-El “señor Lanzani” me tiene que dejar pasar. Si o si.  Llámelo al señor y dígale que Mariana Espósito lo está esperando en recepción.

Así que señor Lanzani, que quedó del chico risueño y seductor?

La recepcionista llamó a Lanzani –Señor hay una chica – Lali se molestó al ver que la mujer se refería a ella como chica- que dice necesita verlo urgente.

Lali escuchó la voz del teléfono –Dígale a la chica que ahora no puedo, que estoy muy ocupado.

-Bueno señor, le digo que haga cita y que la semana próxima usted la puede atender? – La recepcionista miró a Lali con un sonrisita de suficiencia.

-Sí, decile eso… Pará, como decís que se llama la chica?

-Se llama Mariana Espósito.

-Por qué no me dijiste antes! Hacela pasar inmediatamente! Est[as loca?! Ya mismo me la hacés pasar!

Esta vez Lali le sonrió con suficiencia a la mujer. –Si, no le importa, voy a pasar.- dijo mientras se reía.

Él ya escuchaba su característica risa por el pasillo…

"Un trato" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora