cap 50

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Incluso de vuelta en su cama con Allegra, se sentía pésimo. Un mes, definitivamente, era demasiado.
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Se despertó con una sonrisa de su nena. Con muchos besos, le hizo el desayuno y no mucho después llegó el visitante habitual un lunes a la mañana.
-Hola! –saludo Agustín, amigo de la infancia. –Hola, preciosa. –le dio a Allegra un sonoro beso en la mejilla y ella le sonrió.
-Agus. –saludó Peter. Mientras tanto, Allegra se fue a jugar con su juguete preferido. Un peluche de unicornio que Peter le había comprado. –Todo bien?
-Sí… Allegra viene al trabajo con papá? –Hoy era lunes, Peter tenía que estar en la empresa.
-No voy a ir. –dijo Peter mirando a su hija.
-Eh? Por?
-Lali se la lleva por un mes a Londres. No me deja ir con ellas. –soltó Peter de repente.
Agustín suspiró. –Ya está, Peter. Hace tres años lo único que hago es oírte hablar de tu hija, de Lali. Tuviste una relación afuera de ellas que durara más de un día?
-Por supuesto. –contestó él.
-Quien? –quiso saber su amigo, alzando las cejas.
-Esta chica… La que trabaja en la empresa… no me sale el nombre ahora, pero salimos por una semana.
-Boludo, tenemos que conseguirte una novia.
-No quiero una novia! –le espetó Peter.
-No es lo que se quiere pero lo que se necesita. Amigo, Lali no va a volver con vos. No quiere, o no sé qué carajo le pasa… Es su pérdida, otra mujer te va a tener.
-Yo la quiero a ella. –murmuró Peter.
-Peter, olvidate, no va a resultar, lo único que te une a Lali es una historia duradera y esa nena hermosa. Ya está. Seguí adelante, porque ella ya lo hizo.
-Nada que ver. –dijo Peter. –No, ella no tiene novio, yo sería el primero en saber.
-Bueno, pero en cualquier momento va a conseguir a alguien.
Él suspiró. –No sé qué hacer.
-Yo sí. Tengo la chica perfecta para vos. Es una abogada, veintisiete años, linda. Perfecta para vos. Tomá. –le dio un teléfono y una dirección. –Ella está esperando tu llamado. O tu visita.
-Peter abrime! –gritó Lali al otro lado de la puerta.
-Voy! –gritó este. –Hola. –dijo sonriente y abriendo la puerta.
-Hola. –contestó ella con una sonrisa. –La nena?
-Jugando con el peluche de caballo… unicornio… Querés tomar algo? –Peter ya sabía la respuesta, sin embargo preguntó igual.
-Eh…bueno. –dijo ella sonriendo.
-Enserio? –Lali nunca aceptaba ni un aventón hasta su casa.
-Sí… No estés tan sorprendido, no sé si ofenderme o alegrarme.
-Por qué alegrarte?
-Porque segura pensabas, “Qué ídolo, Peter, lograste que Lali se quede, wooo!” Y cosas así.
-Ah… sos rara. –dijo sonriente.
-Sí, muchas personas me dicen lo mismo. –estuvo de acuerdo. –Hola, mi amor! Hermosa! Te extrañé! –Allegra corrió hacia los brazos de su mamá y le dio un abrazo de lo más tierno. Peter tuvo que contenerse para no ir a abrazarlas a las dos.
-Nos tenemos que ir ahora? –preguntó con carita triste la nena.
Lali sonrió. –No… no, te podes quedar un ratito más jugando, linda.
Allegra sonrió y se fue a jugar con su peluche. –Me alegra que la hayas dejado…
-Mariana Espósito! –exclamó Agustín. –Whoa, no lo puedo creer. Estás…grande.
-Sí, me imagino que lamentás no haber salido conmigo cuando tenía unos bien cumplidos diez años… -sonrió Lali y lo fue a abrazar. Mientras se abrazaban, Agus le hizo una seña a Peter, que claramente indicaba: WTF!
-Sí, lo lamento. Demasiado. Estás muy linda.
-Gracias.
-Estás segura que estuviste embarazada? –preguntó Agustín entrecerrando los ojos.
Lali estalló en carcajadas. Peter y Agus se reían. El punto es que pasaron como una hora charlando y rememorando viejos tiempos.
-Entonces te vas mañana? –Agus sacó el tema a colación.
-Eh… -Lali claramente no estaba contenta con el cambio de tema. –Sí, me voy con Allegra por un mes, sí.
-Ah… Se casa Vico?
-Y… él no quiere decir nada, o sea, no sé si quiere casarse realmente, pero la novia es la típica chica tradicional que quiere casarse, etc, etc, una de las razones por las que voy es para convencerlo de que no se case… Tengo un poco más de experiencia en esa materia que él. –dijo mirándolo a Peter.
-Seee. –murmuró Peter.
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Dos valijas enormes, una mochila, y un bolso de mano. Luego de despachar las dos valijas, se quedó con la mochila y el bolso. Peter se encontraba en el bar del aeropuerto con Allegra, tratando de que tome una chocolatada. Extrañamente, la hija de Lali, amaba el café con leche. Y odiaba el chocolate. Lali todavía no se explicaba esa anomalía.
-Dale, mi amor, tenés que estar fuerte, va a ser un vuelo larguísimo. –trató de hacerla entrar en razón, Peter.
-No quiero. Quiero que vengas vos. –murmuró la nena. –No quiero irme sin vos, pa…
-Yo tampoco quiero irme sin vos, mi amor. Pero vas a ver que en un tiempo ya nos volvemos a ver. –Peter la abrazo.
Unos metros más allá, Lali veía la escena. Definitivamente, Peter era muy buen padre el mejor. Era raro, que hace tres años, veía esto del embarazo como un accidente. Sin embargo, ahora, si pudiera volver a vivir su vida, no cambiaría no haberse acostado con Peter. Allegra era su vida.
Ella se acercó a Peter y Allegra, que seguían charlando. –Cuando sale el vuelo? –preguntó Peter mirándola.
-En dos horas.
-Dos horas? –replicó Peter angustiado.
-Ajá. –respondió simplemente, Lali.
-Ya hiciste todo? Boarding Pass, despachaste valijas… todo?
-Sé cómo viajar Peter, lo estuve haciendo toda mi vida.
-Sí, pero ahora viajás con nuestra hija. –Lali no pudo evitar notar el tono amargo en la respuesta de Peter.
-Sos un dramático. Me voy un mes. UN MES. Y no me hagas levantar la voz en el medio de un aeropuerto, si me llegan a prohibir la entrada a otro lugar público más por tu culpa te juro que me muero.
-Ey, no es mi culpa que nos prohibieran la entrada al zoológico. Esa fue tu culpa.
-Peter, no es sólo el zoológico, es el acuario, el museo de Barbie, que encima fue una pésima idea tuya porque no le gusta Barbie a Allegra, verdad? –Lali miró a su hija que estaba en los brazos de su padre.
-Verdad. –replicó con una sonrisa.
-Ok, podemos terminar de pelear? No quiero pasar mis dos últimas horas con ustedes peleando. –Aunque Lali se enojara, tenía que hacerlo. Sentó a Lali y la abrazó por detrás mientras que con el otro brazo, abrazaba a su hija. No quería que se fueran.

"Un trato" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora