Se sentaron en la arena sobre un pareo y Lali se sacó e vestido que llevaba. Peter no pudo evitar mirarla.
-Estás igual. –dijo. –Igual. –repitió
-Eh? –dijo confundida ella.
-Amo como te queda ese bikini. –dijo sin filtro. –Te queda muy sexy, La.
-Seguro sos el único que lo piensa. –Justo en ese momento ve a Candela y Nacho.
Lali se acercó a Candela que estaba chapando con Nacho, y la saludó.
-Cande! Hola…
-Lali, qué hacés acá? –parecía sorprendida de verla.
-Ehh?
-Qué…ah no sabés? –dijo perpleja.
-No, contame vos.
-Uy… Lali, no creo que…
-Dale, Cande, qué pasa? –preguntó Lali más curiosa que antes.
Candela suspiró –A ver… Gastón, viste? Bueno, le contó a todos los empleados, viste como es él, que eras la esposa de Lanzani, y les contó que eras más fácil que la tabla de uno y que…
Lali ya horrorizada ante lo que decía Candela la instó para que continuara. –Dale… seguí.
-Dijo que te partías en mil cuatrocientos pedazos y que eras la mejor chapando –terminó Nachito.
-No!
-Si –dijo Nachito- Ahora todos te tienen ganas. No ves como te miran, peti?
Y cómo la miraban, se la comían con los ojos. Peter también se dio cuenta y se acercó a Lali y la abrazó por la cintura, como marcando territorio.
-Hola señor Lanzani –dijeron respetuosamente Candela y Nacho.
-Hola. –les respondió secamente.
Cande y Nacho miraban rara a Lali, no podían creer la confianza que tenía con Peter. Por qué ya se la idealizaban como una más, y era nada más ni nada menos que la esposa del hijo del jefe.
-La, vamos?
-Chau, chicos –los saludó a los dos con un beso en la mejilla y abrazó a Cande.
Cuando iban caminando hacia donde estaba su pareo en la playa, Lali le confesó todo lo que había dicho Gastón de ella. –… No, Peter en serio, mirá como me mirá ese flaco de allá! –Y en efecto, un chico alto de ojos verdes y morocho la miraba sin disimulo. -Lo veo a Gastón y lo mato, Pitt! –dijo enojada, furiosa.
-Vamos –dijo, y la agarró de la mano.
-No, no quiero volver a la casa, Pitt. –le respondió hecha una fiera –Te juro que quiero buscar a Gastón y matarlo. Lo quiero matar, Peter.
-No vamos a la casa… -dijo tranquilamente.
-No, lo voy a buscar a ese pelotudo y lo voy a asesinar… Podés dejar de estar tan tranquilo por favor? –Le pidió Lali echando fuego por lo ojos.