cap 15

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-Mariana, tenemos que hablar –dijo un poco más serio.

-De qué? –dijo haciéndose la tarada.

-De anoche, Lali.

-Qué paso anoche?

-Me estás jodiendo? Sabés bien de lo que hablo.

-No, por favor vos. Yo voy a hacer como si anoche no hubiera pasado NADA.

-Anoche pasó algo, y vos sabés muy bien que pasó algo.

-No pasó NADA.

-Negadora.

-Puede ser, pero… Pero, nada, no paso nada, no pasa nada, y no va a pasar nada. Entendiste? –Parecía que se estuviera convenciendo a si misma.

-Bueno, estás negadora. Si te interesa mi opinión, para mi no significó nada. Fue solo por diversión. Hagamos como si nada hubiera ocurrido.

Aunque ya creía no sentir más nada por el, eso le dolió. –Si, solo por diversión, igual, vos sacaste el tema, Pedro. Emm, no quiero más, estoy llena. Voy a… dormir la siesta. Chau.

-Vas a volver a dormir, no dormiste ya bastante al sol?

-Si, y voy a volver a dormir en el cuarto, algún problema con eso?

-No, dormí tranquila…

Se fue al cuarto, se puso una crema hidratante para las quemaduras de sol, se puso un camisón muy suelto, con solo rozar su piel con la tela le ardió el cuerpo, finalmente se miró al espejo. Peter tenía razón, estaba muy roja. Con un gruñido se tiró a la cama, se arrepintió un segundo después de haberlo hecho, le volvía a arder todo el cuerpo. Se durmió entre pensamientos confusos.

 Cuando se despertó le empezó a arder el cuerpo de nuevo –Ahh, por dios… Peter! –lo llamó-Peter!

Vino unos minutos después, parecía muy estresado y cuando le habló le hablo de mala manera, muy enojado –Qué querés Mariana?

-Perdoná? Hablame bien, nene, yo te hablo bien, así que vos me hablás bien, está claro? –le dijo con una ceja levantada.

-Mariana, que querés? –dijo mientras respiraba hondo- No estoy de humor, Lali.

-Bueno… pasame la crema hidratante, me arde todo el cuerpo.

-Y si, estás más roja que antes… -dijo burlonamente-

-Callate –dijo mientras le entregaba la loción. –Qué hora es?

-Las ocho y media de la noche, te pegaste una buena siesta. –dijo.

-Y… pasé dormida más de la mitad del día, lo necesitaba…

De pronto la cara de Peter cambió, sonrió con su sonrisa compradora, la torcida que Lali tanto amaba y extrañaba, la que últimamente no se dejaba mostrar mucho –Te dejé muy cansada anoche? –preguntó sonriendo.

-Vos? Agotada a mí? –dijo impactada por su franqueza.

-Si. –dijo mientras le hacía sonrisa compradora.

-Nah, querido, dormí todo el día porque tu presencia y la de tu vieja me tienen harta, porque no banco que pienses que podés hacer lo que quieras conmigo, y porque no banco que vengas todo enojado y después me… después me…

-Después qué?

-Después nada, no te banco, Pedro! Me tenés harta. Me quiero ir de esta isla lo más pronto posible. Y eso que llegamos hace unas tres semanas, nada más. Cuanto queda para que termine el plazo?

-Bastante, Mariana. –respondió frío, calculador- Te voy a dejar ir cuando aparezca mi padre. Hace bastante que no me comunico personalmente con el. Cuando él venga, y le demuestre que sigo casado con vos, te dejo ir.

-No… no Peter, esto no es lo que habíamos acordado, dijimos dos, tres meses.

-Si, pero mi viejo no aparece. Así que hasta que aparezca… -respondió con la misma frialdad de antes-

-No! Peter, no! –replicó acaloradamente ya lista para la discusión.-

-La… -se trató de acercar a ella, pero Lali se alejó.

-Sabés qué? Me hace mal hablar con vos. Me hace mal, no me toques. De ahora en más no quiero hablar con vos, a menos que estemos delante de alguien. Va a ser lo mejor. No quiero más situaciones como la de anoche. Nunca más. –dijo cortante.

-Pará, adonde vas?

-Me voy a caminar un poco, necesito despejar la mente. Entendiste lo que te dije,  no? –le dijo.

-Si, lo entendí, no vuelvas tarde.

-No me digas lo que tengo que hacer.

Y luego de ponerse un vestido suelto por arriba del bikini se fue a la playa a caminar y a despejar su mente, como le dijo a Peter que haría. Se fue enojada, si había algo que odiara más que estar atrapada en esta isla, era que le digan lo que tenía que hacer. No soportaba que la gente creyera que tenía autoridad sobre ella. Mucho menos Peter. Nunca creyó que el sería una de esas personas que se creen que son los jefes de todos. En su caminata se chocó con alguien, y se cayó encima de esa persona.

-Qué linda sorpresa! –exclamó la persona a la que había tirado.

"Un trato" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora