𝚌𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 6: 𝚝𝚠𝚘 𝚕𝚒𝚎𝚜, 𝚘𝚗𝚎 𝚝𝚛𝚞𝚝𝚑

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Eran las ocho en punto, hora en la que de debía estar ya cerrada la enorme cafetería. Quería salir de ahí lo más rápido posible, tal vez si actuaba rápido y se iba, no tendría que asistir a la cena.

Puso los candados rápidamente, mientras trataba de hacer sus movimientos con rapidez, pero tal vez no la suficiente.

— ¿Crees que puedes huir, Im?

Escuchó a sus espaldas.

— carajo... — susurró.

Volteó lentamente su rostro, para ver a la intimidante mujer detrás suyo, recargada en el Mercedes negro.

— vuelvo a preguntar esto, ¿Crees que puedes huir?

— no... — se limitó a decir, restándole importancia al asunto y tratando de no verse ni notarse nerviosa.

Estaba completamente frente a ella, con dos botones de su camisa desabrochados.

Se paralizó al verla de esa forma, mientras guardaba sus lentes obscuros en su bolsillo.

La coreana sonrió divertida, soltando una pequeña risa, le divertida ver a la chica nerviosa.

— sabes que, no importa, vamos. — tomó su brazo, guiándola al auto.

Abrió la puerta del copiloto, para darle una mirada para que subiera al auto. Nayeon con las últimas fuerzas que le quedaban, entró al auto, mientras sentía sus manos sudar.

Jeongyeon caminó delante del auto para llegar a la otra puerta, mientras Nayeon se sentía realmente nerviosa al verla caminar tan segura.

Regresó a su realidad cuando escucho la puerta ser cerrada con fuerza, con una notaría ansiedad giró su rostro hacía la dirección de la contraria.

— ¿Qué? ¿Acaso ya te gustó y por eso me miras?

Nayeon bajó su cabeza, se sentía la persona más avergonzada y estúpida.

Si tan sólo no hubiera hecho lo que hizo, probablemente en esos instantes estaría mucho mejor.

A esas alturas de estaba cuestionando seriamente que era todo lo que había pasado en menos de una semana - otra vez -, habían pasado muchas situaciones en menos de una semana y se sentía cada ve más culpable y nerviosa, tenía bastantes dudas por aclarar

— ¿Tienes hambre? — preguntó, mirándola cortamente mientras manejaba.

— supongo que... S-si...

— bien, hoy puedes comer lo que quieras, yo pagaré absolutamente todo, pero también puedes comerme a mí cariño. — tomó su rostro, para apretar sus mejillas.

Se sentía realmente mal por Siu, pero también le encantaba la adrenalina que la bella mujer le transmitía, cómo si siempre hubiera esperado su corazón algo como eso.

— llegamos Eugene. — apareció el auto frente a un lujoso restaurante, mientras desabrochaba su cinturón de seguridad.

— no soy Eugene fuera del trabajo, así que no me diga así señorita Yoo. — dijo, con un tono fuerte.

— baja del auto, se ve que tienes hambre. — cambió de tema, bajando del auto.

Estando al lado la una de la otra, se acercaron a la recepción en medio de todo el restaurante. Una chica baja sonrió amablemente, mientras las guiaba a su mesa en un lugar totalmente alejado y les entregó dos cartas del menú.

Lo primero que hizo es ver los elevados precios de cada comida, mientras sacaba su cartera y empezaba a contar su siendo para ver cuándo tenía de dinero, siendo detenida.

𝗕 𝗟 𝗨 𝗘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora