Chapter 36: I'm breaking up with you

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Acepte la ayuda de Sana porque quería verla una última vez, necesitaba abrazarla una última vez y decirle con cuidado cuanto la amaba.

Mientras veía a Sana marcar su número, sentía mis lágrimas formarse en mis ojos. Dentro de mi mente pasaban muchas cosas desagradables, en parte entendía si me odiaba. Entonces la llamada fue contestada y Sana puso el altavoz.

— Hola, Nay.

[ ¿Pasa algo, Sanaring? ]

— pensé en invitarte a mi casa, has estado un poco distante.

[ Si, no me he sentido bien ]

— Podemos hablar en mi casa, prometo compensarte con mi ayuda en la cafetería.

[No lo sé Sana, hoy tengo que ir al club, tiene un tiempo que lo voy y Jihyo va a matarme si sigo faltando]

— Vamos Nay — rogó cómo una niña pequeña.

[Sanatang, sabes que te amo mucho, pero estoy pasando de nuevo por dificultades financieras y no puedo desaprovechar la buena paga de Jihyo, por más que quiera, estoy en quiebra]

— Vamos Nay, te daré dinero si vienes.

[Nunca eres tan insistente, ¿qué pasa?]

— está bien — hizo cara de perro regañado

[Ok iré, pero sólo porque sé que algo sucede]

Cuando Sana colgó la llamada, entonces sentí el verdadero terror, ¿y si se enojaba con Sana por mentirle? No quería meter a Sana en problemas por esto mismo.

— Tranquila, estaré bien.

Pasó un largo tiempo, hasta que la luz del día se había esfumado. Eran aproximadamente las ocho de la noche, hasta que el timbre sonó, entonces supe que ya no había marcha atrás.

Cuando Nayeon me miró, supe que ya no había marcha atrás, pero se veía aún dolida y molesta.

— Ay que tonta, se me olvidó comprar leche, regreso en un instan...

— ¿A dónde crees que vas, Minatozaki Sana? — escuché el enojado tono de voz de Nayeon.

— Por leche, Duh.

Sana salió lo más rápido que pude de la casa, mientras Nayeon ni siquiera me miraba. ¿Tanto asco le daba ahora?

— Lo sabías todo, ¿porqué no preguntaste nada?

— ¿Saber qué?

— Sobre mi boda, las invitaciones fueron enviadas con anticipación. ¿Porqué fingiste no saber nada?

— Esperaba que me lo dijeras, pero fue todo lo contrario, decidiste ocultar algo tan importante. Supuse que sólo estabas jugando conmigo Yoo.

— Sólo escúchame Nay, prometo aceptar tu decisión, sea cual sea. Pero escúchame una vez más, te lo ruego. No quiero perderte.

La vi suspirar, mientras asentía y se sentaba en el sofá.

— ¿De verdad soy tan poca cosa como para que te cases con el, Yoo? — Vi sus ojos ponerse acuosos, mientras miraba hacia arriba para evitar llorar.

— Mi madre lo hizo, yo sólo quiero protegerte.

— Y aceptaste, por supuesto. Piensas que yo no sé cuidarme.

— Pero espera, tenemos un trato. No habrá nada sexual de por medio, simplemente es un matrimonio forzado.

— Felicidades, Yoo. — aplaudió sarcásticamente — así es tu forma de arreglar las cosas.

𝗕 𝗟 𝗨 𝗘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora