𝚌𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 7: 𝚎𝚕𝚎𝚐𝚊𝚗𝚝 𝚕𝚊𝚍𝚢

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Chaeyoung caminaba por los pasillos con luces azules, mientras admiraba el club un poco más llenó el día de hoy.

Hacía un tiempo que no venía, después de traer a Jeongyeon, no había venido, pero hoy tuvo el tiempo suficiente como para venir de nuevo.

Hubiera seguido metida en su mente, si no fuera por el choque de hombros que sintió, viendo a una elegante bailarina de cabello largo pasar a su lado, sintiendo el mismo golpe.

— Lo siento señorita, no me he fijado. — dijo Chaeyoung, mientras esperaba una respuesta.

— Claro...

No podía ser, Son Chaeyoung no podía estar frente a sus narices, era imposible.

— Vaya Myoui, creo que volverte a encontrar ha sido un poco... Sorprendente. — contestó, mirándola cómo solía mirarla hace algunos años atrás.

Definitivamente eso le traía muy malos recuerdos.

Ocho años atrás...

Era la octava vez en el mes que corrían a una empleada gracias a Son Chaeyoung, la desastrosa y rebelde chica hacía que corrieran a todas las nuevas empleadas si no le agradaban.

— ¡Son Chaeyoung! Ya basta con esto, no puedes estar corriendo a todas esas pobres mujeres. — dijo fuerteme su madrastra.

— pero no me agradan, son molestas y torpes, deberían conseguir más empleadas que sean buenas, tan buenas como Nana.

— Nana es ya grande, sólo confórmate con las nuevas y comportarte. — dijo la arreglada mujer.

— No tienes porque decirme algo, sólo eres una intrometida, si mamá estuviera aquí, tú no estarías viviendo todas estas mierdad de lujos.

Chaeyoung detestaba a la joven mujer, no por que fuera su madrastra, si no porque solo estaba ahí para scarale todo el dinero a su padre.

— ¿Qué carajo te pasa? ¡Ah! — agarró fuertemente su brazo. — me debes respeto, ahora yo soy tu madre. — la reprimió.

— No lo eres, eres una intrusa e interesada. — contestó, para ir con todo el coraje que tenía hacia el jardín.

Estaba enojada, su madre había fallecido hace menos de dos meses y su padre ya tenía una nueva esposa, parecía que nunca había amado a su madre.

Se sentía enojada porque ahora estaba sola, si no tuviera nana, probablemente ya se hubiera ido de casa, a buscar una nueva vida, lejos de su padre y de la bruja de su madrastra.

Sintió unos suaves pasos, así que levanto la mirada, viendo a una elegante niña acercarse a ella timidamente.

— H-hola, soy soy Mina, vengo de Japón. — dijo la jovencita, viendo a la contraria mirarla sin sentimientos.

— ¿Y qué? Ya, ¿brinco de alegría? — contestó bruscamente.

— Yo... No. — bajó su cabeza.

— ¿Qué haces aquí? ¿Eres una ladrona?

— ¡oye! Mi madre y yo no somos unas ladronas, somos personas honestas. — contestó enojada, apretando su pingüino de peluche en sus manos.

La manera en que se veía enojada Mina, hacía que su humor mejorara, pero eso le irritaba.

— Bueno, no durarán mucho aquí, haré que las corran en cuando pueda. — contestó, ignorando la y tomando camino a adentro de la enorme mansión.

Chaeyoung había nacido siendo asquerosamente rica, por lo que cualquier cosa que pidiera, estaría en sus manos en un abrir y cerrar de ojos.

Y en ese preciso momento se encontraba observando a la chica, parecía que era elegante cada que caminaba. Sostenía una pequeña corona en su cabeza, mientras bailaba con su pingüino de peluche y se reía como si fuera lo más gracioso del universo.

𝗕 𝗟 𝗨 𝗘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora