1; Nuevo comienzo.

278 33 9
                                    

Caminaba por la acera con un visible nerviosismo. Era su primer día de clases y sus piernas no dejaban de temblarle, hasta el nuevo uniforme hacía que su piel picara. No faltaba mucho para que el autobús llegue a su parada, así que apuró su paso. Tanto fue, que si no se le hubiera cruzado alguien por delante, podría haberse pasado de largo. Alzó su vista y un chico de preciosos ojos celestes y cabello rubio se encontraba adelante.


Él se quitó los auriculares y rió, - Ten más cuidado -dijo sonriendo, y después volvió a su música.


Estaba parado en la esquina, donde pasaba el autobús. Seguro vamos a la misma escuela, pensó Emily. Debería tener unos 16 o 17 años. Se apoyó contra la pared y lo observaba con disimulo, era realmente hermoso, también tenía un piercing en su labio que lo hacía jodidamente sensual. Y sin darse cuenta estaba imaginando cuál sería la sensación del metal contra su piel de sus labios si se besaran.


La espera por el vehículo terminó al igual que su fantasía. Ambos quisieron subir al mismo tiempo, pero él inclinó la cabeza y con un gesto exagerado con su mano le cedió el paso. Ella solo le sonrió y siguió avanzando. ¡Qué vergonzosa era! Dentro no había nadie, porque esta era la primera parada hasta llegar a la escuela. No sabía dónde sentarse, así que cuando llegó casi al final del pasillo, se hundió en el asiento contra la ventanilla a su izquierda. El otro chico, pasó por su lado sin mirarla y se acostó a dormir con la mochila como almohada en los últimos asientos del otro lado en el que ella estaba.


Tomó su teléfono y mandó un mensaje: Buen día, te extraño. Pero no tuvo respuesta, ninguno tenía desde hace meses.


Segunda parada. Subieron al menos quince personas, entre ellas, dos pasaron directo al fondo con el chico rubio de hace un rato.


- ¡Arriba Hemmings! -Le gritó en el oído un morocho, que como no tuvo respuesta, se tiró sobre él seguido de otro más. Este tenía rulos color castaño un poco más claro que el de ella, que los observaba de reojo.

- Salgan de arriba estúpidos, no puedo respirar -Decía entrecortadamente por la falta de aire. Los demás riendo le contestaron que se joda por dormir en el autobús, y después se sentaron para seguir charlando.


Tercera parada. Suben al menos diez más y cuatro chicas que parecen haber dejado sin aliento a todos los hombres a su alrededor. Se habían arreglado demasiado bien como para asistir a la escuela, Emily se siente acomplejada al mirar su atuendo: jean gastado, remera azul y sus pony bastante viejas.


Ni siquiera de dio cuenta cuando pararon en la cuarta parada ni quién subió, estaba muy concentrada en su celular.


Cuarta y última parada; una sola persona sube esta vez. Levanta su mirada del inicio de Tumblr y algo extraño le llama la atención de este, el color de su pelo. Pero ella no es la única que lo nota, al instante el pequeño grupo de atrás comienza a gritarle y a reírse de él.


"¿Qué mierda te hiciste en el pelo Michael?"

"Estuviste comiendo mucha lechuga, hermano"

"¡Pareces una planta!" y más risas.


El chico, Michael. Se pone un gorro de lana sobre la cabeza tratando de ocultar el verde de pelo e ignora las burlas mientras camina. Al llegar al final se da cuenta de algo, no tiene lugar.


- Carajo, no me guardaron un lugar -se ve decepcionado.

- No es culpa nuestra de que seas el último en subir, amigo. Por ahí tienes más asientos -contesta el rubio, que hermosa voz tiene.


Asiente y mira a su alrededor. Dos lugares quedan libres. En uno, la chica más linda de su clase está sentada pintando sus labios con un lápiz rosa; y en el otro una chica totalmente desalineada empaña el vidrio con su aliento para después escribirlo.


Es una fácil decisión.

Todos los chicos eligen a Sophia, porque es hermosa.

Su elección es obvia.

Todos pero,

él no.


- Espero que no te moleste, no quedan lugares -dice cuando se sienta al lado de Emily, estirando las mangas de su sweater rayado hasta tapar sus manos completamente.


- No hay problema -contesta despacio. Ella había notado ese insignificante detalle, sabe lo que significa. Lo hace todo el tiempo inconscientemente, incluso en ese momento.


Los siguientes diez minutos los pasó en silencio, mirando por la ventanilla los edificios pasar. Su acompañante estaba un poco nervioso, lo disimulaba, pero se podía ver en sus ojos. Para distraerse se daba vuelta y decía alguna incoherencia con sus amigos de atrás, o cantaba alguna canción para sí mismo.


Hasta que un tímido:

- Soy Michael. -salió de la nada.

- Y yo Emily. -dice sonriendo, quiso agregar un - ya sabía tu nombre - pero no se animó. Esta vez lo miró con más precisión. Tenía ojos verdes que resaltaban de su cabello, lindísimos igual que su sonrisa, y sus labios. Se sonrojó al darse cuenta de su pensamiento.

- ¿Nueva en la secundaria? Nunca te había visto por aquí.

- Sí, último año. ¿y tú?

- También, me gusta que vayamos juntos Em. -Otra vez esa sonrisa, y el apodo, nadie la llamaba así. - Oh, perdón. No quise decirte así Emily -él al parecer había notado su reacción.


El autobús se detuvo, habían llegado al colegio. Tomó sus libros y comenzó a andar hacia la puerta.


- No, es... lindo, Mike -le responde guiñando un ojo mientras baja.


Cuando googleó el nombre de la escuela a la que asistiría, se dio cuenta de que sería más grande que la anterior, pero no creyó que tanto. Respiró hondo y se acercó a la entrada. Grandes puertas de madera daban la bienvenida al lugar.


"Un nuevo comienzo, un nuevo comienzo, un nuevo comienzo" se repetía mientras daba un paso dentro.


Michael se quedó parado observándola con una sonrisa estúpida en su rostro. Sus amigos no dejaron de burlarse de él, era muy raro que hable con una chica.


Mike, le gustaba.

Stories; m.c ❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora