19

41 4 0
                                    

Todavía recuerdo que me senté y estuve más de diez minutos sin despegar la mirada del suelo, intentando procesar todo lo que había pasado hace menos de dos horas, me costaba mucho poder describir lo que sentía, el dolor que llevaba todo este tiemp...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Todavía recuerdo que me senté y estuve más de diez minutos sin despegar la mirada del suelo, intentando procesar todo lo que había pasado hace menos de dos horas, me costaba mucho poder describir lo que sentía, el dolor que llevaba todo este tiempo en mi pecho.

Ya no podía aguantar más y me comenzaron a salir lágrimas de mis ojos, sabía que yo no tenía la culpa pero me invadió igualmente.

Al principio aun seguía dudando en si denunciar o no.

Si nunca te ha pasado alguna vez has dicho, si te pasara lo primero que harías es denunciar, nunca es fácil, hasta te comes la cabeza en como reaccionará tu alrededor o personas que no conoces esperándote siempre lo peor, y solo esperas que si cuentas tu historia eso no te pasé.

Se que no voy a dejar de tener miedo, pero también se que si no intento que pague por lo que me ha echo, puede volver a intentarlo...

Y es lo que realmente da miedo.

Así que si con la ayuda de Carlos y también de todos mis amigos Mel, Dai, Ivan y mi familia, bueno menos mi madre y sinceramente si esperaba que estuviera aquí, pero nunca está. Todos sus ánimos y palabras aunque no se le dirá muy bien en algunas ocasiones, pude reunir el suficiente valor y hacerlo.

Porque aunque siempre pareciera que estaba sola, nunca lo había estado, pero solo podía verlo si conseguía enfrentar mi miedo y compartirlo con alguien, no significa que lo tengas que hacer rápido yo por ejemplo no lo hice, fui poco a poco,
hasta que finalmente estoy aquí en la comisaría, en una sala con dos agentes contando mi historia.

¿Da miedo contar cosas privadas que te hacen tan vulnerable a unas personas desconocidas?

Mucho es algo doloroso de revivir cada momento que te ha aterrorizando, pero una vez terminas de contarlo, ves que puede haber un punto y final, la sensación que me llego aportar salir de allí y saber que finalmente habrá un juicio junto a una orden de alejamiento de más de doscientos metros.

No me hará nunca más daño.

No podrá acercase a mi.

Desde hace tiempo que no estaba completamente feliz, hoy puedo decir que estoy llegado al camino de esa felicidad.

Después de algunas horas dentro de esa sala, salí y ahí fuera estaban Leah, Liam y Carlos esperándome, una vez cerca de ellos me abrazan entre todos dejando que se me escape una sonrisa en los labios.

Soy más fuerte por todo lo que he conseguido pasar pero también soy fuerte gracias a ellos.

Después de este día de fuertes emociones, lo único que quería hacer era llegar a casa y dormir estaba muy cansada con todo lo que había pasado...

Pero como siempre pasa nunca termino saliéndome con la mía porque ahora mismo estábamos cenando una hamburguesa bastante grasienta y seguro que nada saludable, es un sitio que descubrió Leah cuando iba a un voluntariado con unas amigas suyas y pararon a cenar al terminar, así que hemos terminado en Imperio Food.

Una vez dentro me encontré que Mel nos estaba esperando en una mesa con una sonrisa en sus labios y tenía un brillo en los ojos que no supe descifrar. –Eres mi heroína Kala –me abrazo lo más fuerte que pudo– Estoy orgullosa de ti, siento no haberme dado cuenta antes de lo que te pasaba.

En ese momento no se como pude hacerlo pero no comencé a llorar solo le devolví el abrazo igual de fuerte.

–No te eches esa culpa, Mel. –la mire a los ojos– era imposible que te dieras cuenta.

Le dediqué una pequeña sonrisa junto a un apretón en el hombro y añadí –aunque no te hayas dado cuenta siempre me distes un motivo para sonreír.

Este pequeño momento creo que en un futuro será de los que más recordaré cuando mire hacia atrás para poder como poco a poco con ayuda estoy evolucionando, no puedo llegar a describir lo emotiva que me siento.

Aunque en un principio no pensaba que las hamburguesas fueran comestibles, tengo que decir que me equivoqué y eran de las mejores que había probado, creo que ya había encontrado mi sitio favorito de comida rápida.

Los siguientes días fueron algo raros, llenos dé caos a causa de nuestro viaje de fin de curso y sobre todo en casa cuando pille a Liam con las manos en la masa junto al portátil.

–¿Que haces? –No se esperaba que apareciera y como consecuencia el portátil casi sale volando.

–Echando un vistazo por internet –baja la tapa del portátil y me hace un gesto para que me siente– ¿ya terminaste de preparar todo para el viaje?

–Teniendo detrás a Leah y Mel, es imposible no tenerlo ya listo.

El se ríe sabiendo que no me equivoco y que es muy difícil cuando se les mete algo entre ceja y ceja.

–Pero no cambies de tema, ¿que estabas mirando?

–Nada interesante, solo estaba mirando unos cursos haber si me interesaba alguno.

Ahora se notaba que ya no estaba tan tensa y que en casa las cosas eran más fluidas de lo que solían ser desde hace algunos meses, era algo que no me había dado cuenta pero que echaba mucho de menos y me gusta estar así otra vez.

–Por cierto, ¿saliste de ese bloqueo de escritor?

Nada más escuchar ese tema, el de escribir, algo que amo hacer, se me iluminó los ojos –Aunque no hablara mucho de este tema cuando estaba en mi habitación con la música o en algún sitio me ponía a escribir, era una forma de expresarme con todo lo que me pasaba.

–Me alegro mucho Kala, de que pudieras volver a hacer lo que te gustar aunque fuera en esas situaciones... –hace una pausa pero parece que no se decide a hablar

–Se lo que estas pensando, va suéltalo

–¿Tiene ya título?

–Hace poco encontré uno, así que si

–¿Y me lo vas a decir?

Me rio porque aunque ya sepa la respuesta, lo intenta –aún no.

No merezco vivir, según ellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora