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Me ha pedido perdón, cuando esas palabras han salido de su boca, no he sabido qué decir, simplemente me he quedado en silencio y segundos después le he abrazado

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Me ha pedido perdón, cuando esas palabras han salido de su boca, no he sabido qué decir, simplemente me he quedado en silencio y segundos después le he abrazado. No me lo esperaba, ha sido bastante extraño.

—Dejame tu telefono —pide Dai
Si me lo hubiera pedido hace unos días o incluso ayer hubiera dudado en dárselo, pero ahora es diferente.

Unos segundos después de dárselo me lo devuelve con una sonrisa.

—Si te pasa otra vez, llámame, da igual qué hora sea.
Miro la pantalla con curiosidad bu y no puedo evitar que una sonrisa aparezca al ver como se ha agregado a él mismo.

—¿Mi príncipe azul? Siempre tan original
Me dedicó otra sonrisa , salimos del baño y una vez que se asegura que estoy bien desaparece en dirección a la cafetería no sin antes dedicarme una última mirada.

Con todo lo que ha pasado ya es hora del descanso. No tardó mucho en llegar a la cafetería, y no se como lo hace pero nada más pongo un pie dentro me encuentro la mirada de Mel, que no tarda en venir hasta mi.

—¿Dónde estabas? —pregunta preocupada, le miento —me ha bajado y he tenido que ir a cambiarme.

Parece que no le da muchas vueltas y que le he convencido, rápidamente cambia de tema.
—Antes de que se me olvide —enrolla su brazo con el mio— te tengo que presentar al nuevo que ha entrado hoy.

Empezamos a ir en dirección a la mesa en la que estamos normalmente.

—Al parecer ya lleva tiempo asistiendo a este instituto, pero  hoy es su primer día asistiendo presidencialmente.

—¿Y simplemente no se presentaba en clase?
—Antes nos había comentado que tenía un permiso especial para poder hacerlo.

¿Un permiso especial? No le doy muchas vueltas, al final Mel se saldrá con la suya y se acabará enterando.

No tardamos en llegar a la mesa, nada más hacerlo me encuentro con sus ojos.

¿Qué hacía aquí?

Pensaba que se había ido, pero al parecer no.

No entiendo nada.

Intento quitar mi mirada de él pero no puedo, y eso le divierte.

¿Por qué está aquí?

—Ka —dice Carlos— este es Dean

No hablo, simplemente no puedo hacerlo, es como si estuviera bloqueada. Aunque quisiera decir algo las palabras no salían de mi boca.

—Dean nos ha dicho que antes vivía en París
Sigo sin decir nada, pero ya he podido apartar mi mirada aunque siento que él no lo ha hecho.

—Te imaginas que alguna vez os hubierais cruzado.
Esa frase se queda en el aire, de reojo le miro y veo como tiene una estupida sonrisa en su cara.

No merezco vivir, según ellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora