Son las 5 de la mañana y no consigo volver a dormirme, cansada de dar vueltas, me levanto despacio intentando no despertar a Melania, pero no tengo mucho éxito.
–Mmm...¿Kala? –pregunta medido dormida– ¿Qué pasa?
–Nada tranquila –susurro– vuelve a dormir.
No tarda en darse la vuelta y dormirse. Busco mi móvil, cuando lo encuentro empiezo a alumbrar al suelo para ver por donde voy.
Es la primera vez que estoy en su casa bajó las escaleras y no tardo en el contrar el cuarto de baño, enciendo la luz, abro el grifo y pongo las manos debajo de este, después las paso por mi cara.
Me apoyo en el lavabo, aun sigo recordando lo que pasó con Dean, cierro los ojos y mis manos forman unos puños cuando los recuerdos se vuelven más fuertes. Noto como algunas lágrimas se deslizan por mi mejilla, me las quitó lo más rápido que puedo y vuelvo a pasarme agua por la cara.
Después de varios minutos salgo del baño, busco la cocina una vez ahí, avanzó hasta la nevera, cogo una botella de agua y un vaso. Termino dejando todo mi peso en el primer taburete junto a un suspiro.
–¿Estás mejor?
No puedo evitar llevarme la mano al pecho del susto que me ha dado.. No tarda en sentarse a mi lado.
–Es inutil mentirte... Así que no voy a decirte que estoy bien... –le miro– Pero estoy mejor...
Pasa su brazo por encima de mi hombro y me atrae hacia él.
–Poco a poco... –susurró abrazándome– Sabes que estoy aquí..
Asiento y me apoyo en su hombro.
No se cuanto tiempo pasa pero lo único que sé es que me he quedado dormida mientras él me abrazaba.
Abro los ojos con dificultad debido a la claridad que entra por la ventana. Otra vez dando vueltas intentando volver a dormir pero en un movimiento empiezo a notar un dolor en el lado derecho del torso bastante fuerte, intento ignorarlo.
Me levanto y me doy cuenta de que no estoy en la cocina ni en la habitación de Melania, me siento en la cama y vuelvo a mirar a mi alrededor, concentrada en cada detalle las paredes llenas de fotos de jugadores de fútbol, en la pared del fondo ahí una estantería con algunos libros, la curiosidad puede conmigo asi que no tardo en levantarme y examinar los títulos de los libros., "Tardes de otoño", "Esto no es un cliché ¿o si?", "Dime que me amas", entre otros títulos.
–¿Cotilleando, manos de palo?
De reojo veo como está apoyado en el marco de la puerta
–Puede –aparece una sonrisa en mis labios.
–¿Alguno que te llame la atención?
–¿Cuál crees que me llama la atención?
Sonríe, extiende su brazo por encima de mi hombro haciendo que quede entre él y la estantería, selecciona un libro y lo pone entre nosotros "El día que dejó de nevar en Alaska".
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No merezco vivir, según ellos
RomanceKala Fernández, una chica que estaba consiguiendo al chico que le gustaba pero a la hermana de él no le sentó nada bien. Ella tiene un primer amor fallido y decepcionante. Carlos Balint tenía una vida complicada, siempre decía que estaba bien, todos...