Después de que se llevaran la victoria, algunos de los jugadores junto a Dai decidieron preparar una fiesta para celebrarlo. En un principio sería en el campo de fútbol, pero al final el equipo decidió que fuera a unos minutos, en un descampado con varios árboles, donde ya se habían echo varias fiestas anteriormente.
Aunque no llegue a mencionar nada supongo para no dar con una conclusión que sabría que no iba a gustarme, a lo largo de la tarde y del partido en pequeños momentos notaba como si alguien me observaba intenté distraerme con la ayuda de Ivan, Mel y Dina, con sus conversaciones más triviales y sus piques me ayudaron a poder despejarme, al menos por un rato. Esa sensación hizo que dudara en si ir con ellos a esa fiesta o volver a casa, pero finalmente lograron convencerme.
Minutos después de llegar todos fueron por su lado, Ivan y la chica de las gradas terminaron bailando juntos, Mel fue arrastrada por algunos de sus amigos y Dina fue a buscar algo de beber para nosotras mientras la esperaba apoyada en un tronco un poco apartada de toda la música, al menos hasta que volviera.
–Un poco sola ¿no? – intenté que no se notara que estaba poniéndome nerviosa al escucharlo – ¿tus amigos ya se han dado cuenta de lo puta que eres realmente?
Lo más disimulado que pude mire a los lados buscando a alguien, cualquiera, para no estar sola con el, pero fue inútil.
–Antes he visto que no me hiciste caso – acaba apoyado en el mismo tronco que yo – te había dejado claro que solo eras mía.
Abrí la boca para hablar pero no me dejo.
–Te deje muy claro la última vez que hablemos una cosa –hace un pequeño silencio– si alguien te tocaba y no era yo lo pasarías muy mal, Kala.
Esta vez se pone delante de mi, obligándome a centrarme en el.
–No se porque me obligas hacer estas cosas –coge una de mis muñecas– al parecer tengo que recordarte de quien eres.
Su mano libre la desliza por mi cara, hacia el cuello y finalmente aprieta con fuerza.
–Sabes así callada estás mucho mejor – en sus labios se dibuja esa estupida sonrisa que tanto me gustaba y que ahora odio.
Esta vez aprieta mucho más mi cuello y deja libre la mano con la que sostenía mi mano al principio y vuelves deslizar la mano pero esta vez intenta meterla bajo el pantalón, intento moverme para impedirlo pero hace más presión sobre mi cuello, dificultándome la respiración.
–Dean...Cada vez que lo intentaba se me hacía mas difícil hablar. –no lo hagas, por favor.
Ignora mis palabras, me arrastra hacia un árbol que está algo escondido y esta vez consigue meter la mano por debajo de mis jeans. Sin que pueda detener mis lágrimas empiezan a descender por mis mejillas.
–Ssssh, tranquila –susurra pegando su boca en mi oído – no llores, sabes que todo está bien.
No estaba bien, nada lo estaba, yo sola no podía salir de aquí y nadie me iba a ayudar como todas esas veces en las que estábamos en la misma situación, esta vez no sería distinto.
Sabéis cuando tenéis algo que no le podéis dejar de dar vueltas a un pensamiento que viene de repente, algo que pensáis que pasará si o si. Mi cabeza no dejaba de repetir que esta vez no podría superarlo. Y no se hasta qué punto tenía razón, esta vez era diferente, estaba mucho más cabreado y sobre todo más agresivo de lo que suele ser. Ahora mismo la sensación de miedo que tenia es mucho más fuerte, haciendo que cerrara los ojos con fuerza desde hace rato.
Pero de un momento a otro dejé sentir la presión de su mano en mi cuello, simplemente desapareció.
Hasta que unos segundos después abrí los ojos no me di cuenta que ya no estábamos solos.
–¡Que mierda haces! –le grita Carlos aguantándolo para que no se mueviera e impidiendo que pueda golpearle.
Es la primera vez que lo veía así, tan enfadado.
–Solo estaba haciendo lo que me estaba pidiendo.
–Sabes que eso es mentira ¡Quítale las manos de encima!
Esta vez grita Dai apareciendo a mi lado, haciendo que me sobresalte.
–¿Tan seguro de eso? –hablan Dean mirándome –parece que no la conoces tanto como crees
Conozco esa mirada, e intento retener las lágrimas que luchan por salir, una nueva sensación de miedo me invade, ¿se darán cuenta de que no dice la verdad? o sus palabras serán más fuertes y el finalmente tendrá razón cuando me digo que no me crearán, me dejaran sola.
–En Paris pensaba que la conocía, y estuvo a punto de tirase al idiota del mejor amigo de mi hermana, mientras intentaba algo conmigo.
El sabe que no es verdad, que fue Mat quien intentó abusar de mi. Carlos no me mira en ningún momento, tiene toda su atención en Dean.
El miedo me sigue invadiendo cada vez más, no es verdad pero ellos, no me creerán. Son las dos personas que más me conocen ahora mismo, las que me han visto en mis momentos más vulnerables y aun así dudo que me crean, pero no les podría culpar hace tiempo yo también le creí.
-No sé si antes te llego a servir tus mentiras, ¿pero ahora? No lo harán – me mira unos segundos – sabemos que Kala no miente a diferencia de ti.
No le gusto esa respuesta y la sonría que antes tenia en los labios se esfuma, su expresión se vuelve poco a poco a una que conozco y no me gusta nada.
La distancia que tenían ya no está con muy pocos pasos Dean se deshace de su agarre e intenta pegar a Carlos. Dai ya no está a mi lado sino que se ha puesto entre ellos dos.
–Si pensabas que veríamos diferente a Kala solo porque te conocemos dos días, he intentas que le demos de lado, te equivocas –entrecierra los ojos en su dirección– no sé si antes eso te llego a funcionar con los que decían ser sus amigos –se ríe de él– pero nosotros si la conocemos y la creemos.
Esta vez no se dirige a ellos dos sino que Dean se gira hasta mi, su cabreo solo hacía que aumentar, en ese momento en que empezó a acercase a mi reaccionó moviéndome hasta Dai y Carlos.
En vez de esperar a haber que hacía Carlos sacó su teléfono y empezó a marcar un número de teléfono.
–Eres una persona despreciable –se dirige a Dean
Finalmente Dai pudo retener a Dean con algo de ayuda de Carlos sosteniendo aún el teléfono al lado de su oído, y yo miraba a los tres intentando asimilar la situación.
No conseguí oír lo que hablaba hasta que tiempo después apareció un coche de policía. Dean maldijo, y uno de los agentes fue a ayudar para que no se pudiera ir.
Había quedado algo alejada de ellos con sus forcejeos, Carlos fue el primero en acercase a mi.
–¿Estas bien? -intenta asegurarse
–Eso creó –sigo dandole vueltas a todo esto
Sin esperarlo me abraza, lo más fuerte que puede. Dándome lo que más necesitaba en ese momento, apoyo. Hasta que susurro algo que no esperaba –Siempre te creeré
Y al final me derrumbé, esta vez fui yo quien le abrazo más fuerte.
Nota Autora:
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Wow. un capitulo movidito ¿después de leerlo que sensaciones tenéis?
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No merezco vivir, según ellos
RomanceKala Fernández, una chica que estaba consiguiendo al chico que le gustaba pero a la hermana de él no le sentó nada bien. Ella tiene un primer amor fallido y decepcionante. Carlos Balint tenía una vida complicada, siempre decía que estaba bien, todos...