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Me despierto de golpe pero no puedo mover nada ¿Dónde estoy? miro a los lados, veo un montón de cables, no sé dónde estoy

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Me despierto de golpe pero no puedo mover nada ¿Dónde estoy? miro a los lados, veo un montón de cables, no sé dónde estoy. Me duele mucho la cabeza. La puerta de la habitación se abre y aparece Liam tiene una expresión de preocupación y de miedo.

—¿Liam? —susurro

Se acerca y se sienta en un lado de la cama, me coge la mano con cuidado.

—Estoy aquí... —dice con firmeza— estas llena de cortes, cicatrices y golpes... ¿porque no hablaste conmigo?

Se nota que está triste y enfadado pero no conmigo sino por la situación, cree que lo podría haber evitado.

—Tenía miedo, si tu lo hubieras sabido mi situación hubiera sido peor...

Bajo la mirada a mi mano libre y la cierro con fuerza, pasó la vista por los cortes y suspiro.

—Tenía mucho miedo, Liam... —susurro apoyándome en su pecho— estaba segura que...

Me abraza para que no siga.

—Ahora estás conmigo... A salvo

Al escuchar eso comienzo a llorar, llevo mucho tiempo aguantando, lo abrazó más fuerte, tendría que ser más fuerte.

—¿Desde cuándo te pasa esto? —pregunta acariciándome el pelo

—Desde el año pasado —cierro los ojos recordando esos ojos preciosos que me metieron en esta mierda junto a muy cabezonería.

Tocan la puerta de la habitación, es la enfermera para curarme todos los cortes de la cuchilla. Mi móvil comienza a sonar, lo busco con la mirada, está en el sillón, le hago una señal a Liam para que conteste mientras observo mordiéndome el labio como me curra, según le ha dicho el médico a Liam he tenido suerte podría haberme desangrado por la cantidad de cortes que tengo por los brazos y piernas, me ha contado que poco después de que estuviera ya en el suelo alguien me encontró, fue corriendo avisar, llamaron a una ambulancia y a Liam.

—Si Leah está bien, ingresada pero está bien —dice intentando tranquilizarla.

Cuando le han llamado del instituto se lo ha dicho Leah es como mi hermana nos conocemos desde hace mucho, a pesar de que siempre nos tuviéramos que mudar a otra ciudad o país seguiamos en contacto, nada cambio a pesar de la distancia.

—¿Cómo? ¿Estás en el aeropuerto de París? —pregunta abriendo los ojos como platos— Mi madre está viniendo al hospital ¿le digo que pase a recogerte?

La enfermera me llama la atención para decirme algo.

—Ahora te traeré un calmante para el dolor —dice acercándose a la puerta

Desaparece por la puerta y pocos minutos después vuelve aparecer con el calamante

—¿Entonces vienes en uber? —Liam sigue hablando con Leah— Vale, ahora nos vemos

No merezco vivir, según ellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora