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Llevábamos como unas cinco horas ya en Paris y ya nos habíamos instalados en nuestras respectivas habitaciones, todos estos días la compartiré con Mel

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Llevábamos como unas cinco horas ya en Paris y ya nos habíamos instalados en nuestras respectivas habitaciones, todos estos días la compartiré con Mel.

Los profesores nos compartieron atreves del teléfono un plan para estos días y antes de empezar con él teníamos un par de horas libres.

Todos nos reunimos una vez bajemos del hotel, como era lógico todos me miraron aunque algunos lo hacían con precaución sobre todo Dai y Carlos eran los que sabían que había pasado aquí en Paris o se lo intuían. Era la única que me había estado aquí, la que más sitios conocía, Ivan por ejemplo era el que tenía más curiosidad por saber donde había vivido o cual era mi lugar favorito.

No tardemos en ponernos en marcha e ir en dirección a mi jardín favorito donde venía a escribir o escaparme cada vez que podía, pero antes de ir paramos en una cafetería a la que venia Liam cuando pasaba por aquí y entraba a comprarme un batido, esta como a unos treinta cinco o cuarenta minutos de lo que era mi casa y una vez todos bebían su batido volvimos a ponernos en marcha.

–¿Echas mucho de menos esto? –Mel es la que ha decidido hablar

–La verdad, no –miro la calle por la cual había pasado un millón de veces– creo que necesitaba mudarme y conocer gente que si valiera la pena.

Que me demostraran que significa decir ser tus amigos.

Esto último es acompañado de un abrazo por parte de Mel. Y es un abrazo bastante fuerte, no lograre entender de dónde sale tanta fuerza.

Una vez dentro de los jardines hacemos la misma ruta que yo hacía donde siempre acaba sentada, pero la sensación que tengo ahora no es la misma que hace unos meses atrás, sino que ahora miro a mi alrededor a la gente desconocida y no siento esa tristeza, unos minutos más y estamos delante de el árbol que pasaba miles de horas sobre todo escribiendo el libro que ya está por su recta final.

No me imaginaba volver a estar aquí.

–Kala

–Dime Ivan

–¿Donde estamos? –pregunta con bastante curiosidad.

–Estamos en medio de los jardines de Luxemburgo.

–¿Venías mucho aquí? –Está vez es Dai quien pregunta.

–Demasiado, siempre que podía –Toda la tranquilidad que me trasmitía este lugar era algo que no podría explicar– me saltaba muchas clases para venir aquí y poder respirar algo de esa libertad que tanto buscaba.

–Nunca hubiera pensado que te saltarías clases. –se sincera Mel

–Fue algo que no estaba en mis planes, pero era necesario, al menos para mi. –suspiró recordando esos días– Y mi hermano me castigó cuando me pilló, tuve "suerte" y no repetí curso.

–Es un paisaje muy bonito –recalca Carlos que solo estaba a mi lado cogiendo una de mis manos mientras esta mirando a su alrededor y escuchándome

–Es precioso –añado

No me preguntan más, bueno por ahora. Todos me imitan y se tumban al rededor de ese árbol grande y admiran todos los detalles y las personas que pasan por el pequeño camino que ahí a nuestro lado.

Estamos bastante rato así, pero no somos conscientes de eso hasta que nuestras alarmas empiezan a sonar, haciéndonos volver a la realidad.

–Toca ir con el resto de la clase

Mel se estira y le cuesta levantarse como a todos los demás que la seguimos. Le pedimos a uno de nuestros profesores que nos mande la ubicación para poder elegir nuestra ruta hasta ese nuevo destino. Nos toca caminar como unos cinco kilómetros.

Mi teléfono vuelve a sonar esta vez en mi bolsillo, en la pantalla aparece el nombre de Liam.

–Ni llevo veinticuatro horas fueras de casa y ya me echas de menos, hermanito.

–Obviamente, no estás para complicarme las tarde que tengo libres.

–Y yo que pensaba que Leah me iba a sustituir, para molestarte mientras no estoy.

–Yo creo que ese plan no te funcionó muy bien.

–Pero vamos a lo que importa. ¿Como vais por Paris? ¿Estas bien?

Antes de contestarle saltan Dai y Mel detrás mío para saludarlo haciendo que Liam se ría, después los demás también le saludan.

–Ahora estamos volviendo de los jardines y de camino a la ubicación de los profesores.

Aun espera que le responda a una pregunta, me mira a través de la pantalla. –Estoy bien, tranquilo, todos me están ayudando a su manera.

Echo una ojeada por encima del teléfono mirando a Carlos, Mel, Ivan y Dean que me acompañan. Una sonrisa se apodera de mis labios.

***

Al principio mi historia solo la conocía Carlos, si todos eran de mi confianza pero era algo doloroso. Con el tiempo quedó como una cicatriz que aunque siga doliendo ahora soy consciente que eso ya forma parte de mi, siempre estará ahí.

Poco después se lo pude contar a Liam y Leah, es algo que no pude hacer sola, Carlos siempre estuvo a mi lado a medida que me iban escuchando, lloraban y mucho. Fue bastante doloroso, por mucho tiempo sobre todo para Liam aun no comprendía cómo pudo estar a mi lado cada dia pero a la vez tan lejos ajeno a todo. pero fue una elección mía.

Aunque Dai era el que sabía que Dean no era tan bueno, de los tres era el que estaba más enterado de ese tema, pero nunca intento saber de mas, recuerdo que una vez lo único que dijo al respecto fue «No necesito que me digas el motivo, en realidad no lo necesito, solo necesito un ayúdame y no estarás sola, da igual lo capullo que fui y soy, siempre estaré»

Finalmente se lo pude contar todo a Dai, Mel e Ivan, nada mas empece a hablar y Mel conecto todo me estuvo abrazando por varios minutos creo que podría decir que incluso media hora, debo admitir que la reacción de Dai al saber que ayudo a Carlos a patear el culo de Dean, no podías quitarle su sonrisa, aunque vi en sus expresiones que sentían no haber estado ahí, y si lo estuvieron pero a su manera, de la única manera que les deje estar, no tenían la culpa, nadie la tenia, ni yo que tanto me costó entender.

Esa tarde empezó como algo triste una historia dolorosa que contar, y terminó con todos riendo sobre todo cuando Ivan y Mel discutían por darme un abrazo.

Finalmente Liam supo cómo se titula mi novela, aunque creo que tú también conoces ese título. ¿Te suena, «No merezco vivir según ellos»?

Todo el mundo leyó como fue mi historia y como llegue a sus vidas o como lo pase ajeno a ellos. Por fin mi historia fue terminada o al menos tras estas páginas llegó a su fin con mis montañas rusas de emociones, estar bien a estar mal, poder salir de ese pozo que parecía no tener final.

Orgullosa puedo decir que soy una guerrera que ganó varias de sus peleas sola y con ayuda.

Deja que te de un consejo, en ese momento no lo hice pero ahora lo haría, nunca te calles, habla con alguien, no tienes que estar solo, siempre necesitaremos un apoyo, no siempre podemos solos.

Siempre es mejor pedir ayuda.

FIN




Nota Autora:

Gracias por leer este capitulo, tu apoyo significa mucho para mi . Si quieres, deja un comentario o un voto para saber que estas aquí.

¿Después de leer toda la historia que destacarías de ella?

¿Qué te hizo sentir esta historia?


No merezco vivir, según ellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora