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Esta vez me ahorro los detalles pero sí, volvió a pasar, Dean siguió persiguiendo sobre todo cuando estaba sola aunque esta vez ya casi no se escondía quería que supiera que en cualquier momento podría hacer lo que ya había hecho y no dudo en hace...

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Esta vez me ahorro los detalles pero sí, volvió a pasar, Dean siguió persiguiendo sobre todo cuando estaba sola aunque esta vez ya casi no se escondía quería que supiera que en cualquier momento podría hacer lo que ya había hecho y no dudo en hacerlo varias veces. Todas esas veces intenté pedir ayuda pero nadie me escuchaba, no pasaba por casualidad como suele pasar en los libros que he leído.

Hasta que un día dejé de verlo, ya no recibía más mensajes. Solo pensé que se había acabado todo eso y aunque sabía que no iba a ser igual que antes, que seguiría teniendo miedo al ir sola, parecía que toda mi vida volvía a ser como siempre había soñado, tener una vida normal, no era algo que no hubiera tenido pero si algo que extrañaba tener.

La semana pasada Carlos y yo cumplimos un mes saliendo juntos, mi estado de ánimo estas últimas semanas había mejorado bastante, Carlos tuvo una sorpresa, tenía planeado todo un día conmigo por Barcelona él, yo y su coche.

Me emocioné bastante cada vez que parábamos en los mismos lugares en los que me llevó hace 4 meses cuando llegué a Barcelona y al instituto, estábamos volviendo a hacer la pequeña ruta que hicimos cuando nos conocimos pero esta vez no duró unas horas, duró todo el día, no puedo describir todo lo que sentí en esos momento en cada nueva parada, aunque ya supiera cuál sería.

*****

Son las 7:45 de la mañana y el sonido del claxon suena indicando que Carlos está esperándome fuera, termino de ponerme una sudadera y la mochila, cojo una manzana y me la llevo a los labios mientras cierro la puerta detrás de mi.

Sus ojos marrones se centran en mi, deslizando su mirada por mi cuerpo haciendo que me sonroje. –¿Tengo monos en la cara?

–No, pero si tienes la mejor sonrisa.

Le empujo suavemente y le saco la lengua.

–Hablo

Rodea mi cintura con su brazo con fuerza, hunde su mano libre en mi pelo atrayéndome hacia el y deposita varios besos sobre mis labios hasta que finalmente se convierte en uno apasionado y con fuerza.

Una vez dentro del coche volvemos a hacer lo de siempre, me pasa su móvil y elijo una canción "De la tierra hasta marte" empieza a sonar por todo el coche mientras Carlos sostiene mi mano acariciándola con la suya sobre el cambio de marcha.

No tardamos en llegar al pequeño parking del instituto, antes de ir a buscar a Melania como cada mañana me despido de Carlos con un beso corto en los labios, pero siempre lo acabamos profundizando. El beso se convierte en uno tras otro, ninguno tenemos intención de separarnos del otro hasta que cierta persona nos interrumpe.

–¿Que quieres Iván? –gruñe

–El equipo de fútbol te está buscando, aunque más bien me han obligado a buscarte.

Carlos pone los ojos en blanco y ahora si deja un beso sobre mis labios dejándome la necesidad de mas, poco después desaparecen por el patio.

Cuando estoy de camino al aula que me toca a primera hora, escucho que Melania grita mi nombre desde el final del pasillo.

No merezco vivir, según ellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora