Está noche no he dormido nada, gracias a los mensajes de Dean, encima ahora por eso me siento como una mierda y se que no tendría que sentirme así pero no puedo evitarlo.
Son las 7:15 de la mañana y estoy apunto de salir de casa antes de que me pille Liam y quiera llevarme. Termino de ponerme la chaqueta, al poner la mano sobre el pomo de la puerta, suena el claxon.
–¿Quién es? –pregunta Liam apareciendo por detrás de mí.
–No lo se –abró la puerta de la entrada para averiguarlo.
–Su taxi ha llegado –habla Carlos apoyado en el coche mirándome– buenos días.
Esa sonrisa que le aparece en esa cara de idiota cuando sabe que me esta sacando que quicio no la soporto, si pudiera se la quitara de su cara.
Liam no dice nada solo nos observa, mira a Carlos de arriba a abajo y le lanza una mirada antes de irse. Antes de subirme al coche no puedo evitar mirarlo tiene ese color verde llamativo con un dibujo en negro por toda la carroceria, pero lo que mas me llama la atencion es la pegatina que tiene en el lado de atras del coche, el escudo de ataque a los titanes. Interesante.
–Vamos manos de palo, sube –le da unos toquecitos al coche y abre la puerta del copiloto.
–¿Que haces aqui, idiota?
No tardó en entrar al coche ya que está aquí no se va ir solo al instituto.
–Pues que voy a hacer recogerte.
–Lo que tú digas.
Una vez dentro del BMW lo enciende y en un rato ya estamos en el instituto, pero antes de que abra su puerta lo freno.
–¿Cómo sabías que no estaría ya de camino al instituto? –pregunto curiosa.
–Supongo que una corazonada –quita las manos del volante– y por qué llevo delante de tu casa desde las 7, por si se te ocurría la idea de salir mucho más pronto.
No deja que le conteste es más rápido que yo y no tarda en bajarse, espera a un lado del coche apoyado en él esperando que haga lo mismo.
–¿Aún no has visto todo el instituto?
–No aún no, lo iba hacer mañana –se queda mirándome esperando que siga hablando– porque al final me quitan esto esta tarde.
Levantó la pierna que tiene la escayola para enseñarle a que me refiero. Aún estamos al lado del coche me quita las muletas de las manos y las deja dentro de este. No puedo explicar muy bien que hace pero terminó subida en su espalda.
A la mínima que hace un movimiento con sus mano en mis piernas para que no me caiga roza con mis heridas.
–Augh –me quejo– ten cuidado, no aprietes mucho.
Carlos hace menos fuerza y me lleva al campo de fútbol donde nos conocimos, después de pararnos ahí empieza a dar vueltas por casi todo el recinto sin dejar que me baje de su espalda.
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No merezco vivir, según ellos
RomanceKala Fernández, una chica que estaba consiguiendo al chico que le gustaba pero a la hermana de él no le sentó nada bien. Ella tiene un primer amor fallido y decepcionante. Carlos Balint tenía una vida complicada, siempre decía que estaba bien, todos...