Mi milagro de la vida |Draco Malfoy|

Capítulo 49

Ada Potter
—Deberías hablarlo con Draco.

¿Debería?

—No sé Narcissa, ¿no es muy pronto?

—Cuanto antes mejor.

—¿Y si el no lo quiere?

—Si el no lo quiere pero tú sí, que sepas que siempre te apoyaré y yo me haré encargo contigo.

—Muchas gracias de verdad.

—Ven aquí.

Narcissa se acercó a mi mientras alzaba sus brazos para después envolverme en ellos.

—Ahora límpiate las lágrimas y ve a hablar con el.

Le di una sonrisa y me levante de la cama para abrir la puerta de la habitación y irme.

Baje las escaleras para ver a Draco pero no estaba así  que volví a subir y fui hasta la puerta de la habitación de Draco para tocarla.

—Pasa.

Abrí la puerta de la habitación y me lo encontré sentado en la cama.

—¿Estas bien, Ady?

Yo camine hasta la cama y me senté al lado de el.

—Tenemos que hablar.

Pude notar como se asusto.

—Me estas asustando, así es como lo suelen dejar las parejas.

—Draco-

—¿Me vas a dejar?

—No-

—Perdón sí he hecho algo mal.

—Estoyembarazada.

El me miro confuso.

¿Por qué lo digo tan rápido?

—No te he entendido.

—Estoy embarazada.

El puso una cara de sorprendido para después poner una de felicidad.

—¿Enserio?— Dijo sonriendo mucho.

Yo asentí un poco sorprendida por su reacción.

El me cogió y me balanceo hacia atrás haciendo que nuestros cuerpos choquen contra el colchón de la cama.

—¡Vamos a ser padres!

Que alivio que se lo haya tomado bien.

Me empezó a dar muchos picos haciendo que me den ganas de reírme.

—¿Por eso estabas llorando, pequeña?

—Estaba asustada, solo tengo dieciocho años.

—¿Y por qué ha venido tú hermano antes?

—Porque el sabía que yo estaba embarazada, no lo sabía pero lo sabía ¿sabes? entonces me compro la prueba de embarazo y pues eso.

El se quedó unos segundos pensando.

—No me creo que en nueve meses vayamos a tener un niño o una niña.

—Yo tampoco, ¿pero y tú padre?

—No le va a gustar la idea.

—¿Y qué hacemos?

—Nos tenemos que ir de esta casa, somos adultos, nos vamos a casar y vamos a tener un bebé, hay que irse.

—¿Sabrías donde?

—Tenemos más de una casa por si pasa algo, aunque no esté en mi nombre podemos vivir ahí hasta que consigamos otra.