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Peligro.
Sobrevivir.
Peligro.
Sobrevivir.
Peligro.
Sobrevivir.
Peligro.
Sobrevivir.
Peligro.
Sobrevivir.
Peligro.
Sobrevivir.
Peligro.
Sobrevivir.
Peligro.
Sobrevivir.
. . . . . . .
Eran las únicas dos palabras que aparecían en mi mente en estos momentos.
Podía sentir como mi corazón latía a toda velocidad, el sudor empañándome mientras ponía toda mi energía restante en mis piernas para seguir corriendo... seguir huyendo. Seguir viviendo.
Sujetaba a Haiden con fuerza para que no cayera, pero al ser más grande y pesado que yo, se me resbalaba y no era la única, miraba que Emi tenía las mismas complicaciones.
Los pasillos desaparecían al pasar por ellos y los gritos de Yuna desaparecieron junto con ellos. Los gritos de mis Naoko y las demás aún se escuchaban.
—¡Esperen, por aquí es un atajo al gran salón!
—Debemos apresurarnos, debemos avisar a todos de esas cosas.
—¿Pero, si no nos creen? ¿o si llegamos tarde y esas cosas ya están ahí o...
—Tranquilícense ambos, sé que están asustados, igual yo estoy asustada, pero debemos pensar una solución para que todos salgamos ilesos de esto, ¿de acuerdo? — dije para intentar tranquilizar la situación —. Haiden deberás poner un mayor esfuerzo para llegar más rápido con los demás.
—No debes repetirlo dos veces, hare lo que sea posible para sobrevivir... para que sobrevivamos.
—¡(T/N)! ¡Haiden! Puedo ver las luces — hablo Emi rápidamente —, ¡apresurémonos!
Tal como menciono Emi, aceleramos nuestros pasos. Sería mentira decir que una parte de mi se sentía tranquila de por fin llegar con los demás para avisarles lo que en realidad estaba pasando en este lugar. Para exponerles el riesgo en el que estábamos todos expuestos.
