«𝐸𝑠𝑡𝑜𝑦 𝑎𝑞𝑢𝑖 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑢𝑛 𝑛𝑜𝑠𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠»
João Félix y Antoine Griezmann son amigos desde que este último volvió a jugar para el Atlético de Madrid, su relación se forjó tanto que era muy raro verlos separados.
Sin embarg...
«Me va a tomar un minuto, pero podría acostumbrarme a esto»
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Pateé la pelota hacia João y él hizo lo mismo de vuelta con una sonrisa decorando su rostro, la luz solar que iluminaba la tarde se reflejaba en él, haciendo brillar su piel bronceada y el café de sus lindos ojos; ambos estábamos practicando pases cortos y salidas rápidas, mientras hacíamos una que otra broma que solo nosotros entendíamos, siendo honesto, esto es algo que sucede cada vez que nos toca realizar ejercicios en parejas.
— ¿Eso es lo más rápido que puedes correr, Grizzie? —le escuché decirme.
Noté que su rostro estaba ligeramente coloreado de un rojo carmesí debido al cansancio, el sol y el calor que hacía, además, con cada movimiento su cabello se movía a la par de sus pasos, dando una imagen muy tierna de él.
—Sabes muy bien que soy más rápido que tú —le dije después de unos segundos.
João se acercó a mí, para golpear mi hombro con su puño, usando muy poca fuerza.
— ¿Me estás desafiando o algo?
Simplemente me reí ante sus palabras.
—Tómalo como quieras.
—Bueno.
Acercó el esférico que estábamos usando, hacia él y se posicionó a un par de metros de distancia de mí, mirándome con una sonrisa de lado. Esperó un par de segundos y finalmente pateó la pelota a mi dirección, empezando a correr una vez esta tocó mis pies, repetí la acción mientras pateaba la pelota, para nuevamente dirigirla hacia él, no dudé en correr en línea recta, ganándole ventaja mientras lo miraba, a él le costó un poco igualarme pues estaba pateándola hasta pasármela; en esta ocasión corrí con la pelota durante bastante tiempo hasta estar lo suficientemente cerca del arco y se le cedí, lo que hizo fue marcar un gol a máxima velocidad.
Cuando el esférico tocó la red, João se acercó a mí con rapidez y pasó un brazo detrás de mis hombros, pegándose a mi cuerpo.
La sonrisa en su rostro era resplandeciente y tan linda que me fue inevitable el quedarme mirándolo como un tonto; siendo honesto, su sonrisa es la más linda que he visto en mi vida.
— ¿No crees que somos una de las mejores duplas de aquí? —habló tras unos segundos de silencio.
Por cómo su voz se escuchaba, se podía percibir que se encontraba un poco cansado y era entendible, nos la habíamos pasado desde muy temprano entrenando.
Tardé en contestar su pregunta, puesto que mis ojos se quedaron fijos en él y mis pensamientos se centraron en lo lindo que lucía post entrenamiento.