«𝐸𝑠𝑡𝑜𝑦 𝑎𝑞𝑢𝑖 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑢𝑛 𝑛𝑜𝑠𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠»
João Félix y Antoine Griezmann son amigos desde que este último volvió a jugar para el Atlético de Madrid, su relación se forjó tanto que era muy raro verlos separados.
Sin embarg...
«Perdón si pienso que no soy suficiente y perdón si digo "Lo siento" demasiado».
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Pov. Antoine Griezmann
La emoción que sentía era indescriptible, aunque no era la primera vez que era parte de un partido de cuartos de final en una Copa del Mundo, la sensación seguía siendo la misma que en ocasiones pasadas.
Para este partido en específico las personas se habían emocionado mucho, tanto que mucha gente había venido a verlo, incluso personas que no eran hinchas de las selecciones; supongo que ese era el efecto de un enfrentamiento entre Francia e Inglaterra, algo grande, llamativo y muy influyente.
El partido fue abrumador, puesto que el equipo contrario estaba lleno de estrellas —al igual que Francia —, quienes eran reconocidos por su desempeño en el mundo del fútbol, algunos muy jóvenes y otros cuantos que con el pasar del tiempo se habían ganado el cariño de la gente. Antes de entrar a la cancha escuché, de manera inconsciente, las predicciones que habían sobre el resultado del partido, la mayoría estaban divididas, ni siquiera sé porqué guardaba ese tipo de información tan irrelevante, pero no dejaba de darle vueltas a aquello; por ahora mi deseo más grande es poder clasificar a la final y quizás repetir la misma historia que en el Mundial de 2018.
Por eso fue que entré aún más motivado a la cancha y la cosa aumentó después de que el primer gol del enfrentamiento haya sido anotado por Francia, solo habían transcurrido diecisiete minutos y Tchouaméni anotó un gol, que hizo alegrar a todos de sobremanera. De un momento a otro esa motivación pasó a ser euforia, me movía por la cancha, recuperando rebotes, moviendo el esférico para poder pasárselo a mis compañeros y aportando con asistencias para que pudiesen marcar de nuevo, pero no sucedía. Intenté hacer lo que más podía, pero evidentemente, el partido no era para nada fácil, los ingleses estaban siendo muy pesados con su marca en el momento en que el esférico tocaba los pies de uno de mis compañeros, a pesar de que la posesión de la pelota era en su gran mayoría para ellos, quienes la pasaban entre sí, haciendo que corramos y presionemos aún más con nuestras marcas. Empecé a sentirme muy frustrado por lo que sucedía, no podíamos llevar una ventaja con facilidad y aquello, me llevó a recibir una tarjeta amarilla en el minuto cuarenta y tres.
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