«El amor nunca nos dejará, nada se interpone entre nosotros».
Las relaciones son un poco complicadas.
Muchas veces consisten en la resolución de conflictos y el sostenimiento a largo plazo, es por eso que hay que tener la madurez suficiente para poder sobrellevar una, sin tantos errores en el camino; son como enigmas, a veces sueles creer que conoces por completo a la otra persona y te adaptas a ese alguien, pero de un momento a otro, te das cuenta que no conoces por completo a aquella persona y que, cada día que pasa, debes irlo conociendo aún más.
Para mí no es algo malo, es una cuestión que resulta ser fascinante. Adoro aprender más sobre él, ir descubriendo partes nuevas de él a pesar de que ya lo conozco un montón, es algo que me encanta; para mí el concepto de amar no solo se limita a querer a esa persona o el desarrollo de sentimientos, sino que va más allá, consiste en ir conociendo a esa persona a mayor profundidad y dejar que nos conozcan también, es compartir partes de nosotros, nuestras piezas, para que estas poco a poco vayan pegándose y uniéndose en fuerza, además de conexión.
El tiempo pasa sin detenerse y cada día agradezco un montón el haber tomado aquella decisión hace más de un año, de haberlo escogido a él, pero sobre todo, de haberme escogido a mí por sobre todas las cosas. Supongo que, hay cosas que debemos vivirlas sí o sí, para aprender, para crear nuevas experiencias que a largo plazo darán ciertos resultados y conllevarán algunos cambios que necesitábamos en nuestras vidas.
Las cosas malas no las veo como simplemente eso...cosas malas, sino que las tomo como aprendizajes que no sabía que necesitaba y que, de alguna manera, me han hecho crecer como persona. Internamente, agradezco haber tenido que pasar por todo lo que pasé, porque aquello me llevó a convertirme en la persona que soy ahora. Estoy a gusto con eso.
— ¿Te sucede algo João? —escuchar aquella voz que me sabía de memoria y que podría reconocer en cualquier lugar, me hizo volver a la realidad —. ¿Estás bien? ¿Te sientes bien?
Una suave risa se escapó de mis labios y caminé hacia él, poniéndome a su lado, para tocar su espalda de manera suave.
—Sí —le di un beso en la coronilla y luego recosté mi cabeza sobre su hombro —. Todo está bien.
Antoine me inspeccionó de pies a cabeza y simplemente asintió con una sonrisa decorando su rostro.
— ¿Ya estás listo para irnos? —preguntó mientras me tomaba de la mano.
—Nunca entenderé porqué te entusiasma tanto el ir a entrenar —hablé después de unos segundos.
Se rio.
—Cosas de futbolistas —guiñó un ojo.
— ¿Y yo qué soy? —elevé una ceja.
—Eres el amor de mi vida, João.
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Fiksi Penggemar«𝐸𝑠𝑡𝑜𝑦 𝑎𝑞𝑢𝑖 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑢𝑛 𝑛𝑜𝑠𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠» João Félix y Antoine Griezmann son amigos desde que este último volvió a jugar para el Atlético de Madrid, su relación se forjó tanto que era muy raro verlos separados. Sin embarg...