Capítulo 18

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«Eres la estrella que busco cada noche».

«Eres la estrella que busco cada noche»

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Pov. Antoine Griezmann

La incandescente luz que entraba por medio de la ventana que no fue tapada por completo por las cortinas, me obligó a despertarme, me costó un poco asimilar el repentino cambio de iluminación, por lo tanto, restregué mis ojos un par de veces.

Lentamente observé mis alrededores, me sentía muy cansado y, sentía que mis ojos ardían un poco, además de que estaban ligeramente hinchados. Quise suponer que fue por cómo había llorado durante la noche, cuando João se apareció por aquí y empecé a decirle las cosas a la cara para acabar con la situación tan tumultuosa que ambos vivíamos, no había llorado de esta forma desde Año Nuevo.

No obstante, no creí que las cosas se tornaran un poco diferentes, pensé que no iba a mostrar debilidad ante él y, a pesar de que al inicio estuve muy a la defensiva y evasivo con mis acciones o palabras, terminé cediendo, primero a que nos besáramos y luego, a que aquello escalara a algo más. Ahora no sabía cómo sentirme al respecto, pero conmigo mismo.

No es que me arrepienta, pero me hace cuestionar el valor que me doy como persona, quizás y me falte tener mucha más dignidad o ser más fuerte ante él, de cierta manera, últimamente me he dado cuenta que es como mi debilidad; sea lo que sea que suceda con él, me afecta de alguna forma, las cosas con respecto a João me las tomo muy personales y el hecho de haberme obligado a alejarme de él, como mecanismo de defensa, me había dolido demasiado.

Tuve que ser claro desde que me empecé a sentir incómodo, eso lo sé, pero no pude evitar huir para no causarle daño, a pesar de que eso era lo que había hecho.

Moví mi cabeza hacia un lado, teniendo una vista clara de él. Sus ojos estaban cerrados con delicadeza, dejando a la vista sus largas y curveadas pestañas, tuve más de cerca el camino de pecas que recorría sus mejillas y nariz, observando cada una de estas detenidamente como contándolas. El semblante que tenía era de tranquilidad total, lo que me hizo dar cuenta que su sueño era plácido, noté que sus finos labios se encontraban entreabiertos, lo cual permitió que escuchara la sincronía de su respiración, era lenta.

Las mechas de cabello castaño, caían despeinadas sobre su frente, mis manos se movieron por inercia hacia este, moviéndolo un poco hacia un lado, peinándolo. Aunque João se haya movido ante el contacto, sus ojos seguían cerrados al igual que antes, sabía muy bien que tenía el sueño pesado.

Únicamente pude mirarlo, mirar aquella perfección que tenía a mi lado, pretendiendo no saberme de memoria el color de sus labios, dónde se ubicaban exactamente sus pecas o la suavidad de su cabello. Después de todo, esta era la primera vez en varios días en la que lo tenía tan de cerca.

No podía dejar de mirarlo, ni siquiera por nuestra "separación", de alguna manera, mis ojos terminaban sobre él de forma inconsciente o lo buscaba con la mirada en cualquier lugar, era muy difícil dejarlo o apartarme, de verdad lo era, pero tuve que hacerlo para tratar de poner en orden mis emociones y pensamientos, tenía que calmarme para no ser un completo idiota con él y así evitar lastimarlo, porque no podía permitirme esto, no con él; a pesar de las lágrimas o angustia que me haya causado, nunca se me cruzó por la cabeza el ocasionarle daño.

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