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El año ya se ha hecho viejo y se nos ha desvanecido en el viejo calendario. Cuando apenas comenzaba, ya nos parecía interminable ¡y ahora tras las últimas campanadas, procedemos a enterrarle!
Está llegando al mundo el año recién nacido y con su llanto de vida despierta sueños de esperanza.
Que los propósitos nuevos sean para el venidero año, quitarnos del alma el manto del odio y la miseria, para envolvernos con el de la paz y la prosperidad.
Adiós, dos mil veinte, mis ojos con alegría te ven desparecer; tus días a mi vida, crueles, han dejado más lágrimas que risa, más penas que placer.
Más yo tierna te saludo, porque te ausentas enterrándote en el ancho mar; ¡ay! que más grato el año venidero sea, que me haga tu paso como un mal sueño recordar y que la esperanza con risueño atavío me alumbre radiante el porvenir.
Antes de que termines año, voy a agradecerte todo lo bueno que recibí de ti: Gracias por el amor, por la felicidad y por los instantes que se tiñó de dolor.
Gracias por las flores crecidas que planté, por el aire que respiré, por el sol que me calentó y alumbró.
Gracias por las personas que amé, por las que amo y las que ya olvidé.
Gracias por mi familia, por mis amigos, por los que están cerca de mí y por los que desde lejos, las redes me acercó.
Pero no solo quiero agradecer, también quiero pedir para todos en este dos mil veintiuno: dulces sonrisas para los días que están por venir, que todos tengan alivio, ilusiones y motivos para soñar.
Pido calor humano para los que no tienen un hogar, unas manos cariñosas y una manta donde reciban el año que está por llegar.
Que vengan días llenos de fe, armonía y paz; pido por los niños, por los ancianos, por los pobres, por los ricos y por todo lo que reina en la vida... y para nuestros muertos, paz.
Pido también para todos prudencia, fortaleza, sabiduría y lucidez; vivir cada día bañados de optimismo, de valor y bondad.
Que en los corazones solo quepa amor, que no exista ni se acerque a ellos, la dureza ni la falsedad.
Que se abran nuestros corazones a lo bueno de nuestro ser con energía positiva, con verdades, con humildad, bendiciones y consuelo, para poder repartir al prójimo amor, sosiego y felicidad...
¡FELIZ 2021!
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