Perdóname por todos los te amo que no te he dicho, por todos los besos que te he negado, por todos los días que no los he pasado a tu lado. Es que el corazón no sabe si seguir luchando lo vale, porque a pesar de que te ame con locura no halla el modo de expresarlo con soltura convirtiéndome en un fantasma de lo que antes llegaste a amar.
Perdóname tú a mí por no haberte amado tanto, por no entender que es de dos cuando de amor se trata y si ha de haber en esto un culpable, somos los dos responsables. Es que quizá nos mató la cobardía, que se extendió como un manto frío por nuestra valentía. O simplemente nos contempló las sombras del temor aquella noche fría en que la crudeza del temblor dividió a nuestro amor en dos.
Por favor mi amada de los versos, no compartáis la culpa de esta desgracia cuando el único verdugo de esta relación fue mi mano que prefirió servirle al amo de los deberes de las urgencias en vez de ser usadas para darnos ese cariño que jamás pude darte, ese cariño que tanto habíamos escrito para llevarlo acabo en el lienzo de tu lecho pero que por egoísmo de mis obligaciones y mentalidad no pudimos llevarlo a cabo y el arrepentimiento será el castigo por haberte dejado ir.
O mejor sea dicho: que entre brumas confundidos de este amor ambos, nos permitimos partir...
MUCHAS
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.