Nacemos hombres y mujeres bendecidos con sexo diferente porque somos creados en distintas hormas. Pero de algo estoy segura: somos ambos máquinas perfectas en el milagro sagrado de la vida.
Por nosotras llegan llorando los hombres a la vida y por nosotras también, su llanto (triste o alegre) siempre tiene un motivo.
Por la fuente de vida que es el milagro de nuestro seno, crecen sabrosamente alimentados y en su pecho protector tiempo más tarde, es donde nosotras encontramos abrigo.
Aprenden de nuestra mano desde infantes a ofrecer la suya en sus primeros pasos, para ser luego, "el compañero imperfectamente perfecto" con el que caminaremos a su lado.
Nacen ellos siendo niños y por nosotras, se vuelven hombres. Mientras nosotras nacemos niñas para florecer con el tiempo en ellos, como mujeres.
Sin nosotras sus sueños, ilusiones, aprendizaje, proyectos y fracasos no existirían compartidos ... Ni todo esto para nostras sin ellos, existiría tampoco.
No sabrían siquiera, si no contaran con nosotras donde tienen puesta la cabeza, ni sabrían tampoco, ver más allá de sus narices. Pero nosotras sin ellos, ¿a quién le mostraríamos nuestras imperfecciones y rarezas?
Brindo y agradezco por la existencia sagrada de que coexista lo fémino con lo masculino, por haber nacido mujer y porque siempre se procrearán hombres que tienen presente en su memoria, que nacieron de una mujer.
MIL
POR LEER MIS DIVAGUES 😉
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Los nombres de la Poesía - Tomo 2-
Poésie🙝Qʋe ɱis ɱɑƞσs seɑƞ plʋɱɑ pɑɾɑ cɾeɑɾ pσesíɑ🙟 ◍Recopilación de mis poemarios: "Diva...