². Vegas

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Vegas salió de la reunión que tenía junto a los otros presidentes de las facultades, con intenciones de ir al baño y partir a alguna biblioteca para tener un tiempo en silencio.

Sin embargo, sus planes dieron un vuelco total cuando en el pasillo que cruzó encontró a un grupo de idiotas golpeando a alguien.

Estaba muy cansado de ser sincero, así que no dudó en hacerle caso omiso y después ponerle una sanción a los idiotas, hasta que vió la ropa de la persona que golpeaban.

La ropa linda y colorida de Pete.
Del conocido marica Pete.

—¡Hey!

Claro, reconoció a los idiotas que siempre se metían con Pete. Idiotas que Vegas nunca dudaba en criticar junto al consejo de profesores y regocijándose al ver como tenían que repetir incontables exámenes y trabajos.

Si, Vegas solo tomaba cartas al asunto en privado.

No le tomó muchos movimientos para hacer sangrar y ahuyentar a los cinco imbéciles, no era secreto que Vegas es un gran luchador de boxeo y que es uno de sus pasatiempos favoritos.

—¿Pete?— el mayor se arrodilló y lo tomó de los brazos, viendo preocupado como se quejaba fuertemente.—¿Puedes levantarte?

Pete lo miró con el ceño fruncido y alejó su toque, apoyándose en la pared para no perder el equilibrio mientras presionaba su costado con su mano libre.

—Estoy bien.— respondió entrecortadamente, tosiendo.—Bien.

—Deberías ir a la enfermería.

—Deberías seguir tu camino.— le respondió Pete frunciendo el ceño.—P'Vegas.

Vegas solo pensó que lucía como un lindo gatito enojado.

—Te acompañaré a la enfermería— declaró, sonando más retador.—¿Necesitas que te ayude?

—No.

Estuvieron algunos largos segundos mirándose, Vegas recalcándole que no iba a irse y que acompañaría a la enfermería con o sin su ayuda.

Pete decidió darse la vuelta y dirigirse a la enfermería con pasos tambaleantes, apoyándose de los lockers para no caer al suelo.

—¿Por qué fue esta vez?— preguntó Vegas, siguiéndolo a su espalda.—Terminaste más lastimado.

—No es tu asunto.

Chasqueó la lengua, acercándose a Pete al verlo trastabillar.—No hubiera intervenido de no ser mi asunto.

—Entonces, ¿por qué interveniste?— dijo amargamente.

—Porque me interesa.

Pete abrió la puerta de enfermería con fuerza y se volteó para mirar a Vegas rápidamente, pero fue estrellado con el cuerpo firme del mayor.

Vegas lo sostuvo de la cintura para evitar que se fuera de espaldas, Pete por acto reflejo se tomó de los hombros del mayor, sin embargo, solo unos muy segundos, en los que sus ojos se encontraron y se olvidó de que iba a insultarlo, de que iba a mirarlo con enojo fingido y de que no podía besarlo por más guapo que fuese.

Pete tuvo que recordar que era Vegas y que supuestamente lo odiaba.

—Ya puedes irte.— dijo Pete atropelladamente, dando varios pasos atrás y creando distancia.—Llegué.

—No hay nadie que te atienda.— respondió Vegas recalcando lo obvio, entrando a la enfermería y cerrando la puerta a sus espaldas.—Esperaré aquí.

—¿Por qué sigues molestándome? ¿no puedes simplemente irte y ya?

Vegas se acercó al pequeño estante que había al lado de la camilla y tomó un pequeño botiquín de primeros auxilios, haciendo caso omiso a las palabras del menor.

(don't) let me go [VegasPete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora