Giyuu Tomioka

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Me encontraba guardando las ultimas cosas dentro de mi pequeña mochila de viaje, era un tranquilo día por la mañana y yo estaba siendo muy sigilosa para no despertar a mi familia, pero eso no iba a detener a mi obstinado y pequeño hermano, quien apareció tallándose los ojos frente a mi. 

- Senjuro-. lo llame cuando lo vi frente a mi.

- Hola Suni-. me dijo mientras bostezaba-. Pensé que no iba a alcanzarte. 

- Yo también, pensé que sería lo suficientemente sigilosa para no despertarte, pero estoy en presencia del gran Senjuro Rengoku, el hermano menor pero con más valentía de la familia-. dije mientras le daba un abrazo y desordenaba mas su cabello. 

-Suni-. mi hermano rio en tono de reproche-. Yo se que ese puesto es tuyo, vas a ser un pilar, al igual que nuestro hermano-. al mencionar lo ultimo ambos sonreímos de lado. 

- Voy a mandar al cuervo, pase lo que pase-. le aseguré y de nuevo revolví su cabello amarillo. 

- Kyojuro te acompaña-. me dijo en el oído y así finalizamos nuestro abrazo. 

- Sigue practicando, ayuda a nuestro padre y confía siempre en tu corazón-. fue lo que dije a mi hermano antes de abrir y cerrar la puerta de la habitación principal.  

Emprendí mi viaje hacia la mansión de los pilares, el tranquilo viento movía un poco mi cabello, y de repente me vino el recuerdo de ese día. 

Caminaba tranquilamente a casa por la mañana, venía de hacer unas compras y me encontré con la puerta principal ligeramente abierta, pero yo recordaba perfectamente haberla cerrado. Fruncí el ceño, no había manera en la que Kyojuro hubiera llegado tan rápido de su misión así que saque mi katana del kimono y me apresure a ver que sucedía. 

En el jardín estaba mi pequeño hermano al lado de un joven con una bata a cuadros negro y verde. No dude en aproximarme y cuando estaba a punto de atacar, el chico se giró en mi dirección para evitar el golpe. 

- Espera-. fue lo único que dijo, en ese momento mire a mi hermano para asegurarme de que estuviera bien, pero sus ojos, cristalizados. 

- Kyojuro-. dijo antes de romper en llanto, en ese momento fue como si hubieran a travesado mi corazón con una katana. Mi cuerpo no supo como reaccionar, perdí el equilibrio por un instante pero ese chico me detuvo. Mi vista empezó a nublarse.  

Respire hondo, y deje que el recuerdo se esfumara, pero seguí pensando en eso. Tuve fuertes peleas con mi padre, le reclame todo lo que mi hermano no pudo, y se que lo hice sentir mal. Estuve enojada por mucho tiempo, pero mi hermano menor me ayudo, siempre me recordaba como a nuestro hermano mayor no le gustaría que estuviera enojada, o que hiciera sentir mal a nuestro padre. Entonces pensé en lo mucho que estaba perdiendo, comencé a entrenar diario y me convertí en una cazadora mas que decente, hice las pases con mi padre y jure seguir el camino de mi hermano, con el mismo destino, si es que era lo correcto. 

Y así fue como perdida entre todos mis pensamientos emprendí el viaje a lo que sería mi mayor misión. Convertirme en pilar.  

*

Fue un viaje algo largo, pero me dio el tiempo suficiente para mentalizarme. Sabía que habían llamado a varias personas por el puesto, incluidas a mi, pero el hecho de que Kyojuro fuera un pilar no aseguraba nada para mi. Tenía que demostrar que lo merecía. 

Al llegar a la mansión y aun sin tocar la puerta aparecieron frente a mi dos pequeñas niñas que parecían gemelas. 

- Suni Rengoku-. me llamo una de ellas-. Has sido seleccionada para la prueba del pilar, por favor pasa y prepárate, el jefe espera-. la otra niña habló completando la oración. 

Demon Slayer One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora