Me sentía un poco cansada luego de haber caminado todo el día desde la villa de los herreros hasta la mansión de los pilares, pero al mismo tiempo tenía una gran satisfacción ya que había terminado la katana del pilar del agua y me había tomado mucho tiempo perfeccionarla para él.
Nada había cambiado desde los previos meses en los que había venido a consultar a Tomioka, era agradable poder llegar y sentirte parte de algo tan grande a pesar de que solo seas una pequeña pieza en el rompecabezas. Llegué y se me recibió cordialmente igual que siempre, camine otro pequeño tramo hasta llegar al lugar donde se encontraba el pilar del agua, que al verme se mostro complacido sabiendo que tenía lista su herramienta.
- Señor Tomioka-. le dije educadamente a la vista de todos, aun que entre nosotros se había desarrollado una especie de cercania, aun así era de mal ver si le hablará sin respeto, Tomioka alzó la ceja mostrándose un poco divertido.
- Está lista?-. preguntó acercándose a mi.
- Así es-. le respondí, de un estuche en mi espalda saqué cautelosamente la espada que me había tomado meses forjar para entregársela. Se sentía ligera, al desenfundarla se pudo ver la combinación de verde, dorado y guinda que encajaban perfectamente con él.
- Gracias-. me dijo asombrado por cada detalle que le había puesto.
- Gracias a usted-. le dije de nuevo en tono respetuoso-. Espero le sea útil, envié un cuervo si necesita alguna otra cosa-. mencioné mientras me giraba y le hacia un gesto con la mano.
Me sentía plena, todo mi trabajo se vio recompensado en cuanto obtuve un gracias por ello. Amaba forjar katanas, fue todo un honor para mi cuando me dijeron que yo sería la nueva herrera del pilar del agua, estaba muy agradecida de que confiaran en mi a pesar de mi corta edad.
Me dispuse a salir de la mansión y emprender de nuevo el viaje hacia la aldea, si me lo proponía podía llegar de noche, o quizá descansar en un pueblito y continuar mañana en la mañana. Se me invitó a pasar la noche en la mansión, pero me daba mucha pena incomodar así que mejor opte por no hacerlo.
Caminaba a mitad del bosque, todo estaba tranquilo, sabía que podía llegar hoy mismo entonces me apresuré para no perder más tiempo y poder llegar a terminar otros deberes. Entonces sobre los árboles vi a un ser celestial, era un chico de cabello blanco, guapísimo y con una gran apariencia física. Se desplazaba rápidamente, pero al percatarse de mi existencia disminuyó su paso completamente.
- Hey-. dijo él con un rostro extrañado-. Eres un herrero?-. preguntó curioso mientras se acercaba.
- Herrera-. lo corregí cuando estuvo lo suficientemente cerca, entonces me di cuenta de quien era. Nada menos que Tengen Uzui, el pilar del sonido. Al escuchar mi voz femenina el sonrió y agacho la cabeza, algo apenado de haberme confundido.
- Claro-. dijo analizándome-. Reconozco esa mascara-. me dijo sonriendo-. Eres la nueva herrera de Tomioka, ese tonto-. me dijo riendo-. Vienes de dejarla? De seguro Tomioka se alegró, tenía semanas batallando con su vieja espada.
Me quedé callada, en parte no supe como responder. Me pareció muy parlanchín en ese pequeño momento que había comenzado a hablar, lo hizo con muchos detalles como si fuéramos conocidos, además la presencia de un pilar siempre resultaba un poco intimidante.
- Si-. me límite a decir.
- A donde te diriges?-. preguntó ahora mas prudente, sin tantos detalles.
- A la aldea de los herreros-. le respondí de la misma manera.
- No se te invitó para que te quedarás en la mansión?-. me preguntó extrañado.
