Me mordí el labio intentando disimular, pero mis instintos sucumbieron y terminé soltando un breve gemido, escuché una pequeña risita de su parte y le di un pequeño golpe en la cabeza por haberse burlado.
- Oye-. se quejó asomando su cabeza por mis piernas-. Estoy tratando de hacer que te relajes, si me golpeas solo quiere decir que estas estresada-. me dijo aún con la cabeza abajo.
- Se supone que debemos estar entrenando-. le recordé haciendo mi cabeza para atrás y cerrando mis ojos en el momento en el que sentí su lengua en contacto con mi ser.
- Deberíamos-. comenzó a decir-. Pero hay cosas-. continuó entre lengüetazos-. Mucho más divertidas que puedo enseñarte.
- Se supone que debes enseñarme técnicas de respiración-. lo regañe e intenté cerrar las piernas.
- Respira profundo-. indicó Sanemi y así lo hice, respire el aire húmedo de la habitación debido a nuestro calor humano, sabía que lo que hacíamos no era correcto pero Sanemi tiene algo a lo que simplemente no me puedo resistir-. Ahora exhala poco a poco-. dijo al tiempo en el que se introducía dentro de mi, la sensación era fenomenal.
Estábamos tan concentrados practicando nuestra propia respiración que nos sobresaltamos cuando escuchamos que tocaban la puerta desde el otro lado. Solo fueron tres toques seguidos uno del otro que nos sacaron de nuestro trance.
- Sanemi-. escuche la voz de Tengen desde el otro lado-. Estas ahí?-. pregunto sin entrar.
- Si Uzui, un segundo-. dijo mientras seguía moviendose, tapo mis labios para evitar cualquier ruido que nos delatará, entonces se movió mas rápido y fuerte. Sentía que me iba a desmayar, ver a Sanemi con la frente sudada y esos musculosos brazos que me hacían callar era otro tipo de tortura.
Su rostro con los ojos cerrados y la boca abierta me aviso que nuestra practica había terminado. Shinazugawa se puso el pantalón y salió de la habitación sin abrir de mas la puerta para encontrarse con Uzui. Por otro lado yo me vestí rápido y acomodé un poco la cama. No quise salir por miedo a encontrar a Tengen por ahí, así que espere lo que consideré conveniente para no tener un encuentro incomodo. Cuando salí por fin no había nadie en la finca, así que fue sencillo escabullirme para salir como si nada hubiera pasado.
Me disponía a tomar una pequeña caminata no muy lejos de la finca, quizá podría encontrarme con alguien para conversar y distraerme. Decidí ir al estanque a ver a los peces, debían estar enormes ahora puesto que el verano estaba comenzando y es la mejor etapa para ellos. Al parecer no fui la primera con la idea, ya que me encontré con la larga y rubia cabellera del pilar del sol, sentado a un lado del estanque, animadamente camine hacia él.
- Rengoku-. lo saludé con una sonrisa mientras llegaba a donde el estaba.
- Hola linda-. me saludó de regreso cuando notó mi presencia-. Dando un paseo?-. me preguntó para tener un tema de conversación.
- Si-. le contesté tomando asiento-. Hoy hace buen clima para una caminata y una buena charla-. le dije mirando al cielo azul, que a pesar de estar soleado mantenía algunas nubes para hacerlo agradable.
- Concuerdo contigo-. me dijo con una amplia sonrisa-. Como va tu entrenamiento?-. me preguntó de manera gentil.
- Bueno yo...-. dije poniéndome colorada al recordar a Sanemi hace unos minutos-. Todo va muy bien-. logré decir.
- Estupendo-. se alegró por mi-. Sabía que eres un gran partido para el cuerpo de cazadores de demonios-. extendió su mano y acarició mi hombro-. Me hubiera gustado entrenarte yo mismo-. confesó con una sonrisa que le devolví con gusto-. Hola Sanemi-. dijo de pronto a mis espaldas.
- Rengoku-. Sanemi le devolvió el saludo en tono molesto.
- Estábamos charlando, quieres unirte con nosotros?-. le preguntó animado el pilar.
- No-. dijo tomándome del brazo-. De hecho nos tenemos que ir-. anunció de repente y me levantó haciendo que a penas pudiera despedirme con la mano de lo rápido que me sacó de ahí.
- Shinazugawa-. dije oponiendo resistencia una vez que habíamos salido del radar de Rengoku-. Que te sucede?-. lo juzgué mientras rompía su agarre.
- Que hacías con Rengoku?-. me preguntó molesto.
- Charlábamos-. le contesté simple encogiéndome de hombros-. Algún problema con eso?
Él no dijo nada, simplemente me miro molestó y tomó distancia de mi, luego comenzó a caminar solo.
- Shinazugawa-. lo llamé pero él no me prestó atención-. Oye, que te dijo Tengen?-. le pregunté tratando de que se olvidará de su enojo.
- Tengen?-. me miró arqueando una ceja-. Mucha confianza por tu parte-. me dijo aún molesto y sarcástico.
- Bueno, Uzui-. dije para complacerlo-. Que fue lo que te dijo?-. le pregunté curiosa.
- Nada que te interese-. me repondió.
- Vamos, no seas así-. le pedí con amabilidad-. No me hagas ir a preguntarle yo misma-. le dije y di un paso como si fuera en dirección a Tengen. No fue necesario que diera un paso más, pues Sanemi sujetó mi brazo impidiéndome seguir.
- No-. dijo el chico con la cicatriz-. No es necesario que vayas-. mencionó-. Me dijo que...-. se notaba que le costaba continuar con la frase-. Que quizá vayamos juntos a una misión-. desvió la vista hacia otro lugar.
- Tu y él?-. le pregunté ya que no fue muy preciso, solo asintió-. Supongo que está bien, no? Me vendría bien un descanso-. bromee aun que a él no le hizo ninguna gracia.
- Si claro-. dijo enfadado-. A mi también-. me dijo como si buscara hacerme enojar.
- Perfecto-. le dije fastidiándolo un poco. Yo estaba consiente de que Sanemi me quería, a su manera, pero lo hacía.
Siempre se ponía celoso de los demás pilares, sobre todo de Tomioka, Rengoku y Uzui que al parecer eran los que mas le producían inseguridad. Quiero a Shinazugawa, él es divertido, gracioso y lindo aun que solo cuando estamos solos. Sabía que el hecho de que se fuera de misión lo aterraba, ya que le da miedo dejarme sola, pero estaré bien en tanto él regrese.
Sanemi no pronunció palabra alguna de regreso a la finca al igual que yo. Caminábamos juntos al mismo paso, asumí que estaba organizando sus pensamientos justo como yo. No tendría ningún problema en esperarlo, no estaba interesada en algún otro chico, todos me caían muy bien pero nadie era como él. Al llegar él se quedó en el porche, mirando a la nada y sus ojos que al principio parecían vacíos ahora parecían brillar.
- Puedo hacerte una pregunta?-. me posicioné del otro lado del porche justo frente a él.
- Si-. me respondió.
- Por qué me hiciste tu aprendiz?-. lo miraba directo a los ojos, él sonrío como si se hubiera acordado de algo gracioso.
- Bueno, fueron muchos factores en realidad-. tomó una pausa, como si los estuviera enumerando en su cabeza-. Me gustaron tus ojos-. admitió-. Justo como el caramelo, dulce y adictivo, el día que te probaste el uniforme, te quedaba tan bien que desee ser él único cerca para verlo. Te veías como un chihuahua, pequeña pero feroz y no te di miedo-. me dijo encogiéndose de hombros.
- Mis ojos, mi uniforme y mi valentía?-. le cuestioné enmarcando una ceja.
- Y muchas cosas más-. se fue acercando a mi para rodearme en sus brazos-. Se mía-. me pidió en un susurro cuando me tuvo presa en su pecho-. Se mía y nunca tendrás que preocuparte por nada, yo te cuidaré siempre-. me dijo tratando de persuadirme, me reí por dentro, no necesitaba persuadirme-. Soy tuyo-. me confesó aun en el abrazo-. Solo quiero estar seguro de que tu eres mía también.
No necesitaba responderle, para mi lo éramos todo desde que me eligió, pudo haber elegido a otra persona, en cambio sus ojos matones me escogieron a mi y desde ese momento yo a él también.
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